5 claves para recuperar el erotismo

Si sientes bajo deseo sexual, inseguridad o insatisfacción en tus relaciones íntimas, recuperar el erotismo puede serte de gran ayuda. Te contamos algunas claves para trabajar en ello.
5 claves para recuperar el erotismo
Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 12 noviembre, 2022

Vivimos en una sociedad hipersexualizada, en la que toda nuestra atención se centra en los atributos físicos, en la que ha tenido lugar una “revolución sexual” y en la que la publicidad nos bombardea constantemente con el interés sexual como una herramienta de persuasión. Pero, aún así, son muchas las personas que no disfrutan plenamente de esta esfera de su vida, que se enfrentan al bajo deseo, a la inseguridad y a las disfunciones sexuales. Si te encuentras en esta categoría, trabajar en recuperar el erotismo puede serte de gran ayuda.

Y es que el problema surge cuando asociamos la sexualidad al acto puramente físico y olvidamos que está en estrecha relación con el plano psicológico, social y emocional. Cultivar el erotismo nos invita a trabajar en nosotros mismos para alcanzar esa plenitud en lugar de buscar únicamente la solución externa, nos insta a hacernos dueños y responsables de nuestro placer y a participar activamente en su desarrollo.

Mujer triste en la cama con su marido
La sexualidad es mucho más que la penetración, también comprende el deseo y los estados emocionales que se generan con la excitación.

¿Por qué necesitas recuperar el erotismo?

Se estima que cerca del 43 % de las mujeres y el 31 % de los hombres presentan algún tipo de disfunción sexual, siendo el deseo el área más afectada. Y es que, sin darnos cuenta, las influencias culturales y las creencias que adoptamos como propias nos alejan de este pleno disfrute. Algunas de las más comunes y que mayor efecto causan son las siguientes:

El sexo cumple una función meramente reproductiva

Esta idea fue muy promulgada en el pasado, especialmente en asociación con diversas corrientes religiosas; sin embargo, aún en la actualidad estos conceptos permanecen arraigados en la mente de varias personas, limitando su disfrute y llevándoles a sentir vergüenza o culpa por disfrutar de su sexualidad.

El coito es el centro de la actividad sexual

Esto es lo que postula el coitocentrismo, tan presente aún en nuestras relaciones. Bajo este prisma, la penetración es el objetivo principal de la relación sexual y quedan relegados y descuidados otro tipo de intercambios y actividades tan necesarias como placenteras.

Y es que no podemos olvidar que la respuesta sexual humana consta de diferentes fases, y que para llegar al orgasmo es necesario estimular primero el deseo y la excitación. Un trabajo que depende tanto del compañero sexual como de uno mismo, y es aquí donde cultivar el erotismo se hace imprescindible.

Solo si cumples ciertos cánones estéticos tienes derecho al placer sexual

El hecho de que se nos juzgue socialmente en base a nuestro atractivo y a nuestros atributos físicos hace que se generen múltiples inseguridades que nos impiden disfrutar de la sexualidad.

Varios estudios han encontrado una clara asociación entre la autoestima, la satisfacción corporal y la plenitud sexual, de forma que quienes se perciben como menos atractivos se ven más limitados en cuanto al intercambio sexual y el disfrute.

Tu éxito personal va ligado a tu atractivo

Por otra parte, nos encontramos con una posición contraria a la primera de la que hablamos, pero que se hace cada vez más presente: una persona es exitosa en función de su atractivo y del número de parejas sexuales que tiene. Esto hace que muchas personas se sientan presionadas a relacionarse de forma íntima con otras, aun sin realmente desearlo o disfrutarlo, sino como una suerte de obligación o mandato social. Pero, recordemos que el erotismo nos habla más de calidad que de cantidad.

