¿