10 tipos de violentos emocionales

10 tipos de violentos emocionales

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 14 febrero, 2024

En el año 2002, Lundy Bancroft escribió uno de los libros más profundos sobre la mentalidad de los agresores psicológicos o emocionales. Apoyado en la evidencia clínica y parte de investigación, propone diferentes tipos de violentos emocionales.

La propuesta de Lundy Bancroft constituye un desglose detallado de los resortes que se encuentran detrás de cada tipo de violento o agresor emocional a la hora de maltratar a sus víctimas. La presentación de los presupuestos sobre los que parecen basarse las conductas de maltrato se describen como si fuera el diálogo interno de los distintos tipos de violentos emocionales.

Lundy Bancroft propone diferentes tipos de violentos emocionales, es decir, de agresores psicológicos o emocionales.

Pide y no da

Considera que la pareja está para complacerle e incluso cuidar de sus responsabilidades. Sin embargo, la pareja no puede demandarle nada, y debe contentarse y agradecerle aquello que le ofrece. Se siente por encima de todo cuestionamiento, ya que se considera una persona adorable y generosa.

La mayoría de sus conversaciones giran en torno a sus necesidades  y en las obligaciones de la pareja, pero se pone furioso si se le demanda algo, aunque sean sus obligaciones.

Si se siente infeliz, será culpa de su pareja. Puede parecer menos controlador que otros tipos de violentos emocionales si ve cubiertas sus necesidades.

Pareja enfadada

Don perfecto

Se considera una persona admirable, tanto como su habilidad e inteligencia, como por sus logros. Sabe perfectamente qué hacer, incluso qué es lo mejor para su pareja. Por ello las opiniones de su pareja no merecen ser escuchadas ni tenidas en consideración, de manera especial cuando son diferentes a las suyas.

Si existen desacuerdos, piensa que son una expresión de la ineptitud de la pareja y lo siente como una forma de maltratarla, a pesar de lo respetuosa que sea expresándose. Pero, en cambio, piensa que si la pareja acepta que tiene razón, la relación irá mucho mejor, ya que piensa realmente que conoce mejor que ella lo que necesita.

Cuando habla de su mujer, lo hace con condescendencia, y si ella no le siente como superior, escala ridiculizándola, insultándola y desacreditando los pensamientos de ella (lo que la hace más vulnerable a su control). Digamos que es especialista en los defectos de ella, y no tiene prejuicio en comentarlos delante de terceras personas y en público.

El experto en desquiciar

Está convencido de que su pareja es la que crea los problemas y con este convencimiento actúa. Estos tipos de violentos emocionales pueden maltratar sin alterar su tono de voz, por ejemplo a través de este tipo de comentarios sarcásticos y mezquinos: “Estás loca. Preparas un escándalo por nada”. Se refugia en su aparente tranquilidad para justificar cualquier tipo de expresión cruel.

Sus tácticas pueden ser difíciles de identificar, pasar inadvertidas por un observador o fáciles de negar ante la confrontación de la mujer. Incluso puede hacerle pensar a los hijos que la madre estalla por nada. Se tratan de maniobras calculadas y sin error.

El sargento de instrucción

Este tipo, necesita controlar todos los movimientos de su pareja, porque considera que sabe perfectamente cómo deben hacerse las cosas. Cree que su pareja no tiene derecho a tener nada ni a nadie en su vida además de a él.

La vigila y la limita para que no pueda desarrollar sus recursos o su independencia, llevando el control al máximo y siendo extremadamente celoso. Los celos se transforman en acusaciones de engaño, empleando una escalada con términos denigratorios sobre todas las mujeres.

Estos tipos de violentos emocionales terminan agrediendo físicamente a sus parejas. El efecto que genera en ellas es similar al de una violación, traumatiza y además dificulta la salida de esa relación.

Hombre que vigila el móvil de su pareja por una obsesión

El sensible

Este tipo considera que está en contra del machismo, por lo que no puede ser un maltratador, y por ello las mujeres deben estar agradecidas porque no es como esos hombres. Adora el lenguaje de los sentimientos, se presentan como aliados de las mujeres, por lo que resulta fácil pensar que si su pareja se siente maltratada, el error está en ella.

Controla a su pareja porque sabe cuáles fueron sus problemas en la infancia y cree que analiza sus reacciones mentales y emocionales, por lo que puede estar dentro de su cabeza quiera o no. Además nada es más importante que lo que él siente, demanda que se le cuide, pero los sentimientos de la pareja no son importantes.

