Automedicación con psicofármacos ¿cuáles son las consecuencias?

Muchos recurrimos a la automedicación en nuestro día a día. Así, el consumo de analgésicos o antiinflamatorios como el ibuprofeno es sin duda lo más común. Ahora bien, el auténtico riesgo llega con la automedicación con psicofármacos, una práctica muy peligrosa.
Automedicación con psicofármacos ¿cuáles son las consecuencias?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 16 abril, 2019

La automediación con psicofármacos es cada vez más común. A pesar de que todos estos medicamentos vayan con receta médica, muchas personas recurren a otras vías para disponer de ese recurso con el cual, aliviar su malestar, mejorar el descanso nocturno o calmar esa ansiedad que les dificulta el poder desenvolverse en el día a día.

El uso y abuso de los ansiolíticos es, sin duda, el principal problema cuando hablamos de automedicación. Optar por esta vía sin contar con la prescripción de un profesional y con el apoyo psicológico adecuado, deriva, sin duda, en un efecto boomerang con consecuencias muy lamentables. Si bien es cierto que en un inicio pueden generar alivio, poco a poco, la persona necesitará dosis más altas para obtener el mismo efecto.

Casi sin que se den cuenta, no solo terminan con una seria adicción. En muchos casos, estos psicofármacos pueden interaccionar con otros medicamentos que se estén tomando, aumentando así el riesgo de infartos e incluso de muertes.

No estamos por tanto ante un tema sin importancia, puesto que tal y como nos indican los estudios clínicos, la práctica de la automedicación con psicofármacos es especialmente común en la población más joven. Veamos más datos al respecto.

El autoconsumo de medicamentos para tratar la ansiedad, la depresión o el insomnio está aumentando entre los más jóvenes. En muchos casos, combinan estos fármacos con el alcohol; una práctica con serias consecuencias para la salud.

Chica tomando antidepresivos para representar la automedicación con psicofármacos

Automedicación con psicofármacos ¿en qué consiste?

Llamamos automedicación al uso y consumo de medicamentos sin prescripción médica. En cierto modo, esta práctica es bastante común; de hecho muchos de nosotros la llevamos a cabo cuando recurrimos, por ejemplo, a ese analgésico para aliviar un dolor de cabeza puntual.

Según la Organización Mundial de la salud (OMS), la automedicación es una realidad cada vez más recurrente que debe abordarse mediante una adecuada educación sanitaria. Si bien es cierto que en ocasiones, recurrir a esa pastilla para el dolor de cabeza evita colapsar las consultas médicas, otras veces nos encontramos con un auténtico abuso de determinados fármacos con mayor relevancia médica.

Estos son los más comunes:

  • Antibióticos. Debemos recordar que el mal uso de los antibióticos deriva en la falta de eficacia o resistencias cuando de verdad los necesitamos.
  • Analgésicos opiáceos, diseñados para inhibir los impulsos dolorosos. Un ejemplo de ello es la codeína, el tramadol, la morfina o la metadona.
  • Psicofármacos. Este tipo de medicamentos se usan para para tratar trastornos psicóticos, bipolares, problemas del sueño, trastornos depresivos, trastornos obsesivo-compulsivos, crisis de pánico, etc. Dentro de los psicofármacos, los más comunes en materia de automedicación son las benzodiacepinas.

¿Por qué recurren las personas a la automedicación con psicofármacos?

Las razones por la que alguien recurre a la automedicación con psicofármacos son múltiples. Así, en un estudio llevado a cabo por la universidad de Michigan (Estados Unidos) por los doctores Katherine Harris y Mark Edlund, una buena parte de estas personas lo hacen tras haber pasado por un tratamiento médico y sentir que su problema no se ha resuelto.

En lugar de solicitar ayuda profesional una vez más, optan por otras vías, como es la automedicación. Ahora bien, existen otros desencadenantes que merece la pena tener en cuenta.

  • Hay personas cuyos familiares o amigos están en tratamiento para tratar una depresión o un trastorno de ansiedad. Ellos mismos se identifican con esos síntomas y, sin pasar antes por ninguna consulta médica, deciden automedicarse.
  • En otros casos, el consumo de psicofármacos es el resultado de una práctica social y lúdica entre ciertos jóvenes. Recurrir al consumo del alcohol, marihuana y algún psicotrópico es también algo común.
Cerebro con fármacos para representar la automedicación con psicofármacos

¿Cómo consiguen estos fármacos sin prescripción médica?

Sabemos que los psicofármacos, al igual que muchos otros medicamentos, se consiguen únicamente mediante receta médica. Entonces ¿mediante qué otros medios se puede tener acceso a estos productos sanitarios?

  • A través familiares que sí tienen receta médica.
  • A través de internet, mediante venta callejera o locales que los venden de manera ilegal.
  • Otra vía son los contactos en instituciones sanitarias, como por ejemplo clínicas u hospitales.

Efectos de la automedicación de psicofármacos

El Nordic Cochrane Centre es una entidad sin ánimo de lucro que tiene una finalidad muy relevante. En esta institución, científicos de todo el mundo analizan y revisan con rigor los medicamentos y otros productos sanitarios para comprobar su seguridad y efectividad, más allá de los estudios que proporcionan los fabricantes.

De este modo, algo que señalan y que debe invitarnos a una profunda reflexión es lo siguiente: más de 50.000 muertes anuales en todo el mundo se deben al efecto, abuso o mal uso de los psicofármacos. Los efectos de la automedicación con psicofármacos son, a menudo, letales. Veamos las características.

  • La automedicación de este tipo de fármacos genera en gran parte de los casos dependencia a los mismos.
  • El mayor riesgo es la interacción con otras sustancias. Combinar por ejemplo las benzodiacepinas con alcohol puede ser peligroso. No obstante, los efectos pueden ser mortales si interacciona con otros fármacos que esté tomando la persona.

Los efectos de la automedicación con psicofármacos dependerá del tipo de medicamento que esté tomando el paciente. Sin embargo, lo más común es experimentar lo siguiente:

  • Somnolencia.
  • Rigidez muscular.
  • Temblores.
  • Sensación de abatimiento.
  • Boca seca
  • Estreñimiento.
  • Visión borrosa.
  • Problemas cardíacos, como taquicardias.
  • Reacciones alérgicas.
  • Alteración del ciclo menstrual
  • Disfunción sexual
  • Síndrome de las piernas inquietas
  • Problemas renales.
Mujer para representar la automedicación con psicofármacos

Por otro lado, hay un hecho evidente. Quien recurre a la automedicación para aliviar la ansiedad, su tristeza o cualquier otra realidad personal, lo que encontrará a corto plazo es una intensificación de esos mismos síntomas. También aparecerán otras condiciones psicológicas, como psicosis o confusión mental.

Tal y como podemos intuir, recurrir a la automedicación no solo no es una buena idea. En muchos casos puede costarnos la vida. Ningún fármaco es inocuo y menos aquellos destinados al tratamiento de cualquier condición mental. Seamos prudentes y contemos siempre con la supervisión de los profesionales especializados.


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  • Katherine M Harris, Mark J Edlund.Self-Medication of Mental Health Problems: New Evidence from a National Survey. Health Services Research DOI:  10.1111/j.1475-6773.2005.00345.x

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