Cosas que pueden dañar tu relación

¿Te has preguntado alguna vez qué hace que una relación de pareja pueda fallar? El secreto estaría en los pilares de la relación. Aquí te contamos un poco más.
Cosas que pueden dañar tu relación
María Vélez

Escrito y verificado por la psicóloga María Vélez.

Última actualización: 10 marzo, 2020

Estar en una relación de pareja es estar constantemente buscando el equilibrio entre dos personas. Hay muchas formas de trabajar ese balance, pero fundamentalmente lo necesario es tener ganas de luchar por la relación y comprender los deseos y necesidades de ambos. A pesar de ello, a menudo nos encontramos con ciertas dificultades que pueden dañar la relación.

Generalmente, los obstáculos suelen ser pequeños y totalmente superables. En otras ocasiones, los problemas vienen desde los pilares sobre los que se construyó y éstos serían los más difíciles de derribar. No obstante, aquí hablaremos de varios asuntos que pueden dañar tu relación y sobre los que no está de más reflexionar antes y durante el transcurso de una relación.

Ir demasiado rápido

Al principio nos sentimos enamorados y queremos todo con la otra persona. Nos involucramos muy rápido sin reflexionar y sin parar a pensar qué queremos realmente o qué me puede aportar el otro. Generalmente, cuando se comienza una relación no se conoce bien a la persona con la que estamos. En este caso, hay veces que al ir rápido, nos vemos envueltos en una relación en la que realmente no queremos estar. Es decir, hemos decidido primero estar con alguien, en lugar de conocer a esa persona.

Esto puede dar lugar a parejas o matrimonios sin futuro, o simplemente a situaciones incómodas que acaban rompiendo una relación que, si hubiera tenido otro ritmo, hubiera llegado muy lejos.

No confiar en tus instintos

Cuando algo no está bien del todo, nuestro instinto nos lo dice incluso aunque intentemos ignorarlo. A veces estamos tan ciegos por amor que no confiamos en nuestros propios sentimientos. Por ello, es importante saber reconocer los problemas cuando existen y solucionarlos juntos para que el amor pueda perdurar.

En cierta medida, si no confiamos en nuestro propio instinto, es posible que luego venga una especie de arrepentimiento. Una sensación de haber ido en contra de lo que sentías, tanto para bien como para mal.

No amarte a ti mismo

Para poder confiar en los propios instintos, es primordial quererse a uno mismo. Al no aceptarte y valorarte, te podrías estar condenando irremediablemente a llevar tu relación a mal puerto. Puede que si no te quieres, demandes mucha atención, o que no establezcas ciertos límites necesarios para el respeto y amor mutuo.

El amor propio es el arma más poderosa que puedes tener para tener una relación sana.

No tener buena comunicación

Una de las cosas de las que más te arrepentirás y que más puede dañar tu relación, es la falta de comunicación con tu pareja. A menudo dejamos de tratar algún problema porque no queremos alterar la calma, molestar al otro o herir los sentimientos. Sin embargo, no hay ocasión en la que hablar las cosas y arreglarlas no sea la mejor opción. Para tener una relación sana es un requisito indispensable pararse y hablar, aunque pueda resultar doloroso.

Tampoco se puede pretender hablar las cosas de cualquier manera. Es necesario que las dos personas se comuniquen desde la asertividad. Respetando los tiempos y palabras del otro. Escuchar al otro, además de facilita la comunicación, es un ejercicio que llena de satisfacción. Da lugar a que el otro se abra y nos exprese su opinión y deseos. Esto fortalece la confianza y, seguramente, resolver los conflictos sea más fácil de lo que esperas. Además de ser más gratificante que huir o esconder los problemas.

Superarlo juntos

En definitiva, lo esencial es que a pesar de todo esto, se trabaje por igual desde ambas partes de la pareja. Ambos deben, al mismo tiempo, ser conscientes y aprender del otro, con el objetivo de mejorar la calidad de la relación y el bienestar de ambos.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.