Cómo explicar las emociones a los niños

Una de las principales tareas de padres y maestros es educar a los niños en el conocimiento y manejo de las emociones. Para ayudarnos, contamos con estrategias muy concretas. ¿Las quieres conocer?
Cómo explicar las emociones a los niños
Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 07 junio, 2023

La educación emocional es una de las tareas más importantes que padres y educadores deben llevar a cabo con los más pequeños, y es que saber lidiar adecuadamente con los estados de ánimo propios y ajenos resulta fundamental para alcanzar el bienestar y el éxito. No obstante, explicar las emociones a los niños puede ser complicado, ya que se trata de experiencias subjetivas y personales.

A muchos adultos aún nos incomoda tratar con estados emocionales negativos. Cuando un niño expresa rabia, ira, tristeza o frustración, nuestra reacción automática es tratar de silenciarlo o hacerle cambiar a un estado de ánimo más positivo. Sin embargo, esto no siempre es lo más adecuado; de hecho, lo que hacemos es perder oportunidades valiosas para hablar con el pequeño de lo que está ocurriendo en su interior. ¿Cómo proceder entonces?

¿Por qué es importante explicar las emociones a los niños?

Las emociones forman parte de nosotros y comprenderlas nos abrirán las puertas al bienestar. La educación emocional ha de comenzar en la primera infancia. Al comprender las emociones los niños podrán conocerse a sí mismo. Explicar las emociones a los niños es esencial para lograr gestionarlas sin evitarlas ni exagerarlas. Algunos de los beneficios que se obtienen cuando se explican las emociones son:

  • Permite que el niño se conozca.
  • Incremente la percepción de control sobre lo que le pasa.
  • Es fundamental para el desarrollo social.
  • Disminuye los comportamientos agresivos.
  • Reduce las posibilidades de consumo de sustancias adictivas, como alcohol y tabaco.
  • Minimiza el porcentaje de conductas antisociales, autodestructivas y evita los graves daños ocasionados por ellas.

Es importante señalar que el niño debe aprender a expresar sus emociones dependiendo del momento, las personas y la ocasión.

Cómo explicar las emociones a los niños

Profesora enseñando emociones a una alumna

Ponerles nombre

A la hora de explicar las emociones a los niños, lo más recomendable es hacerlo de un modo práctico e integrado en la vida cotidiana. En primer lugar, porque ellos aún no poseen el desarrollo cognitivo necesario para comprender en profundidad explicaciones teóricas -en el mundo abstracto o con ejemplos en diferido no se manejan muy bien-; pero, además, porque las emociones tienen una parte subjetiva asociada a cada momento y sus circunstancias particulares.

No obstante, en diferido sí podemos trabajar para ampliar su vocabulario emocional. Esto es, darles a conocer el extenso abanico de estados emocionales que existen y ayudarles a ponerles nombre. Por su corta edad, muchas veces nos limitamos a utilizar palabras tan genéricas como “bien” y “mal” para hablar de cómo nos sentimos. Sin embargo, no olvidemos que el lenguaje es la base de los pensamientos; por ende, si no cuentan con palabras suficientes para designar los distintos estados internos, les será más difícil comprenderlos y gestionarlos.

Así, para llevar a cabo esta tarea podemos valernos de herramientas como el emocionario, donde se describen de manera específica numerosas emociones. También es importante que nosotros como adultos comencemos a emplear distintas palabras para referirnos a nuestros sentimientos y a los de los niños. Sentirse “mal” puede abarcar tristeza, decepción, frustración, miedo… Comencemos a usar las palabras adecuadas.

Diversión y naturalidad

Para explicar las emociones a los niños no es necesario sentarlos en un pupitre y ponerlos a rellenar fichas. El juego y la diversión siempre son las mejores herramientas para transmitirles ideas, valores y conocimientos. Así, en este caso podemos emplear sus cuentos y películas favoritas para identificar las emociones de sus personajes y comprender de dónde surgen. Mientras leemos o miramos la televisión con ellos podemos comentar lo que va sucediendo, hacerles preguntas y realizar observaciones respecto a lo que cada personaje va sintiendo y por qué.

