Los cambios invisibles durante el embarazo
El embarazo es toda una revolución para el cuerpo de la mujer, ya que genera muchos cambios en él, transformaciones que podemos clasificar en visibles e invisibles. Y que no son más que adaptaciones del organismo para garantizar el normal desarrollo del feto.
El cuerpo femenino también se prepara para el parto y la lactancia. También las actitudes y las conductas de la mujer. Todo se activa para la llegada de su hijo, para poder alimentarlo y protegerlo.
Pero, ¿qué cambios invisibles durante el embarazo se dan en el cuerpo de la mujer? Se trata de trasformaciones que no se pueden identificar, pero que juegan un papel muy importante para que el embarazo llegue a término con éxito.
El papel de las hormonas
Los cambios hormonales comienzan temprano y se deben a que la placenta segrega hormonas en la circulación sanguínea de la madre.
Las hormonas que juegan un papel importante durante en el embarazo son las siguientes:
- Hormona gonadotropina coriónica humana (hCG). Se produce solo en el embarazo y casi exclusivamente en la placenta. Los niveles de hCG que se encuentran en la sangre y en la orina de la madre aumentan mucho durante el primer trimestre. Además, esta hormona puede explicar las náuseas que experimentan muchas mujeres en los primeros dos o tres meses.
- Lactógeno placentario humano (hPL). Se trata de una hormona hecha por la placenta que nutre al feto y que estimula las glándulas mamarias en los senos para amamantarlo.
- Estrógenos. Este grupo de hormonas ayudan a desarrollar los rasgos sexuales femeninos y normalmente se forman en los ovarios. También son producidas por la placenta para ayudar a mantener un embarazo saludable.
- Progesterona. Es producida por los ovarios y por la placenta en el embarazo. Estimula el engrosamiento del revestimiento uterino para la implantación de un óvulo fertilizado.
El aumento de la temperatura corporal
La temperatura corporal y la sudoración suelen aumentar durante el embarazo debido a una mayor tasa metabólica y a una mayor actividad de las glándulas sudoríparas.
Unos litros de sangre extra
Después de algunas semanas de embarazo, se producen cambios en el sistema cardiovascular. El volumen de sangre de la mujer aumenta y, aproximadamente, una cuarta parte se drena a través del útero en crecimiento hacia la placenta. Allí, el oxígeno y los nutrientes se intercambian de la madre al feto, lo que es absolutamente crucial para que el feto crezca y se desarrolle normalmente.
Por lo tanto, el corazón debe bombear un poco más fuerte y más rápido, por lo que muchas sienten un aumento del pulso durante el embarazo. Debido a que el suministro de sangre a través de los vasos del útero aumenta unas diez veces hacia el final del embarazo, se requiere que los vasos sanguíneos se expandan y adapten, lo que se denomina remodelación.
La falta de remodelación se puede ver en las complicaciones del embarazo, como la preeclampsia y la falta de aumento de peso en el feto.
Las transformaciones en los riñones y el sistema urinario
Los riñones reciben una mayor cantidad de sangre, por lo que el trabajo de filtración también aumenta. Por otro lado, como consecuencia del aumento del tamaño del útero, los uréteres adoptan un trayecto más sinuoso hasta la vejiga, siendo más frecuentes las infecciones de orina.
El tracto gastrointestinal se ve afectado
El embarazo tiene poco o ningún efecto sobre la secreción o absorción gastrointestinal, pero tiene un efecto importante sobre la motilidad gastrointestinal. Los cambios en la motilidad relacionados con el embarazo están presentes en todo el tracto gastrointestinal y están relacionados con niveles elevados de progesterona.
Además, el útero agrandado desplaza el intestino, lo que puede afectar la presentación de diferentes afecciones, como apendicitis. El conocimiento de la adaptación gastrointestinal al embarazo es necesario para la interpretación precisa de las pruebas de laboratorio, así como estudios de imagen en la paciente embarazada.
El nivel de glucosa en el embarazo
Los órganos de un bebé, como el cerebro, el corazón, los riñones y los pulmones, comienzan a formarse durante las primeras 8 semanas de embarazo. Los niveles altos de glucosa en la sangre pueden ser dañinos durante esta etapa temprana y pueden aumentar la posibilidad de que el bebé tenga defectos de nacimiento, como cardíacos, del cerebro o la columna vertebral.
Por otro lado, los niveles altos de glucosa en sangre durante el embarazo también pueden aumentar la probabilidad de que el bebé nazca antes de tiempo, pese demasiado, tenga problemas para respirar o un bajo nivel de glucosa inmediatamente después del nacimiento.
Respiraciones (y jadeos) más profundas de lo normal
Uno de los muchos cambios inteligentes en el embarazo es que la mujer exhala de forma más profunda con cada respiración hacia el final del embarazo. La progesterona contribuye a ello.
Esto ayuda a la mujer a ventilar bien tanto el calor adicional como los gases residuales y, por lo tanto, la protege a ella y al feto de daños a la salud.
Adaptaciones inteligentes para que el feto se desarrolle
El colesterol aumenta en aproximadamente un 50 %, mientras que los triglicéridos pueden aumentar hasta en un 200-300 %. Esto es así porque el colesterol se incluye como componente básico para el crecimiento tanto de la placenta como del feto.
El aumento de lípidos es una adaptación normal para que la placenta y el feto se desarrollen con normalidad, en parte porque el feto ha recibido mucha azúcar que la propia mujer utiliza cuando no está embarazada.
La placenta conduce
Durante el embarazo, el cuerpo acumula más agua que de otra manera. Este líquido se llama edema y se suele acumular en las piernas, especialmente por la noche y cada vez más durante el embarazo.
El edema se observa con mayor frecuencia como parte de los cambios normales del embarazo, pero se puede identificar un rápido desarrollo de edema pronunciado en la intoxicación por embarazo.
Los cambios en el cerebro
En 2016, un equipo de investigadores de los Países Bajos y España utilizó imágenes por resonancia magnética (IRM) para estudiar lo que sucede en el cerebro durante el embarazo. Al comparar imágenes de resonancia magnética tomadas antes de que las mujeres quedaran embarazadas con imágenes tomadas después de haber dado a luz, los investigadores encontraron que el embarazo reduce la materia gris del cerebro.
La materia gris es el tejido que contiene los cuerpos celulares y las sinapsis de las células nerviosas. Además, la pérdida de volumen persistió durante al menos dos años después del parto. Esta remodelación puede desempeñar un papel en ayudar a las mujeres a hacer la transición a la maternidad.
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