El dolor de vivir con rencor

El dolor de vivir con rencor
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 22 diciembre, 2018

Tener sentimientos de rencor es algo natural en el ser humano. Todos lo hemos sentido alguna vez, pero lo que realmente no debemos permitir es que se nos quede enquistado en nuestro corazón, como una flecha envenenada. Lo único que hará será herirnos, causándonos aún más daño que el que nos produjo la propia acción que hizo que generásemos rencor.

Somos responsables de nuestra felicidad, tenemos derecho a ser felices. Sin embargo, la felicidad es una decisión personal, tú decides si quieres seguir viviendo con sentimientos negativos como el rencor, o si quieres ser feliz despojándote de ellos, de todas esas capas que estaban insanas y que no nos dejaban ver que había en el interior.

El rencor es un sentimiento que nos aporta beneficios cuando lo generamos en sus dosis justas. Por ejemplo, impide que volvamos a confiar en una persona que nos ha traicionado a menos que se vuelva a ganar nuestra confianza.

Pero, cuando hacemos de él nuestro aliado, dejándole que domine nuestra personalidad, generamos un problema  que no teníamos y que a menudo no tiene una solución fácil. Por otro lado, si ya lo hemos generado, debemos enfrentarnos a él con sabiduría: como si de nuestro contrincante se tratara. No es nuestro amigo y no queremos que lo sea.

Mujer con una paloma en el oído dejándose llevar por el rencor

¿Cómo actúa una persona que siente rencor?

Una persona rencorosa es reconocible porque manifiesta algunos de los siguientes rasgos:

  • Su principal sentimiento es la rabia por el daño que siente, que piensa y que no expresa.
  • No desea hablar de o con la persona que les causa rencor.
  • Suele hablar con la persona de manera seca y/o tosca.
  • No miran a los ojos a las personas que les causan el sentimiento de rencor.
  • Desprecian por sistema cualquier idea o sugerencia que realicen las personas hacia las que guardan rencor, incluso aunque en su interior sepan que es buena. Así, prefieren pagar el precio de no seguirla a darles la razón. Por otro lado, se dirigen a estas personas para lo imprescindible, con pocas palabras y directas.
  • Manifiestan su rencor en su comunicación no verbal, activando el sistema nervioso de la misma forma que si se enfrentaran a un peligro y tuvieran que luchar o huir.
  • Van anotando en su libreta mental todas las afrentas que ellos interpretan, desde el momento que se produjo la primera. Son sus armas por si alguna vez el silencio tenso pasa a convertirse en una batalla declarada.

¿Qué efectos tiene para la salud sentir rencor?

Rencor viene del latín y significa “rancio”. Es decir, nada que está rancio puede estar o puede traer nada bueno, por lo tanto una persona con rencor, en primer lugar, se genera más daño a sí misma que a los demás.

Por otro lado, el rencor dispara la presión arterial y el ritmo  cardíaco produciendo estrés, ansiedad… Y el estrés y la ansiedad llevan aparejados mareos, tensión muscular, sensación de ahogo etc.

Una auténtica espiral parecida a la rueda de la que nunca sale el ratoncillo y que no nos conduce a nada. Por lo tanto, tenemos que aprender a manejar nuestras emociones, a utilizar “la inteligencia emocional” y a quitarnos sentimientos dañinos para nuestro cuerpo y nuestra mente. Tenemos que quitarnos esas pesadas armaduras que no consiguen más que perjudicarnos, haciéndonos infelices innecesariamente.

Mujer mirando con rencor

¿Cómo puede aprender una persona a superar su rencor?

En primer lugar, siendo consciente de que tiene rencor. Si no admitimos que tenemos un problema nunca podremos superarlo. Además, hay que aprender a expresar nuestras emociones, hablar de lo que nos molesta con las personas a las que se dirige nuestro rencor.

También es necesario aprender a perdonar. Todos cometemos errores, ¡ojo! nosotros también, tenemos que aprender a ser más indulgentes con los demás y con nosotros mismos.

Y, junto a ello, hay que empezar a pensar de forma positiva. Sí, no es fácil, cuesta trabajo pero es enriquecedor. Si empezamos a cambiar nuestra forma de pensamiento y empezamos a ver las cosas de otra manera, lo notaremos en nuestra mente, en nuestro descanso y en nuestra salud. Si nos tomamos las cosas con más calma, si relativizamos todo un poco y  dejamos las cosas correr, todo será mejor.

Nada es fácil, pero con esfuerzo podemos ayudarnos y liberarnos de sentimientos negativos como el rencor. Utiliza la inteligencia emocional, ríete, escucha a profesionales y empieza a cambiar poquito a poco. La mayoría de las veces, querer es poder.

El poder del perdón

Como se ha mencionado anteriormente, perdonar es importante para superar el rencor. Echeburúa (2003),Catedrático de Psicología Clínica de la Universidad del País Vasco, asegura que el perdón puede tener unos efectos psicológicos positivos: no vivir atormentado, sacudirse el yugo del pasado, mejorar la salud (por ejemplo, dormir mejor, estar más relajado, consumir menos fármacos), reconciliarse consigo mismo y recuperar la paz interior”. 

“El débil no puede perdonar. El perdón es un atributo de los fuertes”.

-Mahatma Gandhi-

Echeburúa airma que “perdonar no es hacer ningún favor a nadie, sino hacérselo a uno mismo. Perdonar es sinónimo de liberación. La persona  que perdona experimenta una disminución del grado de resentimiento frente al otro”. De este modo, a través del perdón conseguimos eliminar ese rencor que sólo causa dolor. Un dolor que nos mantiene presos en el sufrimiento. Así pues, aprender a perdonar será fundamental para conseguir una felicidad plena y liberadora.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.