Actitud e inspiración: el profesor de Ghana que enseña informática con tiza y pizarra

Owura Kwadwo, un profesor de Tecnologías de la Información y la Comunicación hace historia en Ghana. Enseñar informática sin ordenador, motivando la curiosidad de los niños en contextos difíciles, sólo es posible con vocación y actitud.
Actitud e inspiración: el profesor de Ghana que enseña informática con tiza y pizarra
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 13 marzo, 2018

Sin recursos, pero con motivación. Sin ordenador, pero con la voluntad suficiente como para enseñar informática a sus alumnos con tiza, pizarra y mucha energía. La imagen de este profesor de Ghana dibujando la interfaz de Word en su aula se ha vuelto viral, invitándonos a reflexionar que en ocasiones, para cambiar el mundo (o mejorarlo) solo se necesita actitud y voluntad.

El protagonista de esta historia es Owura Kwadwo, un profesor de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) que trabaja en una pequeña escuela de Kumasi, en Ghana. Es un entorno rural, con pocos recursos educativos y sin conexión a Internet. Sin embargo, y aunque nos resulte paradójico, dentro del currículum escolar se estipula que los niños adquieran unas competencias básicas en materia de informática.

La pasión por aquello que hacemos es lo que nos hace entender que en la vida, los únicos límites que existen son los que están en nuestra mente.

¿Misión imposible? Desde luego que no. Porque aunque las condiciones no sean óptimas, el ser humano puede sobrepasar con su actitud cualquier obstáculo, y lo que es mejor, puede también inspirar a los demás para que no vean carencias, para que solo sean conscientes de las posibilidades.

Esto es lo que consigue a diario el profesor Kwadwo con sus alumnos. No hay niño ni niña que no se sienta motivado en esta clase, porque saben que las nuevas tecnologías servirán como progreso para su país, y que cuando llegue el momento, cuando por fin tengan un ordenador en sus manos, seguramente sabrán cómo manejarlo gracias a la voluntad de este profesor de Ghana.

Profesor de Ghana dando clase

El profesor de Ghana que da clases de informática sin ordenador

Las facilidad con la que las imágenes dan la vuelta al mundo en unos pocos minutos es asombrosa. Hace unos meses nos emocionábamos con la historia de Wang Fuman, un niño de 8 años de una provincia china que camina cada día cerca de 4,5 km para ir desde su casa al colegio. La temperatura en el mes de enero ronda los 10 bajo cero, y Wang llegó a clase una mañana con el pelo y las cejas congeladas y con las mejillas inflamadas.

Sus compañeros lo recibían entre risas, mientras su maestro decidía hacerle una foto para compartir una realidad que a la mayoría de nosotros nos es lejana y desconocida. Lo mismo ocurre en esta pequeña aula de una aldea de Ghana. Aquí el protagonista no es el frío, es la ironía, es la historia de un profesor de informática sin ordenador, son unos alumnos que deben asumir unas competencias en informática porque cada año se les exige pasar por un examen para demostrar su habilidad en esta materia.

Podríamos hablar ahora sobre las ya sabidas diferencias entre el primer mundo y el tercer mundo; sin embargo, antes derivar en esas reflexiones en las que sin duda todos estamos de acuerdo, detengámonos en sus protagonistas. En las pequeñas historias que llevan nombres propios. Owura Kwadwo enseña el funcionamiento de un programa al que él no ha tenido acceso, sin embargo, esto no es ningún obstáculo para que sus alumnos se familiaricen con la imagen de un recurso básico en ofimática.

profesor de Ghana dando clase en una pizarra

Cada día, con ayuda de tizas de colores y una pizarra, dibuja esa hoja de Word al detalle y con precisión. Según él, adora a sus alumnos y hace lo necesario para que estos, aprendan cada lección. Cada maestro en ese colegio se las apaña como puede, y este profesor de Ghana intenta hacer todos estos dibujos lo antes posible para que cada proceso, función y comando quede bien claro. Sabe que entre todas las asignaturas que los niños pueden aprender, la informática hará de ellos personas más competitivas y atractivas para las empresas que inviertan en su país.

Actitud e inspiración

¿De verdad aprenderán estos alumnos a manejar Microsoft Word a través de una pizarra y de las explicaciones de un profesor que tampoco está acostumbrado a manejar un ordenador? Muchos pueden pensar que no. Sin embargo, estos niños se alimentan cada día de la curiosidad, de la motivación, de un estímulo visual e imaginativo que sitúa sus mentes por delante de cualquier otro niño del primer mundo. Se alimentan del sueño de tener delante un ordenador de verdad y saber qué hacer con él.

Debemos recordar que figuras tan destacables en esto de las tecnologías, como lo puede ser Bill Gates, se educaron sin ordenador. Toda su etapa académica la pasaron sin este recurso tecnológico y aun así, lograron destacar sobre los demás en este campo. Este profesor de Ghana logra que los niños estén atentos; si hay algo que sabemos sobre materia educativa es que uno de los componentes más básicos para estimular a los alumnos es la motivación, es la actitud.

Owura Kwadwo educa desde el corazón y la necesidad. Sabe que dar clases de informática sin ordenador son como enseñar a conducir sin coche. Es difícil, pero no imposible, no si uno pone voluntad y logra captar el interés del alumnado mediante imágenes, tizas de colores y comandos donde uno pueda visualizar cada paso, esquematizar cada función.

Así, y solo unos días después de que la imagen de este profesor de Ghana se viralizara, Microsoft terminó conectando con esta escuela para facilitarles un ordenador. Además, la solidaridad que se ha generado con esta historia ha sido también muy inspiradora, y se espera de hecho que en las próximas semanas lleguen más equipos para esta aldea y otras escuelas de Ghana. A veces, las pequeñas historias y la actitud de las personas más humildes son las que consiguen cambiar el mundo y abrirnos los ojos.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.