Se les hiere fácilmente pero cuesta mucho reparar el daño. Sin embargo si los sentimientos de ella son agraviados, insiste en que el incidente se olvide rápidamente.

El play boy

Las mujeres han venido al mundo para satisfacer sexualmente a los hombres, especialmente a él. Pero considera que si las mujeres buscan sexo, son una “ligeras”, y las que rehúsan del sexo, son demasiado “estrechas”.

Se siente guapo y sexy, irresistible, y considera que no tiene sentido resistir la tentación, ya que en ocasiones son ellas quien le seducen y nada puede hacer al respecto. No puede tomarse en serio sus relaciones, porque no admite restricciones a su libertad. Su infidelidad es crónica, pudiendo ser cruel y desconsiderado con la pareja, especialmente si descubren sus infidelidades y se le confronta el maltrato puede escalar hasta las agresiones físicas.

Las mujeres nunca se pelean con él, sino entre ellas, debido a que él sabe cómo hacer para que se sientan especiales. Ellas son las celosas, las que no aceptan que la relación termine o siente que lo maltrataron.

Rambo

Piensa que huir de la violencia o mostrar miedo o pena se asocia con la homosexualidad o la feminidad, que son una categoría inferior. Por lo que la fuerza y la violencia son buenas.

Las mujeres están para servir a los hombres y ser protegidas por ellos. Tiene una visión exagerada de lo que significa ser hombres, “no es de hombres pegar a las mujeres excepto si su conducta lo requiere”, ya que la mujer es algo que le pertenece, como un trofeo, y por ello debe mantenerla a raya.

Este tipo de hombre es agresivo con todo el mundo, tiene poca paciencia con la debilidad, la fragilidad o la indecisión, y además se siente bien cuando intimida. Suele tener un historial delictivo (violencia, conducción temeraria, robo, tráfico…). Algunos son psicópatas o sociópatas.

La víctima

Siente que la vida ha sido injusta y dura con él, que todo el mundo le hace daño, especialmente las mujeres con las que ha estado, y por eso él no es responsable de sus acciones. Todos los errores serían la consecuencia directa o indirecta de ese maltrato.

Construye una relación convenciéndola de que ella será quién por fin la haga feliz. Si su pareja le cuestiona o le acusa de maltratador, este la acusa de unirse a quienes fueron crueles e injustos con él. Piensa que las mujeres que se quejan de ser maltratadas en una relación o sexualmente, están en contra de los hombres, afirmando que los hombres son víctimas de las mujeres.

Hombre triste mirando por la ventana

El terrorista

Piensa que las mujeres son malas, que hay que aterrorizarlas para que actúen de la manera más adecuada. No asimila, en general, que las mujeres puedan tomar sus propias decisiones de manera autónoma.

Su pareja no tiene derecho a desafiarle ni a abandonarle, ya que su vida está en sus manos. Así, la aterroriza para reforzar esta situación, él es el que produce el miedo para luego “salvarla”. Para infundir este miedo no tienen escrúpulos e incluso pueden llegar a utilizar a los hijos. Parecen sádicos, disfrutan causando dolor y siendo crueles, y pueden haber sufrido abusos en la infancia, donde aprendieron estos patrones conductuales, cognitivos y emocionales.

El enfermo mental o el adicto

Dice que la causa de todo lo que hace deriva de sus problemas psicológicos o adicción, por lo que no se siente responsable. Por tanto, si le echas en cara sus abusos, te considera una persona mezquina que no toma en consideración ni entiende sus problemas.

Si le desafías, puede tener una recaída y por tanto serás la persona responsable. Su enfermedad puede ser tratada, pero la curación no garantiza que finalice la violencia. Además suele ser inconsistente con la medicación, de lo que no se siente responsable, y que aumenta los riesgos de agresión.

El diálogo interno de los distintos tipos de violentos emocionales es el resultado de su sistema de valores y creencias. A cada discurso, el autor José Navarro Góngora le ha añadido una breve explicación que define mejor los postulados respetando el estilo del autor.

Referencias bibliográficas

Navarro Góngora,  J.  (2015). Violencia en  las relaciones Íntimas. Una perspectiva clínica. Barcelona: Ed. Herder. (112-122)


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