Deportes de equipo y desarrollo personal, ¿cómo se relacionan?
El deporte, practicado con cabeza y frecuencia, es una fuente inagotable de salud. Una salud física, pero también mental. Porque el deporte no solo es un campo para liberar energía de manera dirigida y controlada, también es un plano que puede incentivar nuestro desarrollo personal y enseñarnos a trabajar mejor en equipo.
El deporte tiene un gran valor y es una herramienta extraordinaria en todas las etapas de la vida, más aún en las etapas iniciales, cuando se empieza a forjar la personalidad.
Las etapas de la infancia y de la adolescencia son cruciales, son los momentos en los que las personas son más vulnerables y moldeables. Por lo que aquello que suceda en esas fases marcará positiva o negativamente el desarrollo de las personas e influirá en su formación.
En muchos casos, el escenario deportivo es ese lugar donde la persona empieza a trabajar en un objetivo compartido, sacrificando en favor de este sus intereses personales.
Quizás un niño quiera jugar de delantero, pero para el equipo sea mejor que juegue por la banda. Será este un momento para negociar, para dar paso a la asertividad o para apreciar los efectos de la generosidad y el sacrificio.
Hoy, queremos hablar sobre todo aquello que nos puede aportar la práctica del deporte de equipo. Para ello, empezaremos por conocer algo más sobre desarrollo personal.
¿Qué es el desarrollo personal?
El desarrollo personal es un proceso mediante el cual las personas intentamos descubrir o perfeccionar todas nuestras potencialidades o fortalezas. La idea será alcanzar nuestros objetivos, deseos, inquietudes, anhelos, etc., movidos por un interés de superación, así como por la necesidad de dar un sentido a la vida. (Dongil E. y Cano A., 2014)
Este desarrollo depende de muchos factores, desde el entorno más próximo en el que crecemos hasta nuestras características individuales o la sociedad en la que nos encontramos. Afinando, diríamos que en el desarrollo personal interfieren procesos biológicos, procesos individuales y procesos sociales.
El principio epigenético de Erikson afirma que “todo ser vivo tiene un plano básico de desarrollo, y es a partir de este plano que se agregan las partes, teniendo cada una de ellas su propio tiempo de ascensión, maduración y ejercicio, hasta que todas hayan surgido para formar un todo en funcionamiento”. (Como se cita en Bordignon, 2005)
“Ningún jugador es tan bueno como todos juntos”.
-Alfredo Di Stéfano-
Deportes de equipo
Teniendo en cuenta la definición de desarrollo personal y lo expuesto en la introducción, podemos intuir que tiene relación con el hábito del deporte.
Los deportes de equipo se caracterizan por la presencia de varios compañeros que cooperan y colaboran para conseguir los objetivos del juego. Esa meta común debe ser alcanzada a través de una estrategia consensuada y aprobada por los miembros del equipo.
Por lo tanto, podríamos deducir que lo que mueve a ese conjunto de personas es la consecución de unos objetivos marcados previamente. Es importante comprender que para la participación en deportes de equipo hay que seguir unas reglas explícitas que tienen que ver con el respeto al juego, al contrario, al propio equipo y a la propia persona.
De no respetarlas, la sanción vendrá seguramente por parte del árbitro, pero también del equipo contrario, del equipo propio e incluso de uno mismo. Esta idea es la que hace posible que los deportistas no rompan las normas, protegiendo al deporte por encima de los objetivos individuales o grupales.
Dado que el deporte puede constituir un medio educativo para la formación y el desarrollo de los individuos, practicar un deporte de equipo tiene muchos beneficios. Estos son algunas habilidades y valores que puede inculcar su práctica:
- Sentido de pertenencia.
- Trabajo en equipo.
- Respeto.
- Toma de decisiones.
- Lealtad.
- Superación.
- Disciplina.
- Responsabilidad.
- Empatía.
- Fomento de la igualdad y de la no discriminación.
- Escucha activa.
- Promoción de un buen uso del ocio y del tiempo libre.
Formas en las que practicar deportes de equipo
Hay diferentes maneras de practicar deportes de equipo. Las más populares suelen ser fútbol y baloncesto, pero hay otros como rugby, balonmano, waterpolo, natación sincronizada, voleivol, rafting… Todos ellos pueden inculcarnos los mismos valores y enseñarnos las mismas habilidades.
Lo importante es hacer actividades que nos permitan crecer y desarrollarnos en todos los ámbitos de la vida. Que nos ayuden a ser personas autónomas, independientes y empoderadas.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Bordignon, N. A. (2005). El desarrollo psicosocial de Eric Erikson. El diagrama epigenético del adulto.
- Buceta, J. M. (1995). Interveción psicológica en deportes de equipo. Revista de psicología general y aplicada: Revista de la Federación Española de Asociaciones de Psicología, 48(1), 95-110.
- Collado, E. D., & Vindel, A. (2014). Desarrollo personal y bienestar. Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés. España.
- Garcia Mas, A., & Vicens Bauzá, P. (1994). La psicología del equipo deportivo: Cooperación y rendimiento. Revista de Psicología del Deporte, 3(2), 0079-89.
- Salguero, A. R. C. (2010). El deporte como elemento educativo indispensable en el área de Educación Física. EmásF: revista digital de educación física, (4), 23-36.
- Sanmartín, M. G. (2004). El valor del deporte en la educación integral del ser humano. Revista de educación, 335, 105-126.