5 técnicas de la Gestalt para favorecer tu crecimiento personal

Las técnicas de la Gestalt son útiles para favorecer el crecimiento personal. No obstante, muchas de ellas nos obligan a tomar contacto con aspectos conflictivos e incluso dolorosos de nosotros mismos para poder avanzar.
5 técnicas de la Gestalt para favorecer tu crecimiento personal
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 04 marzo, 2024

Las técnicas de la Gestalt nos ayudan a centrarnos en nuestro presente para favorecer la autorrealización y una toma de decisiones más acertada. Asimismo, nos facilita el poder crecer a nivel personal de un modo más libre y congruente con nuestras necesidades. Todos tenemos pleno derecho a construir el tipo de realidad que deseamos, y este enfoque (con claras influencias humanistas) nos invita a ello.

Nacida en la década de 1940, a partir del trabajo de Fritz Perls y Laura Perls, esta terapia toma su nombre de la clásica escuela alemana de la Gestalt, incorporando también elementos del psicoanálisis, de la fenomenología y del existencialismo.

Esta corriente psicoterapéutica está orientada a fortalecer nuestros puntos fuertes y a centrarnos en aquello que sentimos y pensamos en el presente, así como a la toma de consciencia sobre aquello que nos intranquiliza y afecta nuestro bienestar emocional. Es un abordaje terapéutico que nos impulsa a tomar las riendas de nuestra vida y a transformarla para alcanzar nuestra felicidad.

Decía Frtitz Perls, precursor de la terapia Gestalt, que nuestra principal angustia como seres humanos es la brecha que abrimos entre el ahora y el después. A veces, nuestra mente va más rápido que la vida y anticipamos cosas, nos obsesionamos en aspectos que no han sucedido y, casi sin darnos cuenta, nos impregnamos de miedos, de ansiedad y de muchas otras fragancias que se convierten en una abrupta montaña sembrada de sufrimiento.

No empujes el río, este fluye por sí mismo.

~ Fritz Perls ~

Así, uno de los fines de las técnicas de la Gestalt es permitirnos comprender nuestros problemas de un modo global, más unificado; por partes, pero como un todo. De este modo, más que preocuparnos por saber por qué ha ocurrido tal cosa o qué ha provocado ese evento en concreto, esta perspectiva nos propone centrarnos en entender cómo nos afecta el conjunto de dichas circunstancias.

Todo ello nos anima a comprender que la idea que podamos tener del pasado o del futuro se debe más bien a cómo vivimos el presente. Las técnicas de la Gestalt tienen, por tanto, este y otros propósitos con los cuales favorecer nuestro crecimiento personal, ayudándonos, además, a tomar conciencia de lo que somos, de lo que sentimos y necesitamos, lo que nos permite actuar después con responsabilidad.

figuras enlazadas simbolizando las técnicas de la Gestalt

Técnicas de la Gestalt para favorecer el crecimiento personal

Una de las críticas que suele hacerse a la terapia Gestalt es su enfoque ecléctico. Este encuadre terapéutico se nutre de un gran número de corrientes, tales como la humanista, la existencial y el psicoanálisis, además de los postulados enunciados por Wilhelm Reich, que indican que nuestras emociones se localizan en el cuerpo creando molestias y diversas condiciones.

Si nos preguntamos sobre la validez de este modelo, cabe señalar que disponemos de amplia documentación científica. La doctora Valerie Dominitz, de la Universidad de Tel Aviv, publicó un estudio hablando de la efectividad en diversos casos de pacientes con depresión y trastorno bipolar. 

No obstante, donde más efectividad ha demostrado las técnicas de la Gestalt no es en el ámbito clínico, sino en el campo del crecimiento personal.

Las técnicas de la psicoterapia gestáltica giran, en su mayor parte, en torno a lo que Fritz Perls llamó en su momento «reglas y juegos». ¿Qué queremos decir con esto? Que muchas de estas estrategias —dinámicas, muy originales y variadas— intentan hacernos más conscientes de nuestro mundo para vencer las resistencias y facilitar, a su vez, nuestro proceso de maduración.

Veamos algunos ejemplos de dichas técnicas.

1. Asuntos pendientes

Los asuntos pendientes hacen referencia a esos hechos del pasado que afectan a nuestro presente. Son emociones no gestionadas, sentimientos atascados, nudos personales que nos quitan vitalidad en el aquí y ahora. Según la Gestalt, todos tenemos asuntos pendientes con amigos, con familiares, exparejas e incluso personas que ya no están con nosotros.

No hay que eludirlos. Debemos ser capaces de sacar a la luz esas emociones para dejar de apegarnos al sufrimiento, a la pérdida o incluso al resentimiento. Para ello, podemos llevar a cabo una simulación, un proceso mental de reencuentro, afrontamiento y despedida.

Asimismo, también podemos evocar mentalmente a la persona y expresarle aquello que necesitamos decirle. Desnudaremos las penas, airearemos los desconsuelos, las faltas o incluso el rencor. Una vez expuesto y reconocido, los dejaremos ir. Cerraremos el círculo para avanzar.

