Efectos de la comida basura sobre el cerebro

Son varias las investigaciones que revelan nuestro poder: utilizar la dieta para mejorar o erosionar la salud de nuestro cerebro. Ahora bien, ¿cómo podemos utilizar bien este poder?
Efectos de la comida basura sobre el cerebro
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 11 junio, 2020

Con la alimentación tenemos una oportunidad fantástica de cuidar de nuestra salud, entendiendo que ciertos alimentos son potencialmente dañinos; lejos de nutrirnos, erosionan el funcionamiento de nuestro organismo. Lo que la ciencia ha descubierto ahora es que la comida alta en calorías y baja en nutrientes lastra el funcionamiento de nuestra mente. Así, en este artículo analizaremos los efectos de la comida basura sobre nuestro cerebro.

La revista Brain, Behavior and Immunity publicó un estudio elaborado en la Universidad de Nueva Gales del Sur, Australia. En este se comprueba que una dieta con altos niveles de azúcares y grasas perjudica la capacidad cognitiva del cerebro. Este efecto de la comida basura sobre el cerebro se produce incluso a corto plazo.

Los investigadores señalaron que la infancia es un periodo crítico en este sentido. Es decir que si la dieta pobre en nutrientes esenciales tiene lugar durante los primeros años de vida, sus efectos son más severos.

La comida que comes puede ser la más poderosa forma de medicina o la forma más lenta de veneno”.

-Ann Wigmore-

Vaso con terrones de azúcar

Los efectos de la comida basura sobre el cerebro

El estudio adelantado por la Universidad de Nueva Gales del Sur comprobó que, efectivamente, hay efectos nocivos de la comida basura sobre el cerebro. Para verificarlo, se llevó a cabo un experimento con dos grupos de ratones.

A uno de los grupos se le alimentó con alimentos calóricos pero pobres en nutrientes. Particularmente, muchos alimentos altos en azúcar y en grasas saturadas. Al otro grupo se le ofreció una alimentación saludable, pero se les permitía que consumieran agua azucarada esporádicamente. Esta última simulaba un refresco corriente.

El resultado sorprendió a los científicos. Tan solo una semana después de haber iniciado el experimento, el primer grupo de ratones presentaba un deterioro significativo en la zona del cerebro relacionada con la memoria. Lo desconcertante es que el segundo grupo también mostraba un deterioro casi tan severo como el primer grupo.

Otro estudio revelador

Las evidencias en torno a los efectos nocivos de la comida basura sobre el cerebro no se detienen ahí. Otro estudio, publicado por la revista Cell Metabolism, muestra que un grupo de científicos estadounidenses llegaron a la misma conclusión por una vía diferente.

Estos investigadores partieron de la base de que las células del sistema inmune del cerebro, también llamadas microglías o células de Hortega, se inflaman con el consumo de la comida alta en calorías y con pocos nutrientes. A través de sus pesquisas lograron detectar que, cuando esto ocurre, la sensación de hambre aumenta.

Para llegar a esa conclusión también usaron un grupo de ratones. A estos se les provocó una inflamación de las microglías, artificialmente. Esto hizo que comieran un tercio más de lo que comían antes y aumentaron en promedio cuatro veces su peso. Esto prueba otros de los efectos de la comida basura sobre el cerebro, que terminan afectando a todo el organismo.

Somos lo que comemos

La afirmación de “Somos lo que comemos” recibe el respaldo de la ciencia. Que aquello que consumimos influya en nuestra salud mental nos brinda una oportunidad inmejorable de ser arquitectos de la misma, ¿no es maravilloso?

Hoy en día sabemos que la comida baja en nutrientes y alta en calorías genera pautas fisiológicas que se asemejan a las de una adicción. Al aumentar el consumo de este tipo de alimentos, también parece aumentar el deseo que tenemos de ellos. Y así, como en todas las adicciones, la tentación de cambiar un placer inmediato por el bienestar a largo plazo se hace más grande.

Galeno y los primeros médicos de la historia estaban convencidos de que la alimentación y la buena salud iban de la mano. Tanto es así que uno de los principios de Hipócrates era: “Que tu medicina sea tu alimento y el alimento tu medicina. Pero comer cuando estás enfermo alimenta la enfermedad”.

Mujer comiendo una hamburguesa

¿Qué alimenta al cerebro?

Al alimentarnos, cuidamos o descuidamos nuestra salud mental. Así, igual que contamos con evidencias sobre los efectos negativos de la comida basura sobre el cerebro, también se pueden lograr efectos positivos con otro tipo de alimentos.

No es tan difícil. Basta con introducir algunos alimentos en nuestra dieta diaria, no necesariamente en grandes cantidades. Tomar un puñado de nueces o de otros frutos secos al día representa un buena manera de saciar el apetito y de cuidar la salud de nuestro cerebro.

El pescado azul, así como los arándanos, la avena, el yogur, el chocolate, el aguacate y los alimentos verdes también son magníficos. Si no te gustan mucho, simplemente toma una porción pequeña de alguno de ellos, cada día. Tu cerebro lo agradecerá.


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  • Rodríguez, J. R., González, M. J., & Miranda, J. (2008). Deficiencias nutricionales y comportamientos inadaptados: un posible nuevo paradigma para la prevención de conductas agresivas. Psicología y Salud, 18(2), 199-206.

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