El miedo escénico y el miedo al fallo

¿Qué es el miedo escénico y el miedo al fallo? ¿Cuando aparecen? ¿Qué puedo hacer si el miedo me paraliza? ¡En este artículo te lo contamos!
El miedo escénico y el miedo al fallo
Leticia Aguilar Iborra

Escrito y verificado por la psicóloga Leticia Aguilar Iborra.

Última actualización: 10 septiembre, 2020

El miedo escénico y el miedo al fallo nos aquejan a todos de forma general. Son sensaciones normales que se viven en situaciones en las que estamos expuestos a la valoración de otros. El miedo escénico y el miedo al fallo van normalmente unidos, ya que uno de los disparadores de ansiedad en este tipo de situaciones es el juicio que hacen los demás de una determinada conducta (ansiedad de evaluación).

A pesar de que estos miedos sean normales, al volverse muy intensos pueden limitar la vida del individuo y hacerle renunciar, por ejemplo, oportunidades valiosas. Por eso, este artículo ofrece una descripción de sus características, de los síntomas asociados terminando con una serie de recomendaciones para afrontar este tipo de temores.

Mujer con nervio escénico

Características del miedo escénico

El problema del miedo escénico se manifiesta cuando este limita las posibilidades del individuo, terminando por producir un malestar significativo.

Se observa cuando la persona abandona actividades o retrasa determinados eventos motivada por el miedo escénico. Querer controlar este tipo de sensaciones muchas veces es la causa real del problema, al conectar las sensaciones desagradables con los síntomas motivo de malestar. Entre esos síntomas, destacan los siguientes:

  • Temblor de extremidades.
  • Sequedad en la boca.
  • Sudoración excesiva.
  • Nudo en la garganta.
  • Presión en el pecho y en el estómago.
  • Taquicardia.
  • Mareos.
  • Sensación de irrealidad.
  • Temor a perder el control de la situación.
  • Temor al fracaso y a la valoración de los demás.

El miedo escénico y el miedo al fallo

Es habitual, incluso saludable, que la evaluación o la percepción de evaluación genere en nosotros una cierta activación. En el miedo escénico, esta activación es tan intensa que llega a perjudicar el rendimiento de la persona o incluso deteniendo o impidiendo su exposición o actuación. Por otro lado, la autoexigencia es en muchos casos el origen de este temor.

En otras situaciones, la anticipación del fracaso hace que la persona ponga en marcha una serie de medidas para eliminar o evitar sensaciones internas que, en principio, son normales. Estos intentos de eliminar estos síntomas hacen que adquieran más protagonismo. Así, las sensaciones a eliminar pueden llegar a acaparar la mayor parte de la atención del individuo, quedando en un segundo plano la exposición.

¿Qué podemos hacer una vez que aparece el miedo escénico y el miedo al fallo?

Recalcar que el miedo escénico es un miedo que se da en todos los individuos, (incluso en los más experimentados en realizar exposiciones de cara al público), sin importar la actividad.

En ocasiones, tendemos a fijarnos en los discursos de personas con un relativo éxito, pensando que ellos no tienen que enfrentarse a miedos o inseguridades. Sin embargo, de manera frecuente, la única diferencia es que “no ven la situación desde los síntomas sino más allá de los síntomas”.

Si estos síntomas están contigo, probablemente es porque la situación es importante para ti, ¿hasta dónde vas a dejar que los síntomas te dominen?, ¿Qué puedes hacer para tomar distancia de tus síntomas?

Hombre nervioso por miedo escénico leyendo

Recomendaciones a tener en cuenta

Las recomendaciones a tener en cuenta son las siguientes:

  • Realiza ensayos en los que puedas grabarte tú mismo haciendo la actividad que se te pida realizar en público (bailar, tocar un instrumento, hablar sobre un determinado tema, defender un proyecto, etc.). El hecho de verte/escucharte implica que poco a poco estas realizando pequeñas exposiciones a las circunstancias que pueden generarte miedo. En las grabaciones, puedes cometer fallos de manera deliberada ver hasta qué punto pueden empañar tu actuación.
  • Juega a los retos. ¿Qué otras cosas hay en tu día a día que te generen síntomas similares a cuando te ves expuesto en público?, ¿qué sueles hacer?, ¿qué te dicen esos síntomas que no puedas hacer?, ¿cuál es el pequeño paso que puedes hacer para que eso sea ligeramente diferente?
  • Observa los síntomas como si fueras un científico que está a punto de realizar un descubrimiento. Las técnicas de mindfulness pueden ayudar a tomar relación con los síntomas para conocerlos de manera más profunda y tomar distancia de ellos, sin que los síntomas de malestar sean los que dominen la situación.

El miedo escénico y el miedo al fallo van acompañados de ciertas sensaciones que pueden ser desagradables. Esas sensaciones pueden incluso paralizar a la persona o ser vistas por ella como un obstáculo insalvable. No obstante, como hemos visto, las estrategias de afrontamiento que elijamos pueden alimentar al propio miedo, en especial si se centrar en la censura de los pensamientos o en la evitación de la exposición.


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