Cuando mueren personas famosas: la pérdida de Chadwick Boseman

¿De qué manera vivimos y procesamos las pérdidas de las celebridades? Hace solo unos días nos dejaba el actor Chadwick Boseman, un adiós que nos invita también a reflexionar sobre el impacto del cáncer y la dureza de esta enfermedad.
Cuando mueren personas famosas: la pérdida de Chadwick Boseman
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 12 septiembre, 2020

Cuando mueren personas famosas sucede un fenómeno psicológico interesante. Vivimos muchas de estas pérdidas con gran impacto, como la sucedida hace unas pocas semanas con el actor Chadwick Boseman. Tras llevar su enfermedad de manera privada durante varios años, finalmente recibimos con desconcierto la noticia de su fallecimiento por cáncer de colon.

Hacía solo unos meses, nos sucedió casi lo mismo con el escritor Carlos Ruiz Zafón. Otra pérdida temprana por exactamente la misma enfermedad. Podríamos hacer un recorrido extenso por cada adiós dado a lo largo de este año y los anteriores a figuras públicas que, de algún modo, nos han acompañado de diversas maneras. Bien a través de la pequeña o gran pantalla, a través de la música o en el mágico refugio de los libros.

Algunos podrían decir que el fallecimiento de estas personas no deberían suponernos ningún problema. Al fin y al cabo, no las conocimos en persona. Sin embargo, asumir esto es un error. Porque desde un punto de vista psicológico sabemos que la muerte de las celebridades puede vivirse de manera disruptiva. Todo depende de la admiración que sintiéramos hacia esa persona en concreto.

En el recuerdo aún llevamos, por ejemplo, el triste adiós a Robin Williams, como también el fallecimiento traumático de Kobe Bryant en un helicóptero este mismo año. Son muchas las figuras que se han desvanecido de nuestra actualidad y que aún ahora, seguimos evocando con silenciada tristeza.

Profundizamos un poco más en este tema.

Black Panther representando el impacto de cuando mueren personas famosas

Cuando mueren personas famosas: impacto psicológico

La muerte de Chadwick Boseman fue una de las noticias más comentadas y compartidas durante varios días. Su imagen y los fotogramas de la película Black Panther fueron casi un continuo en redes sociales. El impacto de su pérdida fue doble, en primer lugar, porque era una figura en auge, además de un referente dentro de la comunidad negra.

No obstante, su pérdida abrió a su vez un debate que está adquiriendo cada vez más relevancia. Boseman falleció de cáncer de colon con 43 años tras que se le diagnosticara en una fase avanzada cuatro años atrás. A día de hoy se recomienda realizar cribados y test de sangre oculta en heces a partir de los 50 años. La necesidad de reducir la edad de estas revisiones es algo urgente, dada la incidencia de fallecimientos que están dándose en la población de 40 años.

Cuando mueren personas famosas suelen abrirse debates públicos sobre la causa que ha llevado a esa pérdida. Ejemplo de ello son también los problemas de salud mental.

Robin Williams, Philip Seymour Hoffman, Anthony Bourdain, el DJ sueco Avicii, Chester Bennington (vocalista de Linkin Park)… Son muchas las celebridades que optaron por quitarse la vida dejándonos no solo el vacío de su pérdida, sino también la necesidad de poner mayor atención en los trastornos psicológicos y el problema de las adicciones.

El fallecimiento de una celebridad impacta en la sociedad de muchas maneras. Y esto no deja de ser por sí mismo un fenómeno interesante. No solo toma mayor relevancia el hecho que ha provocado la pérdida. Además, está el factor emocional y el modo en que vivimos esa noticia.

Toda muerte repentina nos conmociona y que suceda, es normal

No importa que no conociéramos en persona a Chadwick Boseman, ni tan siquiera que nunca hubiéramos visto sus películas.

Toda muerte genera impacto porque siempre hay aspectos y detalles en los que podemos sentirnos identificados: una persona joven, una enfermedad que nos es conocida… Sentir tristeza y conmoción es comprensible, somos empáticos y seres emocionales que conectan con las realidades que nos rodean.

Robin Williams representando el dolor de cuando mueren personas famosas

Las celebridades no son estrellas o superhéroes, son personas

A menudo, admiramos a escritores, actores, cantantes como quien adora a su deidad particular. Los encumbramos cuál estrellas hasta que de pronto nos levantamos con la noticia de su pérdida. Cuando mueren personas famosas tomamos conciencia de la vulnerabilidad humana y de la impermanencia.

Se despierta nuestro sentido de mortalidad y, a su vez, la conciencia de lo fugaz que puede ser la vida. La pérdida de las celebridades nos invita también a recordar la importancia de apreciar lo que nos rodea, la sencillez del día a día y del cariño de los nuestros.

Cuando mueren personas famosas tenemos pleno derecho a sentirlo, a llorar y a hacer un duelo

Chadwick Boseman era uno de esos actores adscritos a la factoría Marvel. A día de hoy, y aunque nos cueste creerlo, estas figuras se alzan como referentes culturales. Niños, adolescentes, adultos… Son muchos los que han sentido esa pérdida, en especial por toda su contribución y tributo a la comunidad negra. Por tanto, es común que se genere un dolor colectivo.

Lo mismo sucede cuando fallece cualquier otro actor o actriz, escritor o músico. El sufrimiento es real y puede crearse un vacío, tener que vivir un tiempo con el remolino de unos sentimientos contrariados y desafinados hasta el punto de no saber cómo manejar todo ello.

Las pérdidas de figuras como Amy Winehouse, Kurt Cobain, David Bowie o incluso Freddy Mercury en su día, por ejemplo, supusieron para generaciones enteras tener que hacer un duelo.

Muchas de estos artistas no solo formaron parte de nuestra cultura. Fueron también quienes nos acompañaron en muchos momentos de nuestras vidas. Y aunque su legado nos acompañe siempre, es normal, comprensible y respetable sentir sus pérdidas.

Es algo que siempre ha sucedido y que siempre sucederá. Llorar por quien fue capaz de darnos felicidad a través de sus obras y su talento, nos hace más humanos y honra la memoria de quien ya no está.


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