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El mito de Hades, señor del inframundo
El mito de Hades es inseparable del concepto del inframundo griego. Un lugar subterráneo al que iban las almas de los muertos que "habían podido pagar la entrada". Allí, el dios Hades ejercía el poder con sabiduría.

El mito de Hades es el mito del amo y señor del inframundo griego. El inframundo era un lugar parecido a lo que luego se denominó “infierno”. Sin embargo, Hades no era un ser malvado ni perverso, sino que cumplía simplemente con el papel de alojar las almas de los difuntos, impidiendo que regresaran a la Tierra.
Hades era uno de los 12 grandes dioses del Olimpo, hijo de Cronos, el Tiempo, y de Rea, la Tierra. El mito de Hades dice que fue engullido por su padre al nacer, ya que este temía que alguno de sus hijos se convirtiera en adulo y lo destronara, como él mismo había hecho con su padre.
Sin embargo, otro de los hijos, Zeus, logró eludir esa práctica y se hizo adulto. Luego rescató a sus hermanos, dentro de los cuales estaba Hades.
Los dos, junto con Poseidón, libraron una cruenta guerra contra los titanes para quedarse con el dominio del mundo. Al triunfar, echaron suertes para repartirse la creación. A Zeus le correspondió el cielo, a Poseidón los mares y a Hades el inframundo.
“Los lugares más oscuros del infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en épocas de crisis moral”.
-Dan Brown-
El inframundo griego
Según el mito de Hades, el inframundo era su gran reino y dominio. Para los griegos, este era un lugar que se encontraba debajo de la tierra, neblinoso y sombrío, que servía como morada para los muertos. Una vez que entraban allí, ya no podrían salir jamás, mucho menos si probaban algún alimento del lugar.
En el inframundo había varias secciones. Los Campos Elíseos eran el lugar a donde iban a morar quienes habían tenido una existencia heroica o muy virtuosa. Los Campos de Asfódelos servían como morada para las almas ordinarias. También estaba el Tártaro, un abismo profundo en el que había grandes sufrimientos y a donde iban a parar los titanes, enemigos eternos de los dioses.
Al inframundo se llegaba cruzando el río Aqueronte. El barquero encargado de hacer la travesía se llamaba Caronte y cobraba una moneda por sus servicios. Por esa razón, los vivos dejaban una moneda en las tumbas. Si el difunto no tenía a nadie que pagara por él, debía quedarse en la orilla durante un siglo. Al otro lado del río estaba el can Cerbero, un perro de tres cabezas, guardián del inframundo.
El mito de Hades
Cuenta el mito de Hades que los cíclopes, unas criaturas fieras que pelearon con los dioses contra los titanes, le habían forjado un casco y se lo obsequiaron. Dicho casco le daba un don único: podía hacerse invisible. Por eso también el inframundo es invisible para los mortales. Hades era un dios tranquilo, que rara vez interfería con la vida de los hombres.
Sin embargo, desde su reino una vez divisó a una joven doncella. Era la más hermosa que había visto jamás y de inmediato se enamoró de ella y quiso desposarla. La joven se llamaba Perséfone y era hija de su hermana Démeter. Un día la chica estaba cortando flores y de pronto de la misma tierra brotó la figura de Hades con su carro portentoso.
Hades raptó a Perséfone y se la llevó con él al inframundo. La madre de la chica comenzó a buscar a su hija desesperadamente y, como no tuvo noticia de ella, se vengó de todos haciendo que hubiese un invierno permanente.
Zeus, preocupado por la situación, logró que Hades aceptara estar con ella solo cuatro meses al año. El resto del tiempo la joven estaría con su madre. Así nació el invierno de cuatro meses.
Las aventuras de Hades
El mito de Hades señala que este no fue un dios promiscuo como sus hermanos, pero que sí tuvo algunas aventuras. Una de ellas fue un escarceo con la ninfa Mente. Ella habitaba a orillas de un río y Hades quiso tomarla por la fuerza.
Perséfone, y la madre de esta, Démeter, se dieron cuenta de la situación y golpearon a la ninfa hasta que esta se desintegró. Compungido, Hades recogió los restos y creó una nueva planta: la menta. Otra ninfa, Leuce, fue amante de Hades por mucho tiempo, hasta que murió. De su cadáver Hades creó otra planta: el sauce blanco.
Como se ve, el mito de Hades y la existencia del inframundo inspiraron la idea judeo-cristiana del infierno. Los griegos introdujeron al mito un juicio que se llevaba a cabo luego de la muerte y determinaba el lugar en donde debía morar el alma de cada difunto. Ese concepto es también el origen del juicio a vivos y muertos que hay en varias religiones.
Graduada en periodismo de la Fundación de Educación Superior INPAHU de Bogotá. Estudios de Licenciatura en Ciencias Sociales, en la Universidad Distrital “Francisco José de Caldas” de Bogotá. Autora de los libros “Un duro – Aproximaciones a la vida” y “Un río de mil brazos”. Co-autora de los libros “Humor cautivo”, “Inventario de asombros”, “Impresos comunitarios” y “Seis historias para ser contadas”, entre otros. Ganadora de la beca en periodismo cultural, Ministerio de Cultura de Colombia (1999). Ganadora de los premios de periodismo Semana-Petrobras (2011) y Entrégate a Colombia-Servientrega (2012). Ganadora de las Pasantías Nacionales en Literatura del Ministerio de Cultura (2009 y 2018). Ganadora en el concurso de crónica “Ciudad de Bogotá” (2014). Mención de honor en el Concurso Nacional de Crónica y Testimonio, Universidad Central (2017) y en el Premio Nacional de libros de crónica (2010). Ganadora de la convocatoria “Leer es mi cuento” (2011), entre otros.