7 claves para desarrollar la autoeficacia y sentirte competente

La autoeficacia tiene mucho que ver con confiar en las competencias que has adquirido para ajustar las expectativas. Hablamos de una dimensión básica que condiciona buena parte del devenir de los planes que trazamos o de los proyectos que emprendemos.
7 claves para desarrollar la autoeficacia y sentirte competente
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 18 agosto, 2021

Hace solo unas semanas que perdimos a Albert Bandura (1925-2021), uno de los psicólogos sociales más relevantes de la historia. Con él aprendimos cómo desarrollar la autoeficacia. Él nos enseñó que, ante un mundo cada vez más variable, creer en nosotros mismos es el único modo de alcanzar la estabilidad y también, la habilidad para alcanzar las metas que nos propongamos.

No es tarea fácil. La autoeficacia es uno de los pilares que edifica la personalidad humana, puesto que gracias a ella, tenemos la oportunidad de ser quien de verdad deseamos ser. El legado que nos dejó a lo largo de sus extensos trabajos nos ha permitido comprender desde la importancia del aprendizaje hasta cómo median en nuestro bienestar las creencias que decidimos reforzar en un momento dado.

Confiar en nosotros mismos, sabernos capaces de lograr determinadas cosas y trabajar en sintonía con nuestros deseos, valores y habilida des es lo que nos permite llegar lejos en la vida. Por tanto, descubramos una serie de estrategias sencillas para conseguirlo.

“Las creencias de la gente acerca de sus habilidades tienen un gran efecto en esas capacidades”.

-Albert Bandura-

hombre con gafas pensando en cómo desarrollar la autoeficacia

Cómo desarrollar la autoeficacia en 7 claves

La autoeficacia se define como la confianza que tenemos en nuestra capacidad para poner en práctica determinadas acciones y lograr así un objetivo (Bandura, 1977, 1986, 1997). Es importante destacar que no se trata solo de “creer que podemos”. No es simple “autoconfianza”.

Esta dimensión se basa en la asimilación y aplicación de una serie de competencias; una consciencia del éxito en un proceso en la que se apoyará nuestra esperanza de ser eficaces. Esto, como podemos imaginar, es decisivo en la infancia y la adolescencia. Estudios, como los realizados en la Universidad Jaume I, Castellón, nos recuerdan que la autoeficacia media en el logro académico.

Sabemos que, cuando un alumno confía en su destreza y se basa en ella para pensar que obtendrá buenos resultados, es más probable que los obtenga. El propio Bandura indicaba que es prioritario que se pueda desarrollar la autoeficacia durante la infancia. Ello revertirá en nuestro desarrollo y capacidad de logro en la edad adulta. No obstante, siempre estamos a tiempo de aplicar adecuados cambios.

Veamos por tanto una serie de claves para ponerla en práctica.

1. Si quieres ser competente en un ámbito, aprende y trabaja en él

Nadie puede ser eficaz siendo médico si no ha estudiado medicina. Es evidente. Por tanto, si deseas sentirte verdaderamente competente en cualquier disciplina, por insignificante que sea, debes practicar y aprender. Esto significa en primer lugar, que debes reconocer lo que no sabes y después, estar abierto al cambio, a asentar nuevas perspectivas y dominios.

2. Desarrollar la autoeficacia es un proceso en constante evolución dentro de nosotros

Decía Bandura que todo puzle se completa pieza a pieza y de manera meditada. Con la autoeficacia sucede lo mismo. Es un proceso de evolución en el que la persona debe ver cómo logra pequeños avances y victorias diarias. Habrá retrocesos, claro está, pero en eso consiste el aprendizaje, en integrar errores para resolverlos y poder así, mejora nuestra sensación de competencia.

3. Recordar las experiencias de dominio y logro

Una clave para desarrollar la autoeficacia es recordar todas esas veces en que hemos tenido éxito al poner en práctica determinadas acciones. La esperanza de que podremos se asienta en la mirada en el pasado para conectar con esas veces que tuvimos éxito. Esto es importante porque lo vemos muy a menudo en los niños.

A menudo, dudan de sí mismos a la hora de realizar determinadas tareas. Sin embargo, a medida que van acumulando experiencias de dominio y de éxito, confían mucho más en sí mismos hasta ser plenamente autónomos.

4. Regula tus emociones y controla tus pensamientos

Si deseas desarrollar la autoeficacia de manera plena y efectiva debes manejar tus emociones. Dimensiones como el miedo o la inseguridad oscurecen tus expectativas. Si temes fallar y te obsesionas con el error, lo más probable es que fracases. Asimismo, si tu mente tampoco te acompaña y solo te asaltan los pensamientos negativos, tu competencia se vendrá al suelo.

Por tanto, es esencial que aprendas a regular todo lo que acontece en tu mente. Ser autoeficaz es alinear competencias con una adecuada armonía emocional.

5. Modelado social: fíjate en quienes tienen éxito

¿Qué hacen las personas de tu sector que han alcanzado el éxito? Si sueñas con dominar una disciplina siempre es adecuado poner la mirada en quienes han alcanzado la excelencia. El modelado social, es decir, aprender al observar e imitar a los expertos, también es adecuado.

6. Para desarrollar la autoeficacia, acepta los desafíos

Las personas que han logrado desarrollar la autoeficacia y que han alcanzado los niveles más altos, han asumido grandes retos. Abordar de manera intencionada y valiente tareas difíciles es un modo de retarte a ti mismo y sobre todo, de demostrarte que puedes lograr más cosas de las que crees.

Mujer agotada después de correr pensando en desarrollar la autoeficacia

7. Acepta la retroalimentación: tanto la positiva como la negativa

Nadie llega muy lejos si no es capaz de aceptar consejos, si no es bueno dejando espacio a la retroalimentación externa. Ninguno de nosotros nacemos siendo expertos, el experto se gesta con la humildad de quien asume que no lo sabe todo. Esto implica, por ejemplo, aceptar nuestros errores y dejarnos guiar por quien sabe más que nosotros.

Por otro lado, si es decisivo asumir errores también es importante aceptar los refuerzos positivos. Un elogio es un impulso más para fortalecer la autoeficacia y saber que vamos por buen camino. Ni más ni menos. Por tanto, trabajemos cada día en esta dimensión para mejorar nuestra vida, para poder llegar lejos, ahí donde nuestras expectativas (y competencias) nos lleven.


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