También el juego resulta una actividad excelente para ir introduciendo estos conceptos. Durante el juego, los niños despliegan su propio mundo interior y juegan a experimentar diversas realidades a través de las historias y “vivencias” de sus juguetes. Así, si jugamos con ellos podremos hablarles sobre las emociones que se derivan de distintas situaciones. Por ejemplo: “la muñeca está entusiasmada porque va a ir a la playa” o “está decepcionada porque su amiga no le ha invitado a la fiesta”.

Niños dibujando emociones

Dar ejemplo, la mejor manera de explicar las emociones a los niños

No olvidemos que los niños aprenden principalmente por imitación y que sus principales referentes son los padres. Por ende, para un niño, la mejor forma de aprender a regular sus emociones procede del modo en que sus progenitores las expresan y manejan. Con frecuencia, tendemos a ocultar nuestros estados emocionales a los más pequeños, con la intención de evitarles preocupaciones. Sin embargo, es positivo que nos vean sentir y gestionar el sentimiento, ya que es algo completamente humano y natural.

Juegos para explicarle las emociones a los niños

Debemos aprovechar cada oportunidad para ayudar a los niños a reconocer y expresar sus emociones. Si es reservado, es útil que usemos métodos sencillos que faciliten la comunicación y que resulten divertidos.  A continuación, te ofreceremos varios juegos para que puedas explicarle las emociones a un niño.

1. Guiñol emocional

Escribe en un mazo de cartas diferentes emociones (las que en concreto quieras trabajar). Luego, elige un personaje y tres cartas al azar de la baraja y representa una historia que contenga esa emoción. Este juego fomentará el reconocimiento y la expresión de las emociones en el niño.

2. Detective de emociones

Para regular las emociones es preciso identificarlas, por eso, busca diferentes personas en una revista, en internet o en cuentos. Juntos, tú y el niño, traten de adivinar qué estado emocional tienen esos personajes en una situación concreta. Después, cada uno deberá proponer las causas que le han llevado a sentirse así y qué podría hacer ese personaje para sentirse mejor.

3. Piezas musicales

La música es un recurso que a los niños les gusta mucho y rápidamente van a estar encantados con el juego. Selecciona diferentes melodías: lentas, rápidas, monótonas… Luego de escucharlas, invita al niño a pensar en qué emoción le suscitó y a que describa una situación que les haya evocado esa música y dibujarla.

4. El compositor

Compón con el niño diferentes canciones que correspondan con una emoción concreta. También pueden hacen una coreografía que le acompañe si le gusta bailar. Pregúntale: “si tuviéramos que escribir una canción sobre la alegría o la tristeza, ¿cómo sonaría?”

5. Diario de emociones

Para niños mayores de 6 años que les cuesta expresar sus emociones, contar con un diario en el cual plasmarlas puede ser útil. Así, no se sentirá presionado a contar sus sentimientos, sino que poco a poco se animará a expresarlos libremente.

Para finalizar, si eres padre o madre, trabaja primero en tu inteligencia emocional, de modo que puedas ser el mejor modelo posible para tus hijos. Exprésate de forma asertiva, aprende a manejar tus propios estados emocionales y sé empático con los sentimientos de los demás, especialmente con los de tus niños.

Sin duda, este será el modo más efectivo y humano para que aprendan a relacionarse con lo que sienten ellos y quienes les rodean. Una habilidad que les abrirá muchas puertas en el futuro y, sobre todo, les ayudará a ser más felices.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Barrett, L. F., Mesquita, B., Ochsner, K. N., & Gross, J. J. (2007). The experience of emotion. Annual review of psychology58, 373.
  • Capote-Calvo, E. (2016). El emocionario de los cuentos (Bachelor's thesis).
  • Salguero, M. J. C. (2011). Importancia de la inteligencia emocional como contribución al desarrollo integral de los niños/as de educación infantil. Pedagogía magna, (11), 178-188.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.