2. Técnica del diálogo: silla vacía

A muchos les sonará esta técnica, la cual representa muy bien la esencia de la Gestalt. Se utiliza para favorecer encuentros y proyecciones imaginarias de otras personas, intentando beneficiar procesos de duelo y la resolución de traumas.

Sin embargo, dentro del campo del crecimiento personal se usa también con otros fines. Generar un diálogo interno es uno de ellos, ahí donde deben quedar escenificados «nuestros opuestos».

Por ejemplo, podemos promover un diálogo con nosotros mismos donde aparezca, por un lado, ese estímulo que nos produce malestar y, en el otro, esa parte que desea hacerle frente, para tener una vida más productiva, libre y receptiva. Un ejemplo de este tipo de diálogo es el que te ofrecemos a continuación:

  • Me noto cada día más cansado y sin fuerzas.
  • Ya estás quitándome fuerzas otra vez, ocupas demasiado espacio en mi vida. Dime qué te pasa.
  • No me gusto a mí mismo, pienso que la vida que llevo no es la que me gusta.
  • Entonces, en vez de quejarte durante todo el tiempo, dime qué harías para sentirte mejor.

Cabe señalar que hay estudios, como el llevado a cabo por la Universidad de Palo Alto, que avalan su efectividad para resolver traumas no resueltos.

3. Me hago responsable

Otra de las técnicas de la Gestalt que nos puede ser de utilidad en el día a día es el juego de «hacerse responsable». En apariencia resulta sencillo, pero lo que requiere por encima de todo es compromiso. La finalidad es permitir que seamos más conscientes de lo que ocurre en nuestro interior, que lo percibamos, lo aceptemos y que, a su vez, propiciemos una conducta más activa en torno al cambio.

Este sería un pequeño ejemplo.

  • Me doy cuenta de que me duele la cabeza y el estómago, sé que le doy muchas vueltas a las cosas y que sufro de estrés. Yo me hago responsable de ello y asumo que debo cambiar cosas.
  • Además, me doy cuenta de que tengo una buena voz. Me hago responsable de ella para ser sincero, para hablar sin miedo, para respetar y respetarme.

4. Practicar el continuo de la conciencia

Dentro de la psicología de la Gestalt es esencial que el terapeuta tenga contacto con el «cómo» de la experiencia de la persona más que con el «por qué», ya que se necesita entender cómo el paciente afronta los problemas, cómo los vive, cómo los siente y los interioriza.

Para ello, hay que abrir un espacio en el que será posible identificar cuáles son sus emociones y sensaciones presentes, mediante diferentes preguntas, tales como «dime qué sientes», «dime dónde lo sientes» o «explícame que notas en el aquí y ahora».

Asimismo, a nivel personal podemos llevar a cabo esta técnica para practicar ese continuo de la conciencia, haciendo presentes cada sensación, pensamiento y sentimiento. Lejos de pasarlos por alto o interiorizarlos, saquémoslos a la luz, tengámoslos presentes.

Si te sientes convencido de algo, dilo. Expón tu verdadero yo. Siente lo que dices.

~ Fritz Perls ~
Mujer con los ojos cerrados que se beneficia de las técnicas de la Gestalt

5. Transforma las preguntas en afirmaciones

Esta es otra de las técnicas de la Gestalt que nos puede parecer muy simple en apariencia, pero que encierra una utilidad terapéutica muy valiosa: nos ayuda declarar realidades internas y a movilizar recursos.

¿Cómo hacerlo? Muy sencillo. Todos hemos tenido uno de esos días, que al llegar a casa, nos decimos a nosotros mismos: «Pero, ¿por qué me siento así? ¿Por qué me siento tan desesperanzado y sin fuerzas?».

La Gestalt nos propone lo siguiente: convertir preguntas en autoafirmaciones. Veamos algunos ejemplos.

  • ¿Por qué hoy me siento tan mal? Hoy me siento mal, voy a hacer lo posible para cambiar esta sensación y que mañana sea un día mejor.
  • ¿Por qué tengo la sensación de que mi pareja está cada día más distante? Mi pareja está distante, voy a preguntarle si hay algún problema.


Para concluir, como hemos podido ver, las técnicas de las Gestalt son tan originales como funcionales a la hora de permitirnos tomar contacto con nuestras necesidades. Asimismo, nos invitan a responsabilizarnos, a ser valientes con lo que sentimos y a actuar consecuentemente para favorecer nuestro avance, nuestra maduración personal.

Estas técnicas están orientadas al autoconocimiento y a la positiva gestión de las emociones. Aprender a tomar consciencia de nuestras responsabilidades y nuestros pensamientos, poco a poco, nos ayudará a alcanzar el crecimiento personal y la autorrealización. Pongamos estas estrategias en práctica, los beneficios son indudables.


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  • Field NP, Horowitz MJ. Applying an empty-chair monologue paradigm to examine unresolved grief. Psychiatry. 1998 Winter;61(4):279-87. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/9919623/
  • Naranjo, Claudio (2011) La vieja y novísima Gestalt. Madrid: Cuatro Vientos
  • Pearls, Fritz (1976) El enfoque Gestalt. Madrid: Cuatro Vientos

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