Bebe agua para que tu cerebro pueda rendir al máximo

Bebe agua para que tu cerebro pueda rendir al máximo
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Yamila Papa

Última actualización: 01 junio, 2016

“Dos litros de agua por día mantienen tu cuerpo hidratado”. Seguro que has leído esta frase muchas veces en diferentes medios e incluso la has escuchado en la radio o en la Televisión. Pero lo que esta afirmación no concreta es que el agua también es buena para el cerebro.

Según varias investigaciones hay una relación entre la deshidratación y la falta de concentración o de memoria. El agua es imprescindible para el funcionamiento de nuestro cuerpo, como todos sabemos, pero también para el desarrollo de la mente. Así, lo cierto es que puedes potenciar las capacidades cerebrales bebiendo agua todos los días. ¡Algo tan sencillo como indispensable!

La hidratación y la salud mental

Beber agua a diario permite hidratar los órganos, las células, los músculos… y también el cerebro. Los estudios publicados recientemente indican que aquellas personas que no consumen la suficiente agua aumentan sus probabilidades de padecer una enfermedad, especialmente cuando entran en la vejez.

Mujer cansada

Esto no quiere decir que el agua no haga “más inteligentes” pero sí que nuestro rendimiento mental podrá ser el máximo que seamos capaces de producir en función de nuestras capacidades. Así, el agua actúa como una especie de guardiana de las mismas y, por lo tanto, de nosotros.

No debemos olvidar esta máxima: “a mayor nivel de deshidratación, menor capacidad de alerta y concentración: más somnolencia, fatiga y cansancio”.

Un vaso de agua en el desierto

Para poder entender cómo el líquido es vital en nuestro cuerpo y cerebro, podríamos analizar el caso de una persona que se pierde en el Sahara. Cuando su ración de agua se ha terminado, las alucinaciones y espejismos no tardan en aparecer. Es cierto que hay otros factores que influyen, como las altas temperaturas, el sol y la desesperación, pero la falta de agua afecta de inmediato la coordinación motora, la atención y la memoria a corto plazo.

Según los médicos, cuando alguien está deshidratado tiene menos cantidad de electrolitos y esto conlleva a una alteración en la actividad cerebral y en los demás sistemas que participan en los procesos cognitivos (capacidad para procesar información). La pérdida de líquido en el organismo tiene como consecuencia una mayor producción de hormonas “del estrés” y un declive en el funcionamiento de la memoria y la percepción.

Cerebro hidratado, cerebro “despierto”

La boca seca, el dolor de cabeza o la dificultad para expresarnos correctamente son solo algunos de los síntomas que nos “avisan” de la escasez de agua en el cuerpo y en la mente. El malestar general, el mareo y la desorientación son señales de alerta en un estadio superior.

No debemos esperar a sentir sed para beber agua ya que en ese momento nos encontramos en un grado inicial de deshidratación. Si esto sucede muy a menudo, el cerebro se empieza a resentir. La ingesta pobre de líquidos tiene sus consecuencias a cualquier edad pero sobre todo en los niños y en los ancianos, más vulnerables a los cambios.

Cuando el cerebro está hidratado desaparecen los signos de fatiga mental (tan habituales en la actualidad) y no es necesario hacer un esfuerzo superior para lograr el mismo resultado (evitarás quizás las horas extra en la oficina). Al beber líquido a diario podemos mejorar nuestras actividades cotidianas, sobre todo las relacionadas con la planificación y el procesamiento visoespacial.

Vaso llenándose de agua

Para poder darnos cuenta de si estamos bien hidratados o no, además de beber esos dos litros de agua que tanto nos aconsejan, existen otros factores interesantes. Por ejemplo, analizar el color de la orina (si es oscura y escasa puede ser porque nos falta líquido) y evitar las bebidas alcohólicas, los refrescos y el café (todos ellos causan deshidratación).

Cuando hace calor o practicamos ejercicio es necesario aumentar la ingesta de líquidos y añadir zumos naturales a la dieta. Si no eres de los “amantes” del agua o te olvidas de beber puedes llevar una botella siempre contigo o incluso programar alarmas en diferentes momentos del día. Sea invierno o verano te aconsejamos que bebas agua, por el bien de tu cuerpo y de tu mente!


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.