El fenómeno fan en Harry Potter

Los seguidores de Harry Potter conforman uno de los fandoms más extensos, activos y productivos que jamás hayamos visto. En este artículo, nos planteamos algunas preguntas sobre su futuro y su posible evolución, mientras te invitamos a reflexionar sobre el fenómeno.
El fenómeno fan en Harry Potter
Leah Padalino

Escrito y verificado por la crítica de cine Leah Padalino.

Última actualización: 08 octubre, 2022

A estas alturas, hablar de Harry Potter es casi como hablar de Los Simpson. Es decir, se trata de un fenómeno tan popular que, nos guste o no, lo conozcamos en profundidad o no, todos podemos identificar. El mago más famoso de las últimas décadas ha dejado una profunda huella en sus legiones de fans alrededor del mundo.

Ha pasado mucho tiempo desde que Harry Potter y las Reliquias de la muerte viera la luz. Sin embargo, lejos de caer en el olvido o ser recordado desde la nostalgia, el joven mago ha demostrado seguir muy presente en nuestras vidas y conservar un fandom extraordinariamente fiel y productivo.

¿Cómo se ha producido este fenómeno? ¿Cómo evolucionará en el futuro? En este artículo, nos hemos propuesto dar respuesta, en la medida de lo posible, a estas preguntas.

¿Qué son los fans?

A grandes rasgos, todos podríamos definir a un fan como una persona que admira o idolatra a otra. Este segundo sujeto puede ser un deportista, un cantante, un actor… En líneas generales, diríamos una persona famosa, conocida en los medios de comunicación. Pero también se puede ser fan de un género, de una serie, una película o, como en el caso de Harry Potter, de una saga.

El fenómeno fan resulta, además, especialmente común entre los adolescentes al tratarse de una etapa en la que se va creando una identidad. Los fans tienden a seguir e incluso imitar al objeto de admiración; de alguna manera, se produce un proceso de identificación con este.

Los fans se involucran con su ídolo, se agrupan en comunidades, comparten códigos comunicativos, etc. A su vez, pueden producir historias o material audiovisual relacionado con su objeto de admiración.

Internet ha propiciado enormemente la creación de espacios y la comunicación entre fans y, como consecuencia, nos topamos con auténticas legiones de seguidores que producen, comparten, debaten e investigan.

Todo esto lo conocen a la perfección las compañías, las empresas de publicidad, etc. Al fin y al cabo, los fans no son otra cosa que consumidores y, sin lugar a dudas, cuando un fenómeno de esta índole alcanza cotas tan altas como en el caso de Harry Potter, el negocio está más que servido.

Fans de Harry Potter

Unos personajes con los que identificarse

En el punto anterior, hemos hablado de un proceso de identificación entre los fans y el fenómeno que idolatran. Igualmente, hemos comentado que este proceso suele encontrar su punto más álgido en la adolescencia. Así, si aplicamos esta idea al fandom de Harry Potter, nos encontramos con un hecho bastante curioso.

Pensemos, por un momento, en cada uno de los libros que compone la saga, ¿qué percibimos? Que cada libro parece corresponderse al curso concreto en el que Harry se encontraba y, como consecuencia, a una edad determinada.

Cuando en 1997 se publica en Reino Unido Harry Potter y la Piedra filosofal, la estrategia de marketing estuvo totalmente destinada a un público infantil, a aquellos que eran niños a finales de los 90.

El joven mago no tardó en hacerse famoso y los libros comenzaron a traducirse y a venderse alrededor del mundo. J.K. Rowling acababa de devolver a los niños el placer por la lectura, acababa de convertir a toda una generación en lectores.

Estos jóvenes lectores esperaban ansiosos la llegada del siguiente libro de la saga. Lo interesante es que los libros se tornan más oscuros, más complejos y aumentan su grosor conforme avanzan. Harry, como los fans, seguía creciendo.

Harry Potter

Las películas se estrenaban cada uno o dos años; de esta forma, se cumplía algo extraordinario y es que esos jóvenes lectores llegaron a la adolescencia siendo parte de algo, formando una comunidad sólida con un referente con el que identificarse.

Las adaptaciones cinematográficas, a su vez, contribuyeron a consolidar este fandom y, al mismo tiempo, abrirse hacia un público más amplio: el de aquellos jóvenes que no habían leído los libros.

