¿Crisis de pareja o ruptura definitiva?
Una crisis de pareja suele representar un momento duro. Sin embargo, no todas ellas derivan en una ruptura. Además, si se trata de una pareja que ha pasado por varias crisis, puede ser difícil saber si se debe a un nuevo momento de incertidumbre/enfrentamiento; o la relación ya se ha roto definitivamente y solo quedan las cenizas.
Asimismo, existen diferentes tipos de crisis de pareja y también diferente tipos de rupturas. La principal diferencia entre ambas es que la ruptura constituye un punto y aparte. Pero, antes de seguir, terminemos de redondear la definición.
Cuando hablamos de crisis de pareja nos referimos una situación de alta tensión, en la que suele darse un distanciamiento temporal. En cambio, una ruptura implicaría una separación definitiva, en donde las partes involucradas rompen los vínculos que las unen.
Así pues, existen diferencias entre las dos situaciones. Lo complicado es que, en ocasiones, estas disparidades empiezan a ser más claras cuando el tiempo pasa, cuando los cambios se dirigen en una u otra dirección.
Por otro lado, no saber si una crisis terminará o no en ruptura suele generar mucha ansiedad e incertidumbre. Es por ello que en este artículo te enseñaremos a diferenciar una crisis de pareja de una ruptura definitiva.
Diferentes tipos de crisis de pareja
Los problemas suelen ser los precipitantes más comunes de las crisis de pareja. Aunque también pueden ocurrir tras una infidelidad, el nacimiento de un hijo o una pérdida importante. Por tanto, los diversos motivos dan origen a diferentes crisis de pareja.
Dentro de las crisis de pareja más complicadas de superar encontramos las que se han iniciado/materializado con una infidelidad; ya que con ella se pierda la confianza en el otro y la complicidad entre ambos. Además, la víctima se siente traicionada y engañada, lo que a su vez debilita su autoestima.
Por otro lado, las crisis de pareja que son por evolución de la relación son las que mejor se llevan y las menos difíciles de superar. Por ejemplo, nos referimos a las crisis que son simplemente por el paso del tiempo y los cambios naturales, en la relación, como el inicio de la convivencia o el nacimiento de un hijo. En estos casos, el vínculo, la unión, no se ha visto atacado.
Las crisis de pareja pueden deberse a múltiples factores. Por ejemplo, a una infidelidad, el nacimiento de un hijo, un grave problema familiar o problemas constantes en la convivencia.
Crisis de pareja frente a ruptura definitiva
Los antecedentes y la historia de la pareja dicen mucho sobre si estamos en situación de crisis o de ruptura. Si se trata de una pareja que ha pasado por muchas crisis, puede existir un desgaste tan importante en la relación que ello desemboque en una ruptura definitiva.
Al contrario de lo que se suele creer y pensar, de que “esta es solo una crisis más”, el hecho de que exista una historia de separaciones o rupturas temporales produce agotamiento y la sensación en la pareja de vivir en una especie de eterno sufrimiento.
Dicho de otro modo, las crisis repetidas generan indefensión aprendida, en donde uno o los dos empiezan a pensar que “ya nada tiene arreglo”, y se piensa que la ruptura definitiva es la mejor opción.
Por su parte, el motivo de la separación también es un aspecto clave. Por ejemplo, las crisis que son consecuencia de una infidelidad suelen terminar en rupturas; pues el engaño es devastador para la confianza de la pareja y el plan de futuro juntos.
Es decir, una infidelidad da origen a una crisis de pareja, que si no se gestiona correctamente y en un tiempo adecuado, puede acabar en una ruptura definitiva. Ya que es probable que se haya agotado la capacidad para perdonar y volver a construir.
En cambio, si el motivo de la crisis son los problemas en la convivencia, o las tareas del hogar, es más probable que ésta no conlleve la separación. Sin embargo, si estamos frente a repetidas crisis de pareja por problemas de convivencia, es posible que se produzca un gran desgaste emocional en los involucrados y se evalúe una ruptura definitiva.
El motivo de la separación también es un aspecto clave, las rupturas definitivas que surgen como resultado de infidelidades suelen terminar en rupturas.
Los cuatro jinetes del apocalipsis en las relaciones de pareja
Ahora bien, cuando en la pareja existen señales importantes de incompatibilidad podemos pensar que estamos frente a una ruptura definitiva. En este caso, nos referimos a los “cuatro jinetes del apocalipsis” que el Dr. John Gottman describió tras años de investigación sobre las relaciones de pareja.
Según Gottman, las cuatro señales más importantes que apuntan a una ruptura definitiva son:
- Las críticas destructivas. Que refieren a un ataque directo a la personalidad y autoestima de la persona. Por tanto, la víctima se siente rechazada, violentada y herida. Un ejemplo de ello sería: “otra vez los platos sucios, eres un desconsiderado y un desordenado, nunca me ayudas en nada y dejas todo a la mitad, ¿cuándo harás las cosas bien?”.
- La actitud defensiva: ocurre principalmente como una respuesta a la crítica destructiva. Ante un sentimiento de acusación o injusto reclamo, la persona con una actitud defensiva actuará en forma de víctima, se excusará constantemente y tratará de echar la culpa al otro
- El desprecio hacia el otro: implica mantener una actitud sarcástica e irrespetuosa con la pareja, asumiendo una posición de superioridad moral sobre el otro. Algunos de los comportamientos más característicos son: poner apodos, voltear los ojos, ignorar al otro, imitar y repetir lo que dice con tono de burla, etc.
- La actitud evasiva: suele ocurrir como respuesta al desprecio. Consiste en distanciarse del otro y aislarse en las discusiones en vez de afrontarlas. Algunas de las conductas evasivas son desligarse mentalmente de la discusión; actuar como si estuvieses ocupados para evitar la interacción, involucrarse en actividades que los distraen, etc.
De este modo, si en las crisis de pareja se dan estas actitudes o patrones de comunicación nos informa de que estamos pasando por un momento delicado, de manera que es muy probable que se produzca una ruptura.
Para concluir, resaltamos la dificultad de determinar con precisión si la relación se encuentra pasando por una crisis pasajera o por una ruptura definitiva. Pues, dentro de estas situaciones confluyen una serie de variables que hacen que cada pareja sea todo un mundo.
No obstante, podemos tener en cuenta algunas señales que dirigen la relación hacia la ruptura: la frecuencia de las crisis (si son demasiadas la situación empeora), si las razones de la crisis no responden a un cambio natural de la pareja (como lo son la llegada de los hijos, convivencia, vejez, etc.) y la incompatibilidad de la pareja.
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