9 técnicas de la terapia sistémica familiar

Las terapias sistémicas familiares tienen técnicas que muchos otros enfoques toman para sus tratamientos. En este artículo, te describimos algunas de ellas, aunque existen muchas más dentro de cada perspectiva sistémica.
9 técnicas de la terapia sistémica familiar
Cristina Roda Rivera

Escrito y verificado por la psicóloga Cristina Roda Rivera.

Última actualización: 21 junio, 2022

La terapia sistémica familiar es un enfoque terapéutico que se aplica en el tratamiento de trastornos derivados de las interacciones y patrones comunicacionales de un grupo. La principal aportación de los modelos sistémicos es trasladar la acción terapéutica fuera del ámbito de lo intrapsíquico para llevarla al ámbito de los patrones de interacción interpersonal.

La terapia sistémica familiar se fue estableciendo y creciendo a la par que la terapia sistémica. Sin embargo, hay que señalar que no todos los modelos familiares son sistémicos. Por ejemplo, el enfoque psicodinámico y de las relaciones objetales (Skinner, Ackerman y Sager) o los enfoques multigeneracionales (Whitaker, Bowen).

Los modelos sistémicos se basan en una serie de fundamentos. Los más importantes son la cibernética y las teorías de información de Shanon y Weaver, la teoría general de sistemas (Bertalanffy) y de la comunicación humana (Watzlawick).

Nueve modelos de terapia sistémica familiar

Es pertinente tener en cuenta que la terapia sistémica familiar se enfoca en las emociones del grupo familiar, no solo en el individuo. Pues, considera que la mejor forma de reconocer y comprender las emociones, pensamientos y comportamientos del mismo es conociendo las dinámicas familiares de los grupos a las que pertenece.

Ahora bien, existen diferentes escuelas de terapia sistémica familiar que van desde lo psicoanalítico a lo sistémico, alguna de ellas son:

1. Terapia familiar psicoanalítica

La terapia familiar psicoanalítica fue la pionera en el tratamiento de familias. De manera que aportó un marco conceptual de donde evolucionan la mayoría de las teorías actuales hacia el modelo sistémico.

La esencia de este enfoque consiste en poder reconocer e interpretar los impulsos inconscientes y sus defensas contra estos, así como su relación con el principio de las relaciones objetales.

Sus técnicas son relativamente simples, aunque ello no implica que sean fáciles de aplicar. Éstas son: escuchar, empatía, interpretar y mantener la neutralidad analítica.

La mayoría de los terapeutas psicoanalíticos prefieren trabajar con familias de un nivel alto de verbalización ya que son enseñados a la “libre asociación de ideas” esto es, expresar sus sentimientos e ideas en forma espontánea, lo cual proporciona material de análisis y permite a los interlocutores comunicarse más libremente.

2. Terapia existencial familiar

Este enfoque asume que el problema no es el individuo sino la familia, de modo que la conducta que se identifica como “enferma” es consecuencia de una forma de relacionarse que se manifiesta, en principio, en uno de sus miembros; pero que si se profundiza adecuadamente se descubre que no es el único.

Este modelo de terapia actúa entonces sobre las relaciones y no sobre la conducta de una única persona, manteniendo la continuidad entre individuo, familia y comunidad; interpretando su desarrollo y su adaptación dentro de ese sistema de interrelaciones, enfatizando en el cambio y el crecimiento interior más que en la eliminación de unos determinados síntomas supuestamente desviados.

3. Terapia transgeneracional

Muchas personas sienten límites y no son capaces de llegar a los objetivos que desean por causas inexplicables. Se trata de bloqueos que finalmente desencadenan en frustración, tristeza, pena, o ansiedad.

En estos casos, la terapia transgeneracional explora todo lo que la persona ha recibido de generaciones pasadas y busca las cargas que esta ha heredado y que no la dejan seguir adelante.

En otras palabras, la terapia transgeneracional se centra en las interacciones entre los miembros de una familia a través de múltiples generaciones para identificar los problemas nucleares familiares.

4. Terapia estructural familiar

La terapia familiar estructural es un método de psicoterapia desarrollado por Salvador Minuchin, quien defendía que la patología no reside en el individuo en particular, sino en la dinámica de las relaciones y en la forma en que se estructuran los vínculos dentro del sistema familiar.

