Antes de que me quieras, quiero que me entiendas
Hay una época en la vida en la que buscamos el amor como si se tratase de “el santo grial de la felicidad“. Pero con el tiempo y con la experiencia nos damos cuenta de que en muchas ocasiones sentirnos entendidos nos reconforta mucho más que sentirnos amados. Puede que al principio nos centremos en el quiero que me quieras. Pero al final el quiero que me entiendas termina ganando terreno y, al menos, equilibrando la balanza.
Para las personas sentir que otro puede identificar sus pensamientos y sentimientos es fundamental. Si no experimentamos o no podemos experimentar que los demás nos comprenden, es fácil que terminemos pensando que en realidad las personas que dicen querernos más bien quieren a una persona que nos somos. Por eso es tan importante que ese deseo, ese quiero que me entiendas, sea satisfecho en una buena medida.
“La vida es el primer regalo, el amor el segundo y la comprensión el tercero”.
– Marge Piercy –
Quiero que me entiendas
No sentir que los demás nos conocen y nos comprenden puede hacer que crezca otra sensación en nosotros, la de sentirnos a demasiada distancia de los demás, hablando un idioma extraño . Cuando no experimentamos que los que nos quieren nos conocen, o al menos que pueden ser capaces de hacerlo, nos sentimos solos, aislados.
¿Puede una persona realmente sentirse amada cuando no se siente comprendida? Esta pregunta sirve para todo tipo de relaciones personales, desde las relaciones familiares a relaciones de amistad, sin olvidar a las relaciones de pareja.
Quiero que me entiendas, porque, si no, ¿cómo vas a alimentar ese amor?
Todos necesitamos ser comprendidos, además de amados
Sentir que los demás entienden lo que decimos, lo que hacemos y lo que sentimos es fundamental para lograr una sensación duradera de seguridad y bienestar, en todas las etapas de nuestra vida, por varios motivos.
Cuando experimentamos que el otro no te entiende, la conexión entre ambos se debilita. Esto nos hace sentir solos, desconectados, aislados. Sabernos comprendidos por los que nos quieren nos hace sentir parte del mundo, válidos.
Cuando los que nos quieren, nos entienden, nos invade la sensación de que ese amor, de alguna manera, es honesto. Esto verifica nuestra identidad. Sentirnos comprendidos nos hace sentir valiosos. En este sentido, sentirnos entendidos nos conecta con los demás. Sin embargo, lo contrario hace que nos sintamos solos y separados de los que te rodean. Por otra parte, cuando nos sentimos entendidos, también solemos entendernos mejor a nosotros mismos porque en esta circunstancia los demás están capacitados para ayudarnos.
“El miedo inconsciente que parece estar siempre al acecho en el fondo es que si no nos comprenden, será como si nunca hubiéramos existido”.
-Michael Schreiner-
Sentirse comprendido aumenta el bienestar, tanto personal como social
La investigación titulada “Las bases neuronales del sentimiento entendido y no entendido” (Social Cognitive and Affective Neuroscience, 2014), documenta cómo el sentimiento de comprensión aumenta el bienestar, tanto personal como social. Sin embargo, no han sido muchas las investigaciones que han examinado las bases neurobiológicas de este “sentirse comprendido”. Este estudio abordó estas lagunas induciendo experimentalmente la comprensión del sentimiento y la falta de comprensión a medida que los participantes se sometían a una resonancia magnética.
Los resultados demostraron que un sentimiento u otro provocaba diferente activación en áreas relacionadas con la recompensa y la conexión social. Así, las respuestas neuronales se asociaron con sentimientos posteriores de conexión social y desconexión y fueron moduladas por diferencias individuales en la sensibilidad al rechazo.
Sentirse comprendido hace que los individuos se sientan valorados, respetados y validados. . . y conduce a cambios importantes en la experiencia afectiva y los sentimientos de conexión social.
Si no te entienden, hazte entender
No olvides que tú tienes una parte de responsabilidad, una capacidad de influencia notable, para que los demás te entiendan. Antes de culpar a los demás -por ti, antes de sentirte solo y un tanto desesperado-, pregúntate si puedes hacer algo más para que tu mensaje llegue, para que los demás lleguen a hacerse una idea más exacta de cómo estás.
Por otro lado, muchas veces es necesario que nosotros nos entendamos a nosotros mismos antes de pedirles a los demás que lleguen a ese punto. De una u otra forma, la paciencia y la inteligencia emocional nos ayudarán a reconducir la situación, impidiendo que la tristeza nos domine, alimentada por la soledad que emana de todo sentimiento de incomprensión.
Ámate para ser amado. Entiéndete para ser entendido.