¿Cómo dar una mala noticia?
A nadie le gusta dar malas noticias, pero en muchas ocasiones es necesario hacerlo. No queremos dañar al otro, aunque no lo conozcamos. Como dijo Sófocles: “Nadie ama al mensajero que trae malas noticias”.
En cualquier caso, no saber cómo va a reaccionar puede generar ansiedad. Hacerlo con tacto es importante para mantener la situación bajo control o, al menos, un poco controlada.
Por eso es importante aprender a dar una mala noticia. A continuación veremos los consejos que para dar malas noticias y superar el estrés del momento.
¿Cómo dar malas noticias?
No todos estos consejos sirven para todas las situaciones. Al fin y al cano, no es lo mismo comunicar el fallecimiento de un ser querido que comunicarle a un empleado que tienes que prescindir de él o decirle a tu hijo que hay que hacer recortes en casa y se va a quedar sin móvil. Todas son malas noticias y es necesario aplicar el sentido común para dar cada mala noticia en función de su gravedad y de la gravedad de la situación que puede generar.
#1 – Establecer las expectativas de antemano (si se puede)
A veces, las malas noticias suceden de manera inesperada. Sin embargo, en muchas ocasiones, los acontecimientos se ven venir. Por eso, cuando hay que comunicar algo que puede derivar en algo peor es importante poner en conocimiento del otro lo que puede ocurrir, incluida la peor de las posibilidades. Si al final ocurre lo peor o algo malo será mucho más fácil comunicarlo para el que lo tiene que decir y asimilarlo para el que lo tiene que escuchar.
#2 – Elegir bien el momento
No se puede dar una mala noticia de pasada o como el que no quiere la cosa. Hay que buscar el lugar y el momento oportuno y avisar sobre el tema que se va a tratar. Además, hay que hacerlo cuanto antes. Si el interesado se entera por otros medios puede ser peor para él.
#3 – Ir al grano
Cuando alguien nos va a dar una mala noticia se lo vemos en la cara, lo notamos en su forma de estar. Dar rodeos solo hace que aumente la tensión. Nada de lo que se diga podrá suavizar lo que ha ocurrido. Por eso hay que ir al grano, aunque con delicadeza. es decir, que ala persona le quede claro lo antes posible lo que ha sucedido, pero sin dejar de tener el tactor suficiente como para que nuestra forma de expresarnos aumente el impacto de la noticia.
#4 – Explicar los antecedentes y dar los detalles después
La gente quiere saber por qué, encontrar una justificación, incluso culpar a alguien. Pero todo lo que haya que decir sobre ello hay que decirlo después de dar la noticia y cuando el interesado esté listo para escucharlo.
#5 – Sentarse
Sentarse para recibir una noticia impactante tiene dos ventajas. Por una parte, evitará una lesión por desmayo o por pérdida de equilibrio. Por otra parte, ayuda a que el que recibe la noticia pueda ser controlado en caso de pierda los nervios. En cualquier caso, es tan habitual que cuando alguien tiene que dar una mala noticia le pida al otro que se siente que, de algún modo, predispone al otro y le prepara para oir lo peor.
#6 – Ponerse junto al otro
Dar una mala noticia detrás de un escritorio o en una posición más elevada físicamente hace que la tensión entre las dos partes sea mayor. Psicológicamente, el otro se sentirá más apoyado y compendido si el que le comunica algo malo está “más cerca”.
#7 – No implicarse personalmente
En muchas ocasiones el que da una mala noticia no tiene ningún tipo de responsabilidad sobre lo ocurrido o no ha podido hacer más por solucionarlo. Sin embargo, puede ser el blanco de la ira del otro. Por ello es importante no implicarse personalmente y apartarse del mensaje, hablando en general, sin utilizar el “yo” en ningún momento.
#8 – Ser comprensivo
Aunque no nos afecte personalmente e incluso aunque no entendamos la manera de reaccionar del otro, hay que tener en cuenta que cada uno vive las malas noticias a su manera y tiene una reacción emocional distinta. Es importante no ser crítico y respeta la reacción del otro, incluso mostrar empatía.
#9 – Reformular la situación
A veces es posible intentar enfocar la situación desde otro punto de vista para dar esperanza o incluso para sacar algo positivo de lo ocurrido -no siempre se puede-. Reformular la situación, replantear las cosas y buscar un nuevo enfoque ayuda a superar el estrés del momento en que se da la mala noticia.
#10 – Ofrecer alternativas
No siempre una mala noticia es el final de todo. En muchas ocasiones se pueden encontrar alternativas para superar la situación generada por la mala noticia.