Los fans de Harry Potter tenían un referente con el que compartían edad e inquietudes, aunque el universo que habitaban fuera distinto. Igualmente, los personajes que presenta la obra de Rowling, pese a enfrentarse a lo épico, parecen estar sacados de nuestra realidad.

Rowling nos presentó a mujeres con las que las niñas podían identificarse enormemente y de las que incluso se podría hacer una lectura feminista.

Tal vez, el caso de Harry es el que más distancia presenta al cumplir con el arquetipo del héroe, aunque se trata de un héroe bastante imperfecto. Asimismo, nos brindaba una nueva masculinidad, presentando hombres con miedos, que lloran y no se avergüenzan de ello.

Harry Potter y Ron mirando bola de cristal

Harry Potter: fans activos y productivos

El fandom de Harry Potter se ha mostrado especialmente activo y productivo. A toda esta actividad han contribuido los infinitos productos de merchandising y sitios web como Pottermore que concentran a todos los seguidores. Igualmente, la propia autora contribuye a alimentar las dudas de sus seguidores a través de entrevistas y de su cuenta de Twitter.

Por supuesto, una comunidad tan amplia posee una serie de códigos compartidos. Así, se identifican entre sí como potterheads, utilizan términos como muggle y se identifican a través de símbolos o distintivos como el de las reliquias de la muerte o la marca tenebrosa.

Resulta bastante peculiar la división de los potterheads atendiendo a las casas de Hogwarts. Sitios, como el mencionado Pottermore, han fomentado que los fans tengan una “fuente oficial” en la que consultar a qué casa pertenecen, creando así nuevas comunidades dentro del mismo fandom.

De alguna manera, podemos leer este hecho como si de los signos del zodiaco se tratase. El hecho de pertenecer a una u otra casa tiene que ver con los rasgos de personalidad de sus habitantes, es decir, pertenecer a Gryffindor nos hará valientes, frente a alguien que pertenezca a Slytherin que destacará por su ambición. En otras palabras, se afianza el sentimiento de pertenencia y se alimenta el fenómeno de identificación.

Por otro lado, la productividad de los potterheads parece no conocer límites. Más allá de los fanfics -un fenómeno común en todos los fandoms- nos encontramos con una comunidad extraordinariamente creativa.

Una comunidad que lejos de quedar relegada a la discusión de teorías acerca de la trama, se lanza a realizar su propia película: Voldemort: Origins of the Heir, un spin off no oficial que explora la vida del antagonista de la saga y fue financiado por los propios fans.

Dos magos jóvenes

El futuro de los Potterheads

Si antes comentábamos que este fandom puede ser visto desde una perspectiva generacional, tal vez, deberíamos empezar a pensar en el futuro. ¿Puede ser un problema para captar nuevos seguidores?

A diferencia de los fans que crecieron junto al mago, cualquier joven tiene a su disposición todos los libros, películas e información y, en cierto modo, se rompe la magia. Una de las claves que comentábamos antes era esa identificación generacional que, unida a la espera por la siguiente entrega, alimentaba enormemente el fenómeno.

Quizás, todavía es pronto para plantearnos su posible evolución, pero podemos observar cómo ya se han dado algunos pasos con el fin de buscar nuevos nichos o futuros fans. Un ejemplo de ello lo encontramos en la creación de la saga Animales fantásticos y dónde encontrarlos.

¿Por qué entones crear una nueva saga? Porque además del fandom ya consolidado y que ahora es adulto, se abre la posibilidad a un nuevo público. De hecho, Animales fantásticos y dónde encontrarlos ha tenido bastante éxito entre generaciones más jóvenes que ni siquiera habían leído los libros de Harry Potter.

Con el tiempo, se han abierto parques temáticos inspirados en el mundo de Harry Potter, se han aprovechado escenarios reales como la estación de King’s Cross para ofrecer al fandom un entretenimiento más allá del cine y de los libros, una experiencia que los acerca a vivir en sus carnes el mundo soñado por J.K. Rowling.

No sabemos cómo será el futuro, pero todo parece apuntar a que el fandom sigue más vivo que nunca. Mientras tanto, seguiremos soñando y esperando nuestra carta para entrar en Hogwarts.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.