7 razones por las que no te tienen en cuenta

Todos queremos ser amados y aceptados. Algunas veces equivocamos el camino para lograrlo. Si no te tienen en cuenta, quizás no elegiste bien el peso que otorgar a la opinión de los demás. Aquí te mostramos un camino alternativo.
7 razones por las que no te tienen en cuenta
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 13 mayo, 2019

A veces, es bueno hacer un alto y preguntarte por qué los demás pasan por alto tus ideas, tus sentimientos e incluso tu presencia. Sientes que te invisibilizan y no comprendes la razón por la que no te tienen en cuenta, cuando tú siempre estás atento a los demás (o al menos esa es la sensación que tienes).

Es muy usual que si estás acostumbrado a que los demás te pasen por alto, llegue un momento en que no le veas problema a esto. Piensas que si los otros no te tienen en cuenta simplemente es porque te defines como alguien de bajo perfil, o no te gusta figurar o incomodar a los demás.

En realidad, esto no tiene por qué ser así. Todos los seres humanos merecemos respeto y reconocimiento y tú no eres la excepción. Lo que piensas, lo que sientes y lo que quieres es tan valioso como lo que lo que piensan, sienten y quieren los demás. Si te interesa saber las razones por las que no te tienen en cuenta, reflexiona acerca de los siguientes puntos.

Si quieres vivir feliz, no te importe que te crean tonto”.

-Séneca-

Cuerpo de una persona con una interrogación en la cabeza

1. Haces sacrificios innecesarios por los demás

No es cierto que debas pensar en los demás antes que en ti mismo; al menos no lo es desde el punto de vista de la salud mental. Pensar primero en uno mismo no es egoísmo, sino sana lógica. Sacrificarte por los demás innecesariamente lleva implícito un mensaje: los otros son más importantes que tú.

¿Por qué crees que en los aviones, al dar las instrucciones sobre cómo actuar en caso de emergencia, señalan que en caso de despresurización primero debes ponerte tú la máscara de oxígeno y luego ponérsela a los niños o a las personas que necesitan asistencia? Piensa en eso.

2. Dependencia de la aprobación

Hay toda una serie de mecanismos implícitos e inconscientes a través de los cuales una persona transmite la idea de que necesita, vívidamente, la aprobación de los demás. Si necesitas que los demás te aprueben es porque necesitas información que refuerce la sensación de que tienes valor.

Generalmente, la dependencia de la aprobación lo que genera en los demás es un sentimiento de rechazo. Estás enviando un mensaje negativo acerca de ti mismo. Al no confiar en ti, ¿por qué los otros sí deberían confiar en lo que eres? Si tú mismo te invalidas, es más fácil que los demás hagan lo propio.

3. Buscas errores solo en ti mismo

Es posible que, sin darte cuenta, termines sintiéndote responsable por todo lo que ocurre a tu alrededor. Cuando sucede algo malo, automáticamente te sientes culpable, sin saber por qué. La mala noticia es que los demás, también sin ser muy conscientes de ello, terminarán pensando lo mismo.

En muchas ocasiones nadie te agradecerá que estés dispuesto a cargar con tareas que no te corresponden. Todo lo contrario. Terminarás convirtiéndote en chivo expiatorio en muchas ocasiones. Mejor nunca pienses en quién tiene “la culpa”; más bien, enfócate en cómo solucionar las cosas.

4. Autoelogiarte, una razón por la que no te tienen en cuenta

Quizás, el hecho de que tus logros trasciendan en un plano poco visible para los demás te lleve a autoelogiarte con frecuencia. Hablar de tus virtudes, o de tus logros, o de lo mucho que haces por los otros.

Esto no es más que otra forma de mostrar cuánto dependes de la opinión externa. A la única persona que tienes que convencer es a ti mismo. Lo realmente importante es que tú sepas cuan valioso eres y cuánto aportas. Lo que piensen los demás es secundario.

5. No sabes definir los límites

Es posible que ante situaciones en las que sientes que han sido injustos contigo, decidas perdonar, incluso sin que te lo pidan. Te parece que es menos costoso emocionalmente ese perdón, que confrontar al otro por su ofensa.

De una u otra manera, terminas justificando a quien te ofende. Olvidas que todo tiene un límite y que debes marcar tu terreno. Quizás esto te exija más a corto plazo, pero impedirá que sigas siendo objeto de ofensas y agresiones a largo plazo.

Mujer triste sentada en el suelo

6. Piensas que el respeto es relativo

Todos los seres humanos merecemos respeto. No importa si eres alto o bajo, feo o bonito, espabilado o disperso, rico o pobre, negro o blanco. Sin embargo, es posible que sientas que solo deben respetarte si eres capaz de aportar algo, de dar algo, de hacer algo por alguien.

Es un error pensar que debes hacer algo para ganar el respeto de los demás. Únicamente por el hecho de ser humano, ya mereces respeto. Los animales y las plantas también lo merecen. Nadie tiene derecho a pisarte, incluso si cometes errores o haces algo inadecuado.

7. Tienes problemas con el autorrespeto

Cuando sientes que no te tienen en cuenta y te acostumbras a ello, también pierdes la noción de lo que significa una agresión. En otras palabras, es más difícil que seas capaz de identificar una agresión. Te parece que es normal y que debes aguantarlo.

Es posible que no hayas reflexionado lo suficiente acerca de cómo te tratan los demás. También es posible que no tengas claro el efecto del maltrato sobre tu vida. Quizás llegó el momento de que pienses en ello con mayor detalle.

Muchas veces no te tienen en cuenta, de manera injusta, porque en el fondo tienes una opinión negativa de ti mismo. Pero quieres estar bien con los demás y desearías ser más importante para los demás. Lo que ocurre, simplemente, es que estás equivocando la estrategia para lograrlo.


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  • Pereira, M. L. N. (2007). Autoestima: un factor relevante en la vida de la persona y tema esencial del proceso educativo. Actualidades investigativas en educación, 7(3).

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