Por tanto, se centra en entender las interacciones que rigen el funcionamiento familiar e intervenir en las relaciones disfuncionales dentro de la familia, haciendo que se estabilice en unos patrones más saludables.

5. Terapia estratégica familiar

La terapia familiar estratégica es desarrollada en la década de los 50, principalmente por Jay Haley, quien creía que es más importante que los pacientes resolvieran sus problemas de inmediato en lugar de comprender el por qué de ellos.

En este caso, el terapeuta estratégico establece objetivos claros que están relacionados con el problema presentado; y por tanto no aplica un mismo método a todos los casos presentados sino que diseña una estrategia específica para cada problema.

El objetivo de esta terapia es, ante todo, impedir la repetición de secuencias e introducir mayor complejidad y alternativas.

6. Terapia familiar narrativa

La terapia familiar narrativa consiste en un tipo de conversación colaborativa en donde cada miembro tiene la oportunidad de expresarse y ser escuchado, de manera que su discurso le ayude a co-construir soluciones más viables, prácticas y productivas para el sistema familiar.

Además, la narrativa de cada uno aporta un nuevo conocimiento sobre su propia realidad, y les ayuda a adentrarse en su propia historia como autores principales de esta.

En este sentido, el objetivo principal de la terapia narrativa es ayudar al cliente a reescribir su vida, incorporando a su relato pedazos de la historia que han sido marginados de la experiencia, acontecimientos que constituyen excepciones a la narrativa actual.

7. Psicoterapia breve

Por lo general, se trata de una intervención de diez sesiones como máximo (aunque el promedio se sitúa en 6-7) centrado en un problema específico. En este caso, podríamos resumir los objetivos de la primera entrevista de la siguiente manera:

  • Identificar un problema en términos específicos y concretos.
  • Explorar las soluciones intentadas, también en términos específicos.
  • Establecer las metas de la terapia en términos positivos, concretos y alcanzables.

En función de la información recogida, el terapeuta intentará entender el problema como un círculo vicioso en el que la solución exacerba una dificultad, y diseña una tarea para realizar entre sesión que interrumpa este círculo.

Es evidente que la tarea implicará, en primer lugar, hacer algo distinto, y en segundo lugar, algo que impida la “solución” que hasta el momento se ha aplicado.

8. Terapia cognitivo conductual

Este tipo de terapia busca modificar los pensamientos irracionales que están causando los problemas mediante la restructuración cognitiva y la modificación de las conductas problemáticas, apoyándose en la comunicación asertiva.

Por lo general, este tipo de intervención tiene como objetivo buscar soluciones específicas a problemas concretos planteados por la familia, o por uno de sus integrantes.

9. Escuela sistémica de Milán

Se ha hecho popular la denominación geográfica de esta escuela por la gran variedad de contribuciones que ha realizado a la terapia familiar a distintos niveles.

En líneas generales, la escuela sistemática de Milán defiende que el sistema no crea el problema sino a la inversa: el problema crea el sistema. Según sus seguidores el “enemigo” a atacar no es a ningún miembro de la familia en particular y ni siquiera a la familia como tal; sino lo que ellos llaman el juego familiar, que no es más que el conjunto de interacciones y coaliciones que se dan en torno al problema para mantenerlo.

Objetivos de la terapia sistémica familiar

A pesar de las diferentes vertientes de esta terapia, podemos identificar los principales objetivos comunes a todas. Entre ellos destacan:

  • Mejorar el funcionamiento familiar y de pareja.
  • Fomentar y fortalecer la comprensión entre los miembros del grupo familiar.
  • Desarrollar estrategias y potenciar habilidades para la resolución de problemáticas.
  • Corregir problemas de conducta.
  • Tratar adicciones desde el punto de vista familiar.
  • Promover la psicoeducación.

Algunas técnicas habituales en terapia sistémica familiar

En la terapia sistémica familiar existen una serie de intervenciones que están entre las más habituales. Algunas son tomadas de otras formas de terapia y desde luego es una forma de trabajar que admite el uso de cualquier técnica que se considere apropiada.

En este artículo solo mencionaremos algunas habituales, pero existen libros que recogen técnicas y formas de intervenciones, como 24 ideas para una terapia breve, de Mark Beyerbach.