Claves para recuperar el erotismo

Si sientes que algunas de las anteriores creencias pueden estar afectándote en algún grado, recuperar el erotismo te ayudará a superarlas y a retomar el deseo y el placer. Para ello, te proponemos algunas claves por las que puedes comenzar:

1. Conecta con tu cuerpo

Para sentirnos cómodos en nuestra piel, necesitamos trabajar la conciencia corporal, conocernos y conectar con nuestras sensaciones. Hay varias actividades que pueden ayudarnos en esta tarea, por ejemplo: aprender a mirarnos al espejo sin juicios, descubriendo cada parte de nuestro cuerpo, crear una rutina de cuidado de la piel o darnos pequeños masajes.

La actividad física también es muy útil a este respecto. Especialmente prácticas como los estiramientos, el yoga o la danza nos ponen en sintonía con el movimiento y los ritmos del cuerpo y nos hacen más conscientes de las sensaciones.

2. Cuida tu apariencia

Aunque parezca una banalidad, sentirnos atractivos nos ayuda a cultivar el erotismo porque cambia la forma en que nos percibimos y nos ayuda a fomentar la autoestima. No se trata de tener que ir excesivamente incómodos o artificiales, pero sí de cuidar la higiene y la apariencia en cierta medida.

Escoge prendas que vayan contigo, que te favorezcan y tengan materiales agradables. Aprende qué estilos son los que más se ajustan a ti y, aunque te quedes en casa, procura asearte, peinarte y cambiar el pijama por una ropa cómoda pero favorecedora.

3. Cambia tu diálogo interno

Si has detectado ciertas ideas o creencias que pueden estar limitándote, es hora de dejarlas a un lado y sustituirlas por otras más positivas y funcionales. Para ello, puedes realizar una lista con aquellas afirmaciones que te gustaría “instalar” en tu mente y repetirlas varias veces cada día hasta que se sientan naturales para ti. Algunas ideas al respecto podrían ser:

  • “Soy una persona atractiva”.
  • “Me siento a gusto con mi cuerpo y con mi aspecto”.
  • “Merezco placer y disfruto recibiéndolo”.
  • “Me siento cómodo y tranquilo al intimar con otras personas”.

4. Cultiva el deseo

Uno de los grandes errores que cometemos con frecuencia es pensar que el deseo surge de forma espontánea y que nosotros somos meros observadores pasivos. Así, nos sentamos a esperar a que llegue o se despierte, y nos frustramos y resignamos cuando esto no ocurre. Pero lo cierto es que el deseo se cultiva, se trabaja y se favorece su aparición activamente.

Para ello, es importante que deliberadamente pongamos nuestra atención en sentir atracción o deseo, que seamos capaces de identificar los estímulos excitantes y de crear situaciones propicias. Las fantasías sexuales son un buen elemento a este respecto, ya que nos ayudan a erotizarnos mentalmente y a hacer lo mismo con la pareja. Igualmente, la masturbación puede ayudar a aumentar el deseo sexual.

5. Aprende a disfrutar de las sensaciones

Por último, recuperar el erotismo es sacar el foco únicamente del coito y el clímax y aprender a disfrutar del proceso y de los estados psicológicos y emocionales que se despiertan.

Para esto, resulta muy útil practicar la técnica del placereado (en la que la pareja reconecta y se focaliza en las sensaciones mutuas sin recurrir a la penetración). Igualmente, es positivo añadir variedad, creatividad e innovación a las prácticas sexuales, de modo que no haya espacio para la rutina y la desidia y la motivación se incremente cada día.

Pareja en la cama
Enfocar la atención en las sensaciones mientras se mantienen relaciones es una buena forma de potenciar el erotismo.

Recuperar el erotismo mejora la satisfacción personal y en pareja

En suma, recuperar el erotismo es una tarea que hemos de abordar deliberadamente, pero que nos reportará grandes beneficios. Nos ayudará a mejorar la autoestima, a sentirnos más atractivos y más cómodos en nuestra piel y a poder disfrutar en mayor medida de las relaciones íntimas. Puede ser la clave para aumentar la seguridad personal y para mejorar la insatisfacción sexual en pareja.


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