¿Conoces el síndrome de la silla turca vacía?
El cerebro sigue siendo todavía un misterio para el ser humano. Por ello, las investigaciones científicas no hacen más que progresar, día tras día, en busca de nuevos hallazgos, que arrojen luz sobre su funcionamiento. La literatura cada vez es más extensa y el conocimiento que tenemos sobre el cerebro es más amplio y preciso. En este artículo abarcaremos el síndrome de la silla turca vacía.
Pero… ¿Qué es la silla turca? Muchos asentirán con la cabeza afirmando saber de qué se trata. Otros estarán pensando: ¿tenemos algo que se llama así en la cabeza? Y otros pensarán: me suena de algo… Este nombre tan peculiar proviene del latín, sella turcica. Al parecer está inspirado en la forma de la estructura de una silla de montar.
¿Qué es la silla turca y cómo se produce este síndrome?
Se trata de una estructura cerebral ocupada casi en su totalidad por la glándula hipófisis. Se encuentra justo debajo de la base del cerebro. Cuando la hipófisis se aplana o se encoge la zona parece vacía. No se aprecia en resonancia magnética.
Aunque realmente no está vacía, sino que está llena de líquido cefalorraquídeo. Este líquido rodea la médula espinal y el cerebro. Cuando se da el síndrome de la silla turca vacía (STV), el líquido cefalorraquídeo se filtra hacia la silla y ejerce presión sobre la hipófisis aplanándola o encojiéndola.
Síndrome de la silla turca vacía primario (STVP)
El síndrome de la silla turca vacía primaro (STVP) todavía es objeto de investigación. En este caso, de momento no se ha encontrado ningún proceso patológico previo. Ni su patogenia ni su repercusión clínico-quirúrgica están claros, por lo que los debates continúan abiertos. Aún así existen datos relevantes que, poco a poco, arrojan cada vez más luz.
Síndrome de la silla turca vacía secundario (STVS)
El síndrome de la silla turca vacía secundario (STVS) se origina por un proceso patológico. Puede ser o no de índole tumoral. En la mayoría de los casos, suele tratarse de un adenoma (tumor epitelial benigno) que después involuciona. Esta involución se produce de forma espontánea o con tratamiento. A consecuencia de esto, la cisterna aracnoidea de la base del cráneo se introduce en el espacio que ha quedado vació en el interior de la silla turca.
¿A quién afecta y qué síntomas presenta?
González-Tortosa (2009) destaca que suelen ser pacientes entre los 40 y 50 años. Existe un predominio en el sexo femenino y con una incidencia alta de obesidad. La hipertensión arterial afecta a un 23% de los casos. El 16,6% de estas mujeres son multíparas. También se presentan síntomas de cefaleas. Otro síntoma característico de hipertensión intracraneal idiopática es el zumbido pulsátil de oídos.
Por otro lado, también pueden darse alteraciones visuales como disminución de la agudeza visual o visión borrosa. Las alteraciones mentales también pueden aparecer, sobre todo, cuadros de ansiedad y alteración del comportamiento y distimia. En relación a la sintomatología endrocrinológica, se pueden encontrar alteraciones menstruales y disminución sexual en los hombres.
Hipopituitarismo
El hipopituitarismo es una afección en la hipófisis que provoca una secreción anormal de la cantidad de una parte o de todas sus hormonas. Entre las diferentes hormonas podemos encontrar: la prolactina, la oxitocina, hormona del crecimiento, hormona antidiurética, hormona luteinizante, etc.
El equipo de Necochea (1998) señala que el STV puede ser una de las causas del hipopituitarismo. Otra de las causas más comunes “son los tumores intraselares o paraselares, como los adenomas hipofisiarios, los craneofaringiomas, meningiomas y linfomas”. Los autores también apuntan como causa a la necrosis isquémica de la hipófisis y a la isquemia hipofisiaria por vasculitis o diabetes miellutis.
Por otro lado, también puede producirse por infección de la hipófisis. Estas infecciones podrían estar producidas por la tuberculosis, brucellosis, sífilis, micosis. O por otras enfermedades como sarcoidosis, hemocromatosis e histiocitosis.
El síndrome de la silla turca vacía en niños
El equipo de González-Fernández (2009) encontró diferencias sintomatológicas entre adultos y niños en el STV. Una de estas diferencias es que en los niños no se ve en sujetos obesos. Tampoco existe un predominio claro de sexos y la silla turca no está agrandada. Esto sugiere que podría darse una patogenia diferente en ambas.
Como señalan los autores, otra de las diferentes “es la función hipotálamo-hipofisiaria (HH). Generalmente, la función hormonal HH no se encuentra alterada en los pacientes adultos aunque no está absolutamente exenta de encontrarse”. Los autores hacen especial hincapié en el estudio de la función HH, ya que se da con mayor frecuencia en niños que en adultos.