El desarrollo de la empatía en la infancia

El concepto de empatía está de moda. Pero, ¿cómo desarrollamos esta potencialidad? ¿Por qué estados pasamos hasta distinguir al otro como un yo independiente con sus emociones, pensamientos y circunstancias?
El desarrollo de la empatía en la infancia
Cristina Roda Rivera

Escrito y verificado por la psicóloga Cristina Roda Rivera.

Última actualización: 22 mayo, 2020

Antes de explicar el desarrollo de la empatía en la infancia, vamos a situar el origen de este término. El origen del concepto “empatía”, deriva de lo que la filosofía de la Ilustración escocesa llamó “simpatía”. David Hume, en su tratado sobre la naturaleza humana, y Adam Smith lo describen como un medio natural de comunicación.

Es esta definición la que se utilizará como base en neurociencia, psicología del desarrollo y psicología social. El desarrollo de la empatía en la infancia ha arrojado datos muy curiosos sobre aspectos evolutivos como especie.

Destaca una idea: nuestra socialización no se debe originalmente a la empatía; la biología de la evolución nos enseña que el comportamiento altruista apareció antes de la adquisición de esta potencialidad.

Algunas especies que carecen de empatía exhiben tales comportamientos. Es el caso de los insectos sociales, como las abejas que, muriendo poco después de picar a su objetivo, se sacrifican para proteger el enjambre. El vínculo entre la empatía y el altruismo no es simple.

Manos sujetando un corazón para representar la importancia de los cuidados

El enfoque de psicología del desarrollo

El trabajo de Lipps (1903) se centró en el diferencia entre los términos simpatía y empatía. Investigadores en psicología del desarrollo definieron el concepto de empatía como una construcción multidimensional teniendo en cuenta el componente cognitivo. Esto incluye el reconocimiento y comprensión de las emociones de los demás y el componente emocional, que consiste en compartir el afecto o la respuesta indirecta.

Modelos cognitivos

Por otra parte, desde los años 90 se viene estudiando la empatía desde la inteligencia emocional, donde destaca, en primer lugar, el modelo de Mayer y Salovey (1997). Se considera la empatía como un elemento que incluye la percepción de emociones de los otros, así como la comprensión de las mismas.

Otro modelo relevante ha sido el de inteligencia socio-emocional de Bar-On (1997, 2000). Se postula que la empatía es un componente de un factor denominado habilidades interpersonales, y es considerada como la capacidad de ser consciente y comprender las emociones, sentimientos e ideas de los otros.

Estos dos modelos, no son tan integradores como los propuestos en psicología del desarrollo; en ellos no tiene cabida el componente emocional, centrándose más en el componente cognitivo.

Propuesta más actual

Hoy en día la Batson y colaboradores han propuesto una distinción entre toma de perspectiva y empatía. La toma de perspectiva parece constituir la clave precursora de las reacciones específicamente empáticas (Batson et al., 1992).

El modelo de Hoffman sobre la empatía en la infancia

En cuanto a Hoffman, el principal teórico sobre el desarrollo la empatía en la infancia, reconoce dos dimensiones a estudiar en la empatía: el reconocimiento de los estados internos de otros y la respuesta afectiva indirecta.

El modelo de Hoffman explica cómo comienza y se desarrolla la empatía en niños. Afirma que su “idea central es la integración de afecto y cognición y va más allá de una aproximación al procesamiento de la información”.

Plantea que la empatía se desarrolla de una manera similar a los estadios de desarrollo cognitivo social. Este proceso empieza con un sentimiento global empático en el que el niño no cuenta con una clara distinción entre el yo y el otro/a y está confundido acerca de la fuente de dicho sentimiento.

A partir de aquí, progresa a través de varios estadios hasta el estadio más avanzado que combina lo conseguido en estadios previos. En los estadios más avanzados uno puede empatizar con otros, sabiendo que son entidades físicas distintas del yo y tienen estados internos independientes del propio sujeto.

Un nivel maduro de empatía posibilita que el sujeto esté más influenciado por la condición vital del otro que por la situación inmediata. Según Hoffman, debe haber un paralelismo de los sentimientos y afectos con los pensamientos, principios morales y tendencias comportamentales.

Etapas del desarrollo de la empatía en la infancia

El desarrollo de la empatía desde la primera infancia de los seres humanos según Hoffman consta de 4 etapas:

 Primera etapa (empatía global)

Comprende el primer año de vida de la persona y consiste en que el niño todavía no percibe a los demás como distintos de sí mismo, por lo que el dolor que percibe en otro se confunde con los propios sentimientos desagradables, como si les estuviera sucediendo a ellos mismos. Por ejemplo, el bebé que, al ver a su madre llorando, se limpia los ojos.

Por ejemplo, una niña de 11 meses vio caer a otra niña y empezó a llorar, se quedó mirando un instante a la víctima, después se metió el pulgar en la boca y escondió la cara en el regazo de su madre; su reacción habitual cuando el daño lo recibía ella.

Segunda etapa (empatía egocéntrica)

Se corresponde con el segundo año de vida, es consciente de que es otra persona la que experimenta la situación desagradable; sin embargo, asume que los estados internos que experimenta el otro son los que está experimentando él.

Un niño de 13 meses que ve a un adulto triste le ofrece a su muñeco preferido, y otro niño de la misma edad fue corriendo a buscar a su madre para que consolara a otro niño que estaba llorando, aún cuando la madre del otro niño estaba presente.

Niño mirando a su padre

Tercera etapa del desarrollo de la empatía del niño (empatía hacia los sentimientos de los demás)

Va desde el segundo al tercer año. El niño tiene conciencia de que los sentimientos que experimenta son diferentes a los de la otra persona, siendo capaz de responder a ellos de manera no egocéntrica.

En este momento ya está en posición de entender que las intenciones y necesidades de otra persona diferir de la suyas y, por lo tanto, las emociones de esa persona también pueden diferir de las propia. Así, por ejemplo, se vuelve capaz de consolar.

Cuarta etapa (empatía hacia la condición de vida del otro)

Comprende el periodo final de la niñez, se perciben los sentimientos de los demás no sólo como reacciones del momento, sino también como expresiones de su experiencia de vida general. Es decir, responden de manera diferente a los estados de dolor transitorios y crónicos, ya que tienen en cuenta la condición general del otro.

El niño desarrolla la capacidad de ser empático con las condiciones de vida, de una cultura, una clase o un grupo de individuos. Esta combinación es la forma empatía más avanzada y se refina con el desarrollo cognitivo del niño.


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  • Barnet, M.A. (1992). Empatía y respuestas afines en los niños. En Eisenberg, N. & Strayer, J. (Eds.), La empatía y su desarrollo (pp. 163-180). Bilbao: Desclée de Brouwer.
  • Eisenberg, N. & Strayer, J. (Eds.). (1987). Empathy and its development. Cambridge, UK: Cambridge University Press.
  • Mayer, J. D. & Salovey, P. (1997). What is Emotional Intelligence? En Salovey, P. & Sluyter, D. (Eds.), Emotional development and emotional intelligence: Educational implications (pp. 3-31). Nueva York: Basic Books.

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