Cognición social en el trastorno límite de la personalidad

Las personas con esta patología experimentan un malestar excepcional en sus relaciones sociales. A este respecto, los déficits en la cognición social juegan un rol relevante, ¿cómo? ¡Te lo contamos!
Cognición social en el trastorno límite de la personalidad
Gorka Jiménez Pajares

Escrito y verificado por el psicólogo Gorka Jiménez Pajares.

Última actualización: 25 enero, 2024

El trastorno límite de la personalidad es una de las entidades clínicas con mayor gravedad que existen. De hecho, bajo el paraguas de la etiqueta de «síndromes graves» solamente se consideran dos más aparte de este: la bipolaridad y la psicosis.

Estas personas tienen extraordinarias dificultades a la hora de relacionarse interpersonalmente. Con frecuencia, se sienten abandonadas por quienes les rodean, por lo que la falta de estabilidad interpersonal es la norma en vez de la excepción. Así, tienden a oscilar entre dos extremos, el ensalzamiento de quienes les rodean y el desprecio por estas mismas personas.

Paralelamente, a lo largo de este artículo vamos a poner citas de una poetisa particular que sufría esta enfermedad: Alejandra Pizarnik. En sus escritos refleja de manera sofocantemente hermosa cómo es sentirse así. Esperamos que puedan ayudar a aportar más luz a esta compleja entidad clínica.

«No me abandones aún si yo me he abandonado».

-Alejandra Pizarnik-

Chica mirándose en un espejo roto
Las personas con TLP son muy inestables, impulsivas y tienen muchas dificultades para relacionarse con los demás.

Una aproximación al trastorno límite de la personalidad (TLP)

Esta entidad clínica se caracteriza por una forma típica de comportarse que tiene su inicio en la adolescencia y que se sigue produciendo durante la vida adulta.

Las personas con TLP tienen dificultades para regular su forma de relacionarse con los demá s, así como con la forma en que se perciben a sí mismas. Además, a menudo sus conductas están vehiculizadas por la impulsividad y tienen intensas dificultades para regular sus emociones (APA, 2015).

Para la American Psychiatric Association deben darse, además de las anteriores características, cinco o más síntomas. Entre ellos podemos encontrar:

  • Evitan con intensidad sentirse solas o abandonadas.
  • Se relacionan de manera poco estable con los demás.
  • Presentan una identidad poco construida, caracterizada por la falta de estabilidad en la propia imagen y en el self.
  • Son muy impulsivas.
  • Amenazan con hacerse daño a sí mismas y se autoinfligen lesiones.
  • Son emocionalmente poco estables.
  • Se sienten permanentemente «vacías».
  • Tienden a carecer de control sobre su ira y les cuesta ejercer la voluntad sobre sus emociones.
  • Pueden presentar ideas paranoides y sintomatología disociativa.

El origen de esta entidad clínica es hoy en día desconocido. Sin embargo, se cree que el trauma en la niñez podría jugar un rol relevante. De hecho, para autores como Stern, este trastorno podría estar entre la neurosis y la psicosis.

Por otra parte, se ha visto que si la persona cuando es pequeña se enfrenta a un contexto en el que dan poca credibilidad y validación a sus pensamientos y sus sentimientos, esto se convierte en factor de riesgo para el desarrollo del TLP (Belloch, 2022).

«Soy un deseo suspendido en el vacío».

-Alejandra Pizarnik-

¿Qué es la cognición social?

Es la forma en la que pensamos a los demás. Alude al hecho de cómo las personas procesan la información que procede de su universo social. Así, la cognición puede entenderse bajo la óptica de un conjunto de habilidades (Coma, 2021): la capacidad de asignar estados mentales tanto a los demás como a uno mismo, en relación con los pensamientos, los sentimientos y la intención en la forma de actuar.