1. Redefinición positiva del síntoma

Este tipo de reformulación, muy practicada por Minuchin y sus colegas de la escuela estructural, intenta proporcionar una lectura relacional distinta de los hechos, que ponga en duda las estructuras del sistema.

Se trata de desafiar las definiciones dadas en la familia, entre las que se incluye el rol del paciente identificado, cuestionando así su visión de la realidad.

2. Connotación positiva del síntoma

Consiste en atribuir un significado positivo a la conducta problema o síntoma del contexto relacional donde adquiere su funcionalidad, especificando la contribución de cada uno de sus miembros a la pauta circular.

El equipo de Milán argumenta que definir solo el síntoma en positivo tiene la implicación tácita de definir al resto de la familia en negativo, lo que supone una cierta alianza del terapeuta con el portador del síntoma. Mientras que ellos propugnan una posición de neutralidad.

3. Excepciones y preguntas milagro

En la pregunta milagro, se le pregunta a la familia cómo sería el día si ocurriese un milagro y su problema se soluciona de golpe. Por ejemplo, se busca conocer qué sería lo primero en lo que lo notarían, etc. Esto nos da pistas sobre elementos a introducir para hacer que el milagro empiece a ocurrir en la familia.

En las excepciones, preguntamos acerca de aquellas situaciones en las que las cosas se hicieron de modo distinto y las que salió bien. De este modo, les ayudamos a volcar su atención hacia lo positivo y nos da pie a introducir variaciones para fomentarlo.

Si por ejemplo la madre y el hijo no discuten porque el padre apoya a la madre solo en algunas ocasiones, podemos fomentar que el padre apoye más veces a la madre.

4. Preguntas escala

Un tipo de pregunta que en ocasiones es útil, es pedirle a la familia que valoren, del 1 al 10, en qué punto está su problema. Desde aquí se puede indagar qué haría falta para subir un punto en la escala o, si la puntuación es baja, qué han hecho para conseguir que no baje más.

5. Preguntas circulares

Le preguntamos a otro miembro de la familia por lo que hace, siente, etc., el miembro del que queremos saber algo. Esto evita una escalada de discusiones, fomenta una visión cíclica e interrelacionada del problema que afecta a todos, y permite en muchas ocasiones que fluya información que se desconocía o que surjan puntos de vista nuevos.

6. La ilusión de alternativas

El primero en utilizarla en psicoterapia fue M. H. Erickson. Luego se usó en todos los sucesivos modelos de psicoterapia estratégica, como el breve modelo MRI y el modelo Nardone. Se debe construir la apariencia de dos opciones para devolverle el “poder” al paciente o familiar tomando una decisión.

7. Ordalía

Haley (1984) convirtió está técnica en todo un arte. Se trata de vincular la aparición de un determinado síntoma a la realización de alguna otra actividad que resulta molesta para el paciente pero que, al mismo tiempo, tenga un beneficio para él.

Por ejemplo, en un caso de bulimia con atracones, se acuerda con la paciente que, cada vez que se produzca un atracón, deberá levantarse esa misma noche a las 3 de la madrugada para hacer ejercicios abdominales durante treinta minutos.

8. Tarea paradójica

También utilizada desde el enfoque estratégico y estructural de Haley y por la escuela de Palo Alto. Se prescribe a la familia que sigan con el problema, haciendo “más de lo mismo”, con la intención de que esto genere un cambio.

Suele ser una intervención arriesgada y se la llama paradójica porque si la cumplen están cumpliendo con la tarea del terapeuta y, si no la cumplen, están cambiando y por lo tanto se consigue el cambio.

9. Técnica de la confusión

De Shazer desarrolló una en la que el terapeuta admite abiertamente su confusión ante la confusión de los pacientes. El objetivo es frustrarles en construir un significado en la situación terapéutica y, por lo tanto, resulte imprescindible el planteamiento de una meta, que es lo que da sentido a aquella situación.

Cabe destacar que cada una de estas 9 técnicas de terapia sistémica familiar requieren de profundos conocimientos de la psique humana, del manejo de los grupos y de los estilos comunicativos. Resultarán eficaces siempre y cuando se realicen en un contexto terapéutico y sean promovidas por un profesional de la salud mental especializado en este ámbito.


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