La autorrevelación: ¿cuánta intimidad compartes con los demás?

Para construir vínculos fuertes y significativos, podemos practicar la autorrevelación. Es decir, transmitir a los demás aspectos que consideramos confidenciales de nosotros. Sin embargo, ¿hasta dónde debemos llegar?
La autorrevelación: ¿cuánta intimidad compartes con los demás?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 18 marzo, 2022

La autorrevelación es una competencia social de doble filo. Define la capacidad para compartir con los demás información privada: experiencias, pensamientos y deseos que pertenecen al terreno más profundo y personal. Por un lado, todos sabemos que las mejores relaciones son aquellas en que nos permitimos transmitir al otro parte de ese “material sensible” porque hay confianza.

Ahora bien, en ocasiones nos llevamos algún traspié en ese complejo arte de saber qué compartir y qué callar. Porque al abrirnos a los demás, también nos exponemos a ser traicionados. Esto hace, por ejemplo, que muchas personas se muestren tan reservadas que nadie puede acceder a ellas.

Algo así crea distancias y dificulta crear vínculos enriquecedores. En cambio, otros caminan por el mundo con el corazón abierto; todo lo comparten, todo lo dicen, todo lo dejan sobre los demás, sin filtros ni medidas. Esto, obviamente, genera que sufran más de una decepción.

Aunque, por llamativo que nos parezca, la ciencia nos dice que aquellos que dicen lo que sienten y comparten con los demás lo que desean, gozan de mejor salud psicológica… Lo analizamos.

Amigos hablando sobre la autorrevelación
Hay dos ingredientes mágicos para que una relación funcione: la autorrevelación y la confianza.

¿Qué es la autorrevelación?

La autorrevelación es un concepto que introdujeron Altman y Taylor en 1973 a raíz de un trabajo de investigación cierta resonancia. Forma parte de la psicología social y de las relaciones interpersonales. Según esta teoría, la revelación gradual de sentimientos y experiencias personales favorece tanto el sentido de confianza como el conocimiento que tenemos del otro.

Es como ir dejando miguitas de pan, pequeñas pinceladas de cómo somos, para que el otro las recoja y con ellas sea capaz de replicar nuestra imagen, haciéndose así una idea de cómo somos, de qué tonos experienciales y de personalidad nos definen.

La autorrevelación requiere que practiquemos la apertura psicoemocional y el intercambio de información. Todo a través del filtro de la sinceridad. Porque sin ella, difícilmente podremos hablar de un vínculo auténtico.

Ahora bien, es interesante saber que en este campo se abren notables diferencias interindividuales. Hay personas que comparten de inmediato aspectos íntimos de su propia vida con aquellos que acaban de conocer. También abundan quienes resultan altamente herméticos.

Y están los que dudan, los que se hacen la clásica pregunta de ¿hasta dónde debería llegar? ¿Qué debería contar o no contar a esta persona que me gusta y acabo de conocer?

La autorrevelación es un viaje de ida y vuelta: nosotros compartimos pensamientos íntimos y la otra persona debe hacer lo mismo. Si esto último no sucede o percibimos que nos mienten, es mejor dejar esa relación.

La autorrevelación es la piedra angular de la intimidad emocional

¿Quieres iniciar una relación de pareja? Entonces debes practicar la autorrevelación. ¿Deseas construir un vínculo de amistad sólido y enriquecedor? Entonces, debes hacerlo. Es necesario compartir con esa persona aspectos privados de ti mismo. En esencia, para conformar lazos sociales y afectivos, las personas debemos abrir parcelas privadas de la mente y el corazón.

¿Significa que estamos obligados a exponernos? Toda relación requiere un acto de fe, y ese paso de valentía exige practicar dos dimensiones muy concretas: la reciprocidad y la autorrevelación. Es así como se teje, día a día y paso a paso, esa intimidad emocional en la que, de pronto, construimos maravillosos refugios emocionales donde caben dos personas que se sienten en total sintonía…

El problema de la inequidad percibida: cuando revelamos más de lo que nos revelan

La Universidad de Ámsterdam realizó una interesante investigación en el 2018. En ella se profundiza en cómo la autorrevelación sirve no solo para construir relaciones sociales. También es clave para desentrañar el desarrollo y el mantenimiento de las relaciones de pareja y de amistad. Es decir, no solo nos permite conectar con los demás, sino que también es necesaria para atender y cuidar de esos vínculos.

Ahora bien, en muchos casos nos encontramos con un fenómeno recurrente. La inequidad aparece cuando tomamos conciencia de que compartimos con las personas mucho más de lo que ellas nos ofrecen. No solo es que se muestren herméticas, sino que en ocasiones no dicen lo que sienten y la autorrevelación se transforma en tergiversación.

Estas situaciones, como bien podemos imaginar, hacen daño. Sin embargo, hay un hecho innegable. El bienestar y la felicidad interpersonal requieren de un intercambio constante de pensamientos y sentimientos sinceros. A mayor intimidad, mayor vinculación.

Dos amigos hablando sobre la autorrevelación
La autorrevelación ayuda a cultivar la confianza en las relaciones.

¿Cuánto debemos compartir con los demás?

La autorrevelación o ser capaces de abrirnos a los demás compartiendo detalles personales revierte no solo en nuestras relaciones. También en nuestro bienestar psicológico. Ser capaces de hablar sobre aspectos privados de nuestra persona revela que somos capaces de confiar en los demás. Y esto último es necesario, es saludable y nos beneficia.

Sin embargo, quien opta por el hermetismo desprende esa desconfianza y ansiedad social que, de un modo u otro, le perjudica. No poder confiar en nadie nos aísla, nos sitúa en la esfera de la soledad. Ahora bien, hay un aspecto que debemos considerar: no es bueno caer en los extremos. Es decir, no es aconsejable abrirnos por completo a alguien que no conocemos, ni tampoco optar por la frialdad y distancia emocional.

El secreto está en la reciprocidad. Compartiremos tanto como nos compartan. Revelaremos tanto como creamos y necesitemos, sopesando si quien tenemos en frente nos ofrece confianza, sinceridad y empatía. Porque esa es la clave de las relaciones saludables.


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  • Altman, I., & Taylor, D. A. (1973). Social penetration: The development of interpersonal relationships. Oxford, England: Holt, Rinehart & Winston.
  • Sprecher, S., & Hendrick, S. S. (2004). Self-Disclosure in Intimate Relationships: Associations With Individual and Relationship Characteristics Over Time. Journal of Social and Clinical Psychology, 23(6), 857-877. http://dx.doi.org/10.1521/jscp.23.6.857.54803

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