Es la forma en la que las personas operan con la información procedente de las relaciones interpersonales. Alude a cómo la perciben, cómo es interpretada y cómo reaccionan en consecuencia. Por ejemplo, «¿con qué intención me ha dicho que soy un desastre?», «si soy un desastre, me va a abandonar».

Alteraciones de la cognición social en el trastorno límite de la personalidad

Quienes padecen este trastorno son extraordinariamente sensibles a los mensajes de los demás. Tienen serias dificultades para decodificarlos y normalmente los interpretan con una intención desacertada. Así, son personas muy receptivas ante la posibilidad de ser rechazadas y esto se relaciona con la cognición social en dos vertientes (Belloch, 2022):

  • En términos cognitivos, presentan alteraciones en su habilidad para mentalizar. Esta habilidad consiste en la capacidad para reflexionar sobre qué pueden estar pensando los demás y con qué intención nos dicen las cosas.
  • Afectivamente, tienen dificultades con su capacidad empática. Es decir, les cuesta pensar lo que otra persona está pensando y le cuesta experimentar la emoción que otra persona está sintiendo.

«Yo no se hablar como todos, mis palabras suenan extrañas y vienen de lejos, de donde no es, de los encuentros con nadie».

-Alejandra Pizarnik-

De esta manera, les es muy difícil tanto expresarse como comprender la amalgama de emociones que caracteriza al ser humano. En consecuencia, las relaciones interpersonales suelen reportarles mucho malestar. Esto podría explicarse por un déficit en su habilidad para comunicarse con otras personas.

Este déficit podría tener su origen en la niñez. Es en este periodo de la vida cuando los niños comienzan a aprender a relacionarse consigo mismos y con los demás, aspecto que se conoce con el nombre de apego. Es probable que los cuidadores principales hayan sido negligentes a la hora de propiciar situaciones sociales en las que el niño aprenda a relacionarse con los demás, lo que dificulta el desarrollo de su cognición social.

«El lenguaje es un desafío para mí, un muro, algo que me expulsa, que me deja fuera».

-Alejandra Pizarnik-

Niña agarrando un oso de peluche
Las alteraciones en la cognición social de las personas con TLP es muy probable que tenga su origen en la infancia.

Para Belloch (2022), una de las consecuencias de esta ausencia de interacción social en la infancia es el desarrollo de lo que denomina «desconfianza epistémica». Este término alude al hecho de que estas personas aprenden a adaptarse a los entornos familiares caracterizados por el abuso y la hostilidad.

Así, cuando son adultos, rastrean y vigilan de forma intensa y extraordinaria su entorno social, buscando intenciones ocultas cuyo fin es dañarles. Sin embargo, estas intenciones a menudo son inexistentes. Esto les provoca un malestar inmenso.

Como hemos visto, las personas con este trastorno presentan serias dificultades en la cognición social, sobre todo a la hora de relacionarse con los demás, porque les cuesta discernir sus intenciones. Así, a duras penas regulan su propia conducta, lo que les lleva a la inestabilidad.

Afortunadamente, se han desarrollado terapias con buenos resultados para estos pacientes, como la terapia dialéctica conductual (TDC) o la terapia basada en la mentalización (MBT).

«La mentalización ha de desarrollarse a través de un proceso de experiencias en la infancia en las que uno se ve a sí mismo en la mente del otro durante una relación de apego».

-Amparo Belloch-


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  • Belloch, A. (2023). Manual De Psicopatologia. Vol. II (2.a ed.). MCGRAW HILL EDDUCATION.
  • First, M. B. (2015). DSM-5. Manual de Diagnóstico Diferencial. Editorial Médica Panamericana.
  • Gonzalez, A. A. C. (2021). Cognición social en mujeres con trastorno límite de la personalidad y su relación con psicopatología y maltrato infantil (Doctoral dissertation, Universitat Rovira i Virgili).
  • Diaz, E. O. (2021). La cognición social y el funcionamiento social: posibles endofenotipos del trastorno de la personalidad límite (Doctoral dissertation, Universidad Miguel Hernández).

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