El psicópata integrado

El psicópata integrado tiene un trastorno estructuralmente idéntico al del psicópata típico. Sin embargo, este tipo de personas erosiona y vacía a sus víctimas con comportamientos más sutiles.
El psicópata integrado
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 27 enero, 2022

Muchas personas tienen la idea de que un psicópata es alguien totalmente enajenado, que se halla escondido en una guarida esperando el momento para cometer crímenes. Esto es un estereotipo. De hecho, existe el psicópata integrado, pasando desapercibido para la mayoría de la gente.

El psicópata integrado no comete (grandes) crímenes y tampoco tiene una conducta que se pueda catalogar como “extraña”. Otra cosa ocurre con quienes pertenecen a su esfera íntima, le han visto comportarse en muchas circunstancias y en muchos casos sin son capaces de identificar el interés real de sus conductas.

Hay que decir que el psicópata integrado siempre es alguien que hace daño. No porque sea su voluntad, sino precisamente porque su voluntad está presa de un trastorno. A veces logran camuflar su conducta de una manera tan eficaz que incluso quienes les rodean no logran verlo como alguien enfermo, aunque lo sea.

La mayoría de estos sujetos están integrados totalmente en nuestra sociedad, en nuestro entorno y no son detectados a simple vista, lo que les hace aún más peligrosos para sus víctimas”.

-Paz Velasco de la Fuente-

Mano manipulando a un hombre

El psicópata en general

La psicopatía en general es un concepto derivado del trabajo de Hervey Milton Cleckley, elaborado en los años 40. Definió al psicópata típico con un conjunto de rasgos caracterizados por:

  • Insinceridad.
  • Ausencia de nerviosismo.
  • Imposibilidad de amar.
  • Ausencia de remordimientos o culpa.
  • Carencia general de reacciones afectivas.

El psicópata presenta un déficit afectivo  esencial. Por eso solo experimenta las emociones de una forma muy superficial. Es muy común que tenga sentimientos de grandiosidad, rasgos crueles y gran capacidad para manipular a los demás. En algunos casos tiene comportamientos antisociales y comete crímenes de los que, usualmente, se ufana.

El psicópata integrado

El psicópata integrado, también llamado “psicópata subclínico”, corresponde a quienes cumplen con los criterios del trastorno, pero no cometen delitos, o, al menos, no de gran calado. La estructura de personalidad es la misma de un psicópata típico, pero mientras que este es también antisocial, el subclínico no lo es.

Lo más habitual es que el psicópata integrado sea muy inteligente, pero con muy baja capacidad para aprender de la experiencia. Así mismo, son personas con un egocentrismo  patológico, insensibilidad en las relaciones ordinarias y una conducta sexual impersonal. Si consumen alcohol, es probable que tengan comportamientos muy desagradables.

El psicópata integrado cosifica a las personas y las ve como medios para alcanzar sus propios fines. No muestran empatía emocional, pero sí empatía cognitiva. Comprenden las emociones de otros, pero son incapaces de ponerse en su lugar. Usan esa comprensión para manipular y ejercer dominación.

Este tipo de personas emplea el engaño como herramienta para lograr sus objetivos. Mienten con frecuencia, precisamente porque esto pone al otro en una condición vulnerable. Es muy habitual que sean simpáticos y encantadores porque comprenden que es una máscara que les ayuda a romper las defensas de otros.

Las relaciones personales

No es raro que el psicópata integrado conforme una pareja y dé lugar a una familia. En la vida privada, se mostrará completamente insensible al sufrimiento de quienes le rodean. Ejercen el maltrato psicológico con frecuencia y pueden llegar a ser unos “maestros” en ello.

Quienes tienen este trastorno, pero, aun así, están integrados a su medio, analizan las debilidades de quienes conviven con ellos y se aprovechan de estas. Muchas veces destruyen o vacían a sus víctimas, sin necesidad de levantar la voz o tocarles un pelo. Buscan por todos los medios generar culpa, miedo, desvalorización y sufrimiento.

Se valen de herramientas como la descalificación, humillación o ridiculización, tanto en público como en privado. No apoyan a su pareja o a sus hijos y, por el contrario, buscan neutralizarlos, muchas veces acudiendo al aislamiento social y económico de ellos.

Manos sujetando una máscara

Otros rasgos

El objetivo de un psicópata integrado es erosionar a quienes le rodean. Si tiene pareja, hará lo necesario para quebrar su voluntad y fomentar una dependencia patológica, basada en la idea de son indispensables para el otro.

Se trata de una persona infiel, que, desinhibido es capaz incluso de intentar seducir a alguien frente a su propia pareja. Es una manera de mostrarle “lo poco que vale”. No es raro que, por ejemplo, se ofrezca a mantener a su pareja. Este no es un acto de generosidad, sino una forma de ganar control y fomentar la dependencia del otro, aumentando su vulnerabilidad e indefensión.

Este tipo de psicopatía predomina en personas de elevado estatus social y económico. De hecho, muchas veces su abuso psicológico se sustenta en parte en la posición de privilegio que ocupan. Destruir al otro es una manera de medir su propio poder.

¿Qué hacer ante un psicópata integrado?

Cuando las personas se relacionan con psicópata integrado, bien sea en el ámbito emocional o laboral, la mejor solución que tienen para eliminar los daños o evitar ser su víctima, es alejarse por completo de él o ella.

Después de alejarse, muchas personas necesitan terapia y apoyo emocional para entender qué les ha pasado y poderlo superar. Esto aplica a aquellos que comparten un vínculo muy cercano con este tipo de individuos.

Se estima que una de cada cien personas es un psicópata integrado. Y, como no son fáciles de reconocer, el psiquiatra José Posada sugiere que, cuando se está en una relación con alguien aparentemente “tóxico”, es pertinente preguntarse si existe la posibilidad de que esa persona tenga los rasgos típicos de un psicópata.

Por su parte, la psicóloga familiar María Elena López, explica que los psicópatas integrados cosifican a los demás, generando heridas emocionales que afectan la autoestima y el funcionamiento de las personas con las que interactúa. Además, son capaces de mentir por el puro placer de hacerlo, sin que haya nada obvio que ganar. Esto genera desconfianza, desconcierto e inseguridad en las demás personas.

Dicho esto, los expertos recomiendan que, si una persona descubre que posiblemente se encuentra en una relación emocional o laboral con una persona con estas características, lo mejor que puede hacer es buscar ayuda con un psicólogo o psiquiatra que le ayude a analizar la relación y a tomar distancia en caso de ser necesario.


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  • Pérez, A. A. (2014). El psicópata subclínico: sus manifestaciones y comportamiento. Derecho y cambio social, 11(37), 27-10.

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