3 preguntas para responder antes de vivir juntos

Antes de vivir juntos es importante evaluar si se dan las condiciones para que la convivencia sea armónica y el vínculo estable. Para ello, nada mejor que llegar a acuerdos sobre aspectos que son cruciales.
3 preguntas para responder antes de vivir juntos
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 19 marzo, 2021

Vivir juntos suele suponer un paso adelante en la mayoría de las relaciones, pero no suele implicar un compromiso tan importante como el mítico “hasta que la muerte los separe”. Sin embargo, apostar por la convivencia es una decisión lo suficientemente seria como para elaborar una evaluación concienzuda, antes de hacerlo. Lo que se busca, en todo caso, es consolidar una relación que sea estable y enriquezca la vida.

Antes de vivir juntos es necesario conocer lo suficiente al otro y también haber llegado a algunos acuerdos mínimos. Es importante que los dos tengan una visión similar en torno a algunos aspectos que suelen dar problemas si no se tienen claros y definidos, antes de dar el paso hacia la convivencia.

También es fundamental que los dos sean honestos , primero consigo mismos y luego con el otro en relación a temas que son muy relevantes en pareja. En principio, antes de tomar la decisión de vivir juntos es necesario que haya coincidencia en tres aspectos que exponemos enseguida en forma de preguntas.

Cada uno acepta lo que va descubriendo de sí mismo en las miradas de los demás, se va formando en la convivencia, se confunde con el que suponen los otros y actúa de acuerdo con lo que se espera de ese supuesto inexistente”.

-Juan Carlos Onetti-

Pareja hablando de sus problemas

1. La fidelidad, un tema a resolver antes de vivir juntos

La primera pregunta para contestar al inicio de la convivencia es ¿EstáIS de acuerdo en temas de fidelidad ? Muchas veces se da por descontado que al iniciar la convivencia se está eliminando cualquier posibilidad de tener una relación con un tercero. Sin embargo, no siempre los términos son tan claros.

Este es uno de los temas más espinosos de cualquier relación, ya que no suele abordarse de manera explícita. Por lo mismo, también se trata de un asunto que debe quedar muy claro desde el comienzo. Los integrantes de la pareja pueden tener una visión diferente sobre el valor que otorgan a la fidelidad o la disposición de cada uno frente a la monogamia.

Es posible que una conversación al respecto desilusione un poco. A menos que exista una convicción que ya haya sido puesta a prueba, lo mejor es no hacer promesas que desconocemos si podremos cumplir. Lo más indicado es ser honestos y establecer los límites de la relación, tanto al principio de la misma como en el momento en el que para nosotros estos cambian.

2. ¿Hay convergencia en los planes de futuro?

Si deciden vivir juntos es porque al menos comparten ese proyecto en común -y todo lo que implica-. Cuando alguno de los dos tiene planes de hacer cambios significativos en su vida, quizás trazar un plan compartido por los dos antes de iniciar una convivencia.

Lo que cada uno espera y quiere lograr debe coincidir en buena medida. Si no es así, es posible que el mismo desarrollo de los proyectos de vida individuales termine creando una brecha entre los dos. Si el uno quiere establecerse, mientras que el otro solo sueña con irse a recorrer el mundo, lo más probable es que la unión termine quebrándose.

Aspectos como el deseo o no de tener hijos, así como el estilo de vida de cada uno son cruciales para la convivencia. Lo más indicado es que estén básicamente de acuerdo en esos puntos, en lugar de esperar a que el otro cambie al vivir juntos. Lo más probable es que esto no suceda.

Pareja agarrada de la mano

3. ¿Son libres para tomar la decisión?

Este es otro de esos aspectos que parece obvio, pero muchas veces no lo es. La decisión de vivir juntos debe ser completamente libre. A veces existen algunas presiones al respecto, pero no se les otorga la importancia que tienen. Con el tiempo, tales presiones pueden pasar una alta factura.

A veces una persona piensa que es hora de iniciar la convivencia en pareja solo porque casi todas las personas de su edad ya lo han hecho. Otras veces existe un silencio familiar duro cada vez que se habla de la soltería. También hay casos en los que no se está a gusto con la vida o con la soledad y se asume que la convivencia traerá la felicidad que hasta ahora no aparece.

Quizás sea buena idea replantear la decisión de vivir juntos si hay alguno de esos factores o presiones en juego. Si es así, quizás sea necesario resolver primero esa cuestión y no precipitarse a un cambio que podría entrañar muchas desilusiones. Compartir la vida con la pareja debe ser una decisión libre.

Es claro que la decisión de vivir juntos es reversible y que nadie tiene certezas ni garantías cuando inicia la convivencia en pareja. Sin embargo, el margen de azar y de incertidumbre se reduce cuando se parte de acuerdos básicos en temas relevantes.


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  • Palencia, A. R., Sánchez, J. J. H., Arreola, A. D. C., & del Castillo, C. C. Escala de costes y beneficios de vivir en pareja.

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