Diferencias entre alucinación, pseudoalucinación y alucinosis

¿Cuáles son las diferencias entre la alucinación, la pseudoalucinación y la alucinosis? ¿Qué son y qué tiene en común todas tres? Si quieres saber más, ¡sigue leyendo!
Diferencias entre alucinación, pseudoalucinación y alucinosis
José Padilla

Escrito y verificado por el psicólogo José Padilla.

Última actualización: 17 abril, 2022

La consciencia es una función de la mente que se encarga de recibir y procesar la información tanto externa como interna. En ella convergen diversos procesos como la memoria, la percepción, la imaginación, la emoción, el razonamiento, etc. Una característica de este fenómeno es su intencionalidad, es decir, siempre se refiera a un objeto. Toda consciencia es consciencia de algo.

Sin embargo, ese algo del que se es consciente mediante la percepción no siempre es real, y puede devenir como producto de la perturbación del funcionamiento normal de la mente.

En estos casos, cuando hablamos de la consciencia o de la percepción de algo que no tiene un fundamento real para su existencia, podemos estar frente a uno de estos tres fenómenos: una alucinación, una pseudoalucinación o una alucinosis.

A continuación, veremos qué es cada una y en qué se diferencian. Profundicemos.

La alucinación

En psicopatología, la alucinación es un trastorno de la sensopercepción que se caracteriza por la percepción de algo que no tiene sustento en la realidad externa del sujeto. Es, pues, una percepción sin estímulo externo. Aparece en el mundo externo de las personas y es percibida como algo que viene de afuera.

Los ejemplos clásicos de alucinaciones son las voces (alucinación auditiva) que motivan a las personas a actuar. También se pueden ver colores, sombras o figuras humanas que en realidad no están ahí afuera (alucinación visual), pero la persona las percibe tan reales como si de verdad sus sentidos informaran de ello.

La clave de las alucinaciones es que para el sujeto son reales (no hay una conciencia de anormalidad). La persona no es consciente de que le está sucediendo algo fuera de lo común, de lo normal.

Podemos ver esto claramente en la esquizofrenia, en la que la persona asume que sus alucinaciones son totalmente reales. Veamos un ejemplo que hemos extraído de Bayona (2013):

 -¿Todavía estáis ahí?

Hubo un momento de silencio.

Luego oyó varias voces hablando a la vez, tenues, como sofocadas por una almohada: Estamos aquí. Todavía estamos aquí.

Eso lo tranquilizó. Tienes que conservarnos ocultas, Francis.

Asintió. Parecía algo obvio. Sentía un dilema interior. Las voces que lo habían guiado también lo habían metido en este aprieto, y no le cabía duda de que tenía que mantenerlas ocultas en todo momento si quería salir alguna vez del hospital psiquiátrico.

En este caso, vemos como la persona asume la realidad de sus voces y las puede percibir como algo fuera de ella que le viene del mundo exterior.

Hombre con esquizofrenia

La pseudoalucinación

Es un trastorno de la sensopercepción caracterizado por la percepción sin estímulo externo. La persona entiende que la ubicación del objeto se halla su interior, en su subjetividad, no afuera de ella -como en el caso de las alucinaciones-. Las pseudoalucinaciones se entienden como formas especiales de imaginación.

El objeto de la pseudoalucinación viene del sujeto mismo, en el sentido que este lo percibe como una aparición en su propia mente. Por ejemplo, la persona puede sostener que escucha una voz dentro de su cabeza que lo insulta. Ella no sostiene que la voz venga de afuera, como cuando otra persona le habla, sino que está en su cabeza, adentro.

Según Seglas (1914), este tipo de trastornos sensoperceptivo se puede explicar cómo la exacerbación de la verbalización interna del pensamiento que, al poseer tanta claridad y precisión sensorial, se convierte en desconocida para el sujeto.

La pseudoalucinación se vive, entonces, en la dimensión interior del sujeto. Veamos otro ejemplo tomado de Bayona (2013).

Y entonces él entró en la habitación.

No como un vecino o un amigo, ni siquiera como un convidado de piedra, sino como un fantasma. No se abrió la puerta, no se ofreció ningún asiento, no hubo presentaciones. Pero, aun así, estaba ahí. Me volví, primero a un lado y después a otro, para intentar distinguirlo del aire que me rodeaba, pero no pude.

En el ejemplo vemos cómo no hay una percepción clara de algo. No hay un fundamento real para sostener de que esté ahí presente, afuera en el mundo. Todo parece transcurrir a nivel interno. “Me volví, primero a un lado y después a otro, para intentar distinguirlo del aire que me rodeaba, pero no pude”.

La alucinosis

Es un trastorno de la sensopercepción caracterizado por la percepción sin objeto externo. La persona es capaz de reconocer lo atípico del fenómeno, se da cuenta de lo anormal de sus percepciones.

Este fenómeno viene acompañando, generalmente, por angustia, pues la persona desconoce las causa. Veamos un ejemplo (Bayona, 2013).

“(…) de repente me acometió algo semejante a un trance. Me sentí dominado por una sensación de estar inmerso en lo sobrenatural. Incluso el aire, incluso la luz, estaban penetrados de exactitud. (…) quizás fuera meramente “accidental”. De frente, me había acometido una luz. La sordidez desapareció, y oí una voz, parecida al sonido del órgano, cual si las propias rocas intentaran decirme algo. Solo un instante duró. Después el mismo aburrimiento de siempre volvió a penetrarme. Me levanté mareado, aturdido e infeliz”.

Diferencias entre alucinación, pseudoalucinación y alucinosis

Estos trastornos se pueden diferenciar por:

1. El grado de consciencia

Alucinación, pseudoalucinación y alucinosis se diferencian, en primer lugar, por el grado de consciencia sobre la realidad de lo que está sucediendo.

En la alucinación y la pseudoalucinación, la percepción se toma como algo muy real, se cree que lo que se percibe está sucediendo de verdad. En cambio, en la alucinosis hay una consciencia de que lo percibido no es real, por eso, en ocasiones, puede llegar a ser angustiante.

2. La ubicación del objeto percibido

El objeto percibido varía dependiendo del trastorno sensoperceptivo. En la alucinación el estímulo se ubica en el exterior, por ejemplo, un paciente esquizofrénico puede ver a un hombre de traje negro que lo está persiguiendo. En la pseudoalucinación, el objeto de percepción está en su mente, en su interior, por eso pueden sostener que escuchan una voz dentro de sus cabezas. Por último, en la alucinosis, el estímulo se ubica afuera, como en la alucinación.

3. El grado de conocimiento de lo anormal

Otra diferencia entre alucinación, pseudoalucinación y alucinosis es que en las dos primeras hay un conocimiento muy pobre o nulo sobre lo anormal de la situación.

La persona no cree que lo que le sucede sea algo anormal, patológico. Por el contrario, la persona con alucinosis es capaz de reconocer que lo que le sucede no es normal y que, incluso, puede ser patológico.

Mujer con los ojos cerrados

4. El origen del trastorno

La alucinación y la pseudoalucinación tienden a estar vinculadas a problemas psiquiátricos, mientras que la alucinosis está asociada con problemas neurológicos. En las dos primeras el funcionamiento psicológico está más deteriorado que en la alucinosis, por eso, en cierta medida, son incapaces de reconocer la anormalidad de su situación.

5. El grado de afectación

Otra diferencia entre alucinación, pseudoalucinación y alucinosis es que en esta última el grado de afectación no es tan general como en el caso de las dos primeras.

En la alucinación y la pseudoalucinación el cambio estructural y funcional de la personalidad es mucho más marcado, el modo en que la persona cambia su manera de relacionarse con el mundo y consigo misma cambia de manera muy sustancial.

Para terminar, hay que tener precaución al usar el concepto de pseudoalucinación, pues existen muchas cítricas y desacuerdos alrededor de él. El término en sí mismo parece sugerir que la persona se está inventando lo que le pasa, ya que la percepción del objeto, aunque sea falsa, no es tan evidente como en el caso de las alucinaciones.

 


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