Denuncia profesor: "sin educación emocional, no sirve para nada resolver ecuaciones"

El profesor Rafael Guerrero piensa que la educación emocional debería estar presente de manera explícita en el currículum académico. Así, hoy queremos analizar el pensamiento de un investigador con varios estudios en el campo.
Denuncia profesor: "sin educación emocional, no sirve para nada resolver ecuaciones"
Ebiezer López

Escrito y verificado por el psicólogo Ebiezer López.

Última actualización: 06 abril, 2022

Educar en emociones es tan vital como enseñar a las personas a leer y escribir, según Rafael Guerrero. Sin una gestión saludable de los sentimientos es difícil que los jóvenes se vuelvan adultos competentes. Por lo tanto, este profesor denuncia la falta de educación emocional en las escuelas y aboga por una enseñanza más humana. Para él, no solo importa qué tanto sepa el estudiante, sino también cómo se sienta.

Ahora bien, la pregunta sería: ¿es tan esencial como afirma esta figura? ¿Cómo podría implementarse este tipo de educación en las aulas? Hay varios retos que superar antes de lograr este objetivo, pero sus aplicaciones prometen mucho.

La importancia de la educación emocional en las escuelas

Rafael Guerrero es profesor de la Universidad Complutense de Madrid en los programas de Magisterio. Como docente, se dedica a la enseñanza de técnicas de gestión emocional. Si bien no están dentro del currículum académico normativo, para Guerrero es un aspecto clave de la educación.

De acuerdo con él, gran parte de los problemas que tienen los adultos se deben a la incapacidad para regular sus emociones. También cuenta como sus estudiantes relatan no haber recibido apoyo a nivel emocional por parte de su entorno en la infancia. Todo esto genera problemas de adaptación en la edad adulta, nudos costosos de deshacer.

Por esa razón, Guerrero declara que es importante trabajar la educación emocional en las escuelas desde todos los niveles. Un adulto puede llenarse de conocimiento, pero si sus emociones le juegan un mal rato, es poco probable que lo aproveche. Entonces, ¿sí es necesario enseñar sobre los sentimientos?

A continuación, se analizarán las evidencias científicas que apoyan ese argumento.

Niños en clase haciendo una actividad grupal

Inteligencia cognitiva e inteligencia emocional

No hay una definición única de la inteligencia. Por lo general, se describe como la capacidad cognitiva que permite al individuo aprender, pensar y utilizar conocimientos de modo eficiente. También, suele asociarse con la capacidad de solucionar problemas y adaptarse al entorno.

En este sentido, los primeros estudios sobre este proceso psicológico se centraron solo en sus dimensiones cognitivas. Más adelante, otros investigadores como Welsch (1943), resaltarían la importancia de otros factores intelectuales que influían sobre la inteligencia.

Luego, Howard Gardner reforzaría este argumento con su teoría de las inteligencias múltiples en 1983. Después, sería Daniel Goleman quien haría popular el término con su libro Inteligencia Emocional, publicado en 1995. En su obra, expone como las emociones dominan una gran parte de la actividad intelectual según lo que se conoce sobre el cerebro.

Desde la aparición y popularización de este tópico se han hecho muchas investigaciones respecto al tema. Carmeli, Yitzhak-Halevy y Weisberg (2009) publicaron un trabajo sobre la inteligencia emocional y bienestar psicológico. Como resultado, encontraron que la inteligencia emocional se vinculaba de manera positiva con mayor autoestima, satisfacción y auto-aceptación.

Esta investigación ofrece una base para evaluar la importancia de la educación emocional en las escuelas. Resulta lógico asumir que, si la inteligencia emocional predice un mayor bienestar, promoverla desde la infancia es necesario para un desarrollo sano.

¿Es posible introducir educación emocional en las escuelas?

Retomando el hilo anterior, Edara (2021) presentó un estudio sobre inteligencia emocional (IE), bienestar subjetivo y estrés psicológico en alumnos universitarios taiwaneses. Con este fin, se diseñó y aplicó un curso de gestión emocional que duró 18 semanas. Los niveles de IE y estrés psicológico se midieron al inicio de la intervención y al finalizar.

Entre sus hallazgos, se descubrió que después del programa, los niveles de inteligencia emocional aumentaron de modo significativo. Aparte, el bienestar subjetivo se elevó, mientras que el estrés psicológico disminuyó. Partiendo de estos descubrimientos, el autor señala que la IE sí puede ser parte de un sistema de educación formal.

De nuevo, la evidencia científica confirma el vínculo entre una mejor gestión de los sentimientos y el equilibrio psicológico. Teniéndolo en cuenta, es posible afirmar que la educación emocional en las escuelas podría tener efectos positivos sobre el bienestar de los jóvenes, situándose en una posición en la que serían más capaces de desenvolverse en lo académico, laboral, social, etc.

Niños dibujando emociones

Un reto para el futuro

Partiendo de esta base, se plantea un nuevo reto para el futuro de la educación: enseñar a gestionar emociones. La consciencia acerca de los problemas referentes a salud mental cada vez cobra más importancia en la sociedad. En vista de que influye en todos los ámbitos, es lógico que se aplique en educación.

Por otro lado, es necesario realizar más trabajos de investigación sobre los programas de inteligencia emocional. Kotsou et al. (2019) elaboró una revisión sistemática en la que evaluó trabajos sobre IE. En sus conclusiones explica que los estudios evidencian la eficacia de los programas. Sin embargo, hasta que no haya más datos, no se pueden generalizar sus resultados.

Para cerrar, es posible afirmar que Rafael Guerrero apuesta por la educación emocional en las escuelas. Sobre todo, en las primeras etapas de la infancia, cuando las experiencias son más significativas y forman la base de la personalidad. No obstante, para generar este cambio todavía hay camino que recorrer.


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  • Carmeli, A., Yitzhak‐Halevy, M., & Weisberg, J. (2009). The relationship between emotional intelligence and psychological wellbeing. Journal of Managerial Psychology.
  • Edara, I. R. (2021). Exploring the Relation between Emotional Intelligence, Subjective Wellness, and Psychological Distress: A Case Study of University Students in Taiwan. Behavioral Sciences, 11(9), 124.
  • Kotsou, I., Mikolajczak, M., Heeren, A., Grégoire, J., & Leys, C. (2019). Improving emotional intelligence: A systematic review of existing work and future challenges. Emotion Review, 11(2), 151-165.
  • Wechsler, D. (1943). Non-intellective factors in general intelligence. The Journal of Abnormal and Social Psychology, 38(1), 101.

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