7 derechos que practican las personas asertivas

7 derechos que practican las personas asertivas
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 25 enero, 2022

Los derechos que practican las personas asertivas se basan en el principio de la lealtad a sí mismas y en el respeto a los demás. Un ejercicio nuclear de Inteligencia Emocional, a través del cual definirse con autenticidad diciéndonos aquello de “este soy yo, esto es lo que pienso, esto es lo que quiero y siento”.

Decía Tácito, célebre historiador del Imperio Romano, que nada puede ofrecer más felicidad al ser humano que vivir por fin en esa época donde pensar lo que se desea y decir lo que se piensa. Sin embargo, lo más curioso de todo ello es que a pesar de vivir en una era donde disponemos de infinitos canales para expresarnos, aún no lo hacemos precisamente bien.

“La asertividad no es lo que haces, es lo que eres”.

-Cal Le Lun-

Pensemos en ello durante un momento. Si hay algo que abunda en exceso en nuestro día a día es la comunicación agresiva, aunque tampoco podemos olvidarnos de la comunicación pasiva. No siempre somos completamente sinceros o capaces de defender nuestros derechos personales.

Hallar ese equilibrio ideal donde no derivar ni en la agresividad ni en la pasividad es más difícil de lo que pensamos. Así nos lo demuestra por ejemplo el psicólogo Daniel Ames de la Universidad de Columbia. La mayoría de nosotros, según nos dice este investigador,  aún tenemos ideas equivocadas sobre el tema, hasta el punto de pensar que para imponernos en cualquier contexto o incluso para liderar debemos ser “agresivos”.

Es un error, es más, el tipo de perfil que más éxito y felicidad personal logra conseguir es aquel que se caracteriza por una personalidad relajada, asertiva e intuitiva.

chico representando los derechos que practican las personas asertivas

1. Derechos que practican las personas asertivas: expresar opiniones y sentimientos

Los derechos que practican las personas asertivas no se asumen de un día para otro. Nadie llega a este mundo con el manual de la asertividad instalado de fábrica. Aunque deberían enseñarnos todas estas prácticas tanto en el hogar como en las escuelas, no siempre se hace o no se lleva a cabo del modo correcto.

Saber expresar opiniones sin miedo o sin imponernos de forma violenta es en realidad un arte que iremos mejorando en el día a día. Para ello, hace falta voluntad y ante todo tomar conciencia en todos nuestros contextos vitales (escuela, familia, amigos, trabajo, pareja). Es esencial saber comunicar emociones, ideas, sentimientos…

Es más, en caso de no hacerlo, en caso de dejarnos avasallar, de guardar silencio y de ceder, es muy posible que tarde o temprano derivemos en una actitud agresiva ante tanta carga guardada y soportada.

2. Derecho a no necesitar la aprobación ajena

Todos necesitamos encajar en nuestros primeros años de infancia y adolescencia. En esta etapa pensamos cómo no, que la “supervivencia” y la felicidad depende de ello. Sin embargo, a medida que maduramos nos damos cuenta de que la vida no funciona así. La armonía no está en ser esa pieza multiuso que encaja a la fuerza en todo escenario.

El bienestar está en ser la mejor pieza para uno mismo, en ser coherente, en mantener la dignidad. Así, dicha coherencia se lleva a cabo mediante ese equilibrio entre lo que uno siente y lo que uno hace, entre lo que se piensa y lo que se dice. No necesitamos por tanto obsesionarnos en agradar a todo el mundo, en que nuestros actos y opiniones sean del gusto del todos.

rostro pintado en una mano representando los derechos que practican las personas asertivas

3. Derecho a no responsabilizarnos de los demás

Entre los derechos que practican las personas asertivas está el saludable principio de no responsabilizarnos de todo lo que otros digan, hagan, piensen o necesiten.

Nos responsabilizaremos de nosotros mismos, pero más allá de esa frontera, no es tarea nuestra estar pendientes de esos escenarios psicológicos que no nos competen, que no son nuestros…

4. Derecho a cometer errores

Entre los derechos asertivos que cada uno tenemos está la permisividad de cometer errores. ¿Quién ha dicho que debamos ser infalibles? No lo somos, tenemos libertad absoluta para cometer uno, diez y veinte errores. Ahora bien, es obligación nuestra aprender de ellos y responsabilidad propia hacerlo mejor la próxima vez.

5. Tienes derecho a decir “no lo sé”

No saber no es un crimen, ni un atentado a la dignidad personal ni muestra de ineficacia. Todo aprendizaje empieza con la asunción del propio desconocimiento y el sabernos capaces de decir en voz alta que no sabemos algo nos ofrece la oportunidad de ser mejores. No dudemos, por tanto, en preguntar cada vez que necesitemos saber algo, en aclarar un detalle o permitirnos ser ayudados por un experto.

6. Derecho a cambiar de opinión

“¿Pero no decías que esto te gustaba  y que estabas de acuerdo con ello? ¿Pero no me decías hace un tiempo que tu sueño era hacer esto y lo otro?…”

Todos nos hemos visto en esa situación, la de estar ante alguien que confuso, no entiende por qué ahora vemos o sentimos la vida de un modo diferente. Debemos entender que cambiar de opinión, tener otros gustos, defender otras cosas no siempre es signo de inestabilidad o de incoherencia. Las personas maduramos, y crecer es asumir otras perspectivas que nos son más útiles…

Así, entre los derechos que practican las personas asertivas está también la oportunidad de cambiar de opinión cuando así se crea o se considere. Al fin y al cabo, ser receptivos al cambio es lo que nos permite avanzar con mayor aplomo y sabiduría.

chica representando los derechos que practican las personas asertivas

7. Derecho a estar orgullosos de nosotros mismos

Nadie tiene más derecho a celebrar los éxitos, los logros e incluso el mero hecho de “ser y existir” que nosotros mismos. Apreciar lo que somos es parte de la celebración de la vida. Somos un regalo valioso que no siempre tenemos en cuenta como debemos y eso, sentirnos orgullos de nosotros mismos también es un derecho asertivo.

Hacerlo, decirnos cuánto valemos y autoregalarnos palabras positivas no es un acto de vanidad o egoísmo, todo lo contrario. Por tanto, no tengamos reparo alguno en querer cada célula, cada matiz y cada fibra de esa persona que cada día se refleja en nuestros espejos

Para concluir, estos derechos que practican las personas asertivas son sin duda herramientas de bienestar y de salud psicológica que todos deberíamos tener a mano. Hagamos uso de ellas, tengámoslas presentes y practiquemos estos ejercicios de auto-respeto y respeto ajeno.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.