3 datos históricos relacionados con psicología que te sorprenderán
La aproximación al estudio de la mente humana siempre ha resultado fascinante para cualquier miembro de una sociedad. Todo el mundo ha querido entenderse y entender a los demás, explicar su comportamiento apelando a la psicología, el inconsciente, la religión, el karma, la reencarnación, etc.
Si bien es cierto que todas las personas han albergado ese interés y han querido conocer el sentido de su vida y el de la humanidad, solo unos pocos han dado el paso de la exploración, de la experimentación y de la expresión por parte de cualquier medio educativo, científico o incluso artístico en función de cómo veían ellos este tipo de cuestiones.
Hay que remontarse a las pinturas rupestres de las Cuevas de Altamira para observar esa pulsión explicativa acerca de la condición de cazadores, guerreros y de tribu organizada que nuestros antepasados prehistóricos quisieron plasmar.
Desde entonces, ha habido infinitos intentos por construir una ciencia del comportamiento científica y aplicada. Así, solo a finales del siglo XIX empezaron a asentarse las bases de la psicología con una investigación básica y aplicada. Poco antes de este hecho, hubo otros acontecimientos históricos que fueron delimitando el objeto de estudio de la psicología y la forma de abordarlo.
En este artículo te vamos a describir 3 datos históricos relacionados con psicología que te sorprenderán y te harán entender el gran interés que siempre ha suscitado nuestra mente.
Trastornos del lenguaje
El estudio del lenguaje es sin duda uno de los temas que más interés ha suscitado a lo largo de la historia. Los trastornos que se han relacionado con el lenguaje tienen su reflejo en la expresión oral y escrita y pueden aparecer después de accidentes cerebrovasculares o en el curso del desarrollo natural del lenguaje.
1. El rey Federico II “El Grande” y sus estudios de lenguaje en niños
El rey Federico II quiso un día hacer una experiencia para determinar cuál era la lengua “natural” del hombre. Hizo instalar seis niños en período lactante en una guardería y pidió expresamente a las nodrizas alimentar a los niños y procurarles todos los cuidados cotidianos, pero jamás dirigirles la palabra.
A ojos del monarca, sin influencia exterior, los bebés no podían más que elegir el griego o el latín, las únicas lenguas juzgadas “puras” . El protocolo se tornaría corto: no solamente los bebés dejaron de aprender lenguas, sino que todos ellos murieron.
Esta experiencia desafortunada es citada para señalar la importancia de las muestras de afecto y del contacto verbal en los bebés durante los primeros meses de vida. Si no se les habla y acaricia, el desarrollo de los bebés se ve perjudicado seriamente ya que la falta de estimulación dificulta la formación relaciones sinapticas. Esto puede ser especialmente crítico cuando hablamos de la asociación entre las diferentes estructuras del sistema límbico y la corteza prefrontal.
Negar a un niño el afecto es acto de crueldad inaceptable que en períodos críticos de su desarrollo puede tener consecuencias irreversibles
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es sin duda unos de los más polémicos y diagnosticados en la infancia; sin embargo, al contrario de lo que muchas personas piensan, sus síntomas no son solamente característicos de esta etapa de la vida. Así, hablamos de un trastorno de carácter neurobiológico que implica un patrón de déficit de atención, hiperactividad y/o impulsividad y que, en muchas ocasiones, está asociado con otros trastornos.
2. Henri Wallon y su obra “El niño agitado”
La hiperactividad, al contrario de lo que alguno pueda pensar, no es un trastorno de aparición reciente que ha entrado repentinamente en el campo de la psicopatología infantil. Tanto es así, que podemos encontrar las primeras descripciones clínicas detalladas de esta afección a finales del siglo XIX.
Más tarde, la obra de Henri Wallon “ El niño agitado” (1925) o también la de Jadwiga Abramson en “El niño y el adolescente inestables” (1940), abrieron el debate sobre la parte psíquica y motora de la hiperactividad. La discusión no se ha cerrado desde entonces, algo que contribuye a hacer de la hiperactividad una de las “patologías” más estudiadas en nuestros días.
El trastorno de conversión
El trastorno de conversión se caracteriza por tener un mal funcionamiento físico sin que exista una enfermedad neurológica o médica. Por ejemplo, alguien se puede volver temporalmente ciego debido al estrés de la pérdida de un familiar cercano. Las personas con este trastorno suelen poder actuar normalmente, aunque ellas afirman que no. Se da una disociación entre la experiencia sensorial y la conciencia.
3. Las mujeres “histéricas” de Jean-Martin Charcot
Los síntomas con los que se reconocen a algunos trastornos mentales pueden cambiar a través del tiempo. De hecho, los criterios diagnósticos en psicología están evolucionando constantemente y, por otro lado, hay trastornos que son “más populares”, ya sea por las condiciones ambientales o porque la atención clínica se centra en ellos.
Charcot llamó “histeria” a un conjunto de síntomas a través de los cuales las mujeres dejaban entrever un conflicto de pulsiones interiores. Cuando las examinaba a estas mujeres, apreció que adoptaban posturas y movimientos estereotipados.
Se creen que estos síntomas tan límites y pronunciados en ellas no eran otra cosa que el resultado de una sociedad en la que el sexo femenino debía lidiar con una tediosa carga de culpabilidad en muchas facetas de su vida, como al sexualidad.
Por el contrario, se piensa que la depresión, reconocido por muchos como el trastorno mental del siglo XXI, es el efecto natural o el daño colateral de seguir un ritmo de vida altamente estresante durante mucho tiempo. Esto demuestra la gran influencia social que existe en la aparición de los trastornos psicopatológicos.