Apagar el móvil antes de ir a dormir mejorará tu salud

Apagar el móvil dos horas antes de acostarnos puede ser la clave para lograr un sueño profundo y reparador. Si no lo haces ya, te explicamos por qué sería recomendable llevarlo a cabo.
Apagar el móvil antes de ir a dormir mejorará tu salud
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 16 abril, 2022

Apagar el móvil antes de ir a dormir puede mejorar la calidad de vida. Es posible que muchos lo hagan ya desde hace tiempo. Sin embargo, somos muchos los que tenemos un ritual casi obsesivo: irnos a la cama con el teléfono. Revisamos mensajes y redes sociales, echamos un vistazo a las noticias y después bloqueamos la pantalla. Pero jamás lo apagamos.

Hacerlo es casi como cometer un sacrilegio. ¿Y si nos llaman? ¿Y si hay una emergencia? ¿Qué pasa si nos envían un mensaje importante en medio de la noche o durante la madrugada? A más de uno le asaltan estos temores casi irracionales. Y esto explica por qué cada vez dormimos peor. También, por qué el estrés nos atenaza y por qué la nomofobia (miedo a no estar conectados) es casi como un virus.

Lo cierto es que si hay algo que desean las grandes tecnológicas es mantenernos conectados, y cuanto más tiempo mejor. Eso se traduce en mayor interacción, publicidad y ganancias económicas. Sin embargo, el uso intenso de nuestros móviles tienen un coste innegable para nuestra salud física y psicológica. Aunque no seamos conscientes de ello.

Nuestros móviles actúan a veces como delincuentes tecnológicos afectando a la calidad de nuestro sueño.

Chico pensando en apagar el móvil antes de ir a dormir
La luz azul de nuestros móviles afecta a la producción de melatonina.

El uso intenso del móvil afecta al descanso nocturno

La Organización Mundial de la Salud (OMS) nos advierte desde hace unos años del impacto de los televisores y otros dispositivos electrónicos sobre la calidad de nuestro sueño. El empleo intenso del móvil antes de acostarnos puede alterar el reloj interno de nuestro cerebro. Lo hace hasta el punto de impedirnos conciliar un descanso profundo y reparador.

Asimismo, una investigación del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King’s College London nos indica algo más revelador. Los jóvenes evidencian, cada vez más, una clara adicción a los teléfonos inteligentes, y esto afecta a la calidad de su sueño nocturno. Dormir menos desde edades tempranas puede pasarles una seria factura en el tiempo.

Si el sueño es esa fábrica nocturna donde se reparan, armonizan y depuran infinitos procesos metabólicos y neurológicos, tenerla en funcionamiento menos horas de las necesarias termina por tener un coste. Se eleva el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, debilita el sistema inmunitario, aparece el declive cognitivo, los cambios de humor, etc.

Bien es cierto que un mal descanso depende de múltiples factores. Sin embargo, no debemos descuidar el impacto del móvil en esas últimas horas del día…

El uso excesivo del móvil se asocia con el cansancio diurno, y una mayor latencia del sueño y menor duración del mismo.

Esto es lo que pasa si usamos el móvil antes de dormirnos

Lo hacemos infinidad de veces. Nos acostamos en la cama y, aún habiendo apagado ya las luces, damos un último vistazo al móvil. Revisamos notificaciones, echamos un ojo a las redes sociales, respondemos mensajes de WhatsApp,  y, casi por arte de magia, ha pasado una hora sin que nos demos cuenta. Dejamos el móvil en la mesilla, cerramos los ojos… Y el sueño no llega.

La luz azul de los dispositivos móviles tiene el mismo efecto que el sol en el cerebro. Nos estimula, eleva la actividad neurológica. También puede provocar fatiga y estrés visual. Y por si no fuera poco, esa luz hace creer a nuestras regiones cerebrales encargadas de segregar melatonina que es de día y, por tanto, que no es necesario liberar esta hormona.

Asimismo, hay otro aspecto psicológico no menos importante. A todos nos cuesta apagar el móvil antes de ir a dormir porque somos incapaces de desconectar de ese universo digital. El cerebro sigue estando pendiente de mensajes y notificaciones. Muchas veces, hay conversaciones, noticias o interacciones que nos generan inquietud o estrés. Todo ello dificulta el buen descanso.

Utilizar el móvil en la cama dificulta que el cerebro pueda activar la producción de melatonina, la hormona del sueño. La causa de ello reside en la luz azul del dispositivo.

Mujer pensando en apagar el móvil antes de ir a dormir
Consultar las redes sociales antes de ir a dormir es lo que nos hace perder más el tiempo sin que nos demos cuenta

¿Por qué deberíamos apagar el móvil antes de ir a dormir?

La tecnología fue diseñada para mejorar nuestra calidad de vida. Es (o debería ser) una herramienta para estar cerca de los seres queridos, para aprender, desarrollarnos en nuestro trabajo, disfrutar del tiempo de ocio, etc. Ahora bien, con el fin de que esto siga siendo así, debemos hacer un buen uso de la misma.

Apagar el móvil antes de ir a dormir es una estrategia sencilla que puede mejorar la salud física y psicológica. Establecer una limitación en el uso de los dispositivos electrónicos puede mitigar el impacto perjudicial que tienen los móviles en nuestro cerebro. No solo descansaremos mejor.

Si no que además se reducirá el estrés y nos demostraremos a nosotros mismos que no somos dependientes del teléfono. Que hay vida más allá del territorio digital. Ahora bien, ¿cómo lograrlo? ¿Cómo ponerlo en práctica? Estas serían unas estrategias básicas.

Claves para apagar el teléfono al llegar la noche

Es recomendable apagar todos nuestros dispositivos electrónicos dos horas antes de acostarnos. Esto incluye el teléfono móvil. Disponer de ese intervalo de tiempo nos permitirá relajarnos para conciliar un buen descanso. Darnos una ducha relajante o leer un libro son estrategias muy recomendables en esas últimas horas del día.

Asimismo, debemos concienciarnos de algo muy simple. Al llegar la noche nuestro tiempo nos pertenece. Desconectar el móvil nos permite dirigir la mente hacia uno mismo, lejos de trabajo, de todo lo que acontece en el mundo externo y el universo digital. Por ejemplo, echar un ojo a las redes sociales, aunque sea solo por un segundo, supone experimentar de pronto sorpresa, indignación, curiosidad, enfado, fascinación…

Es como tener acceso ilimitado a un buffet de emociones que pone al cerebro en estado de alerta, dificultando el poder conciliar el sueño. No es lo adecuado. Apaguemos el móvil antes de ir a dormir y regalémonos calidad de vida. Algo tan simple, supone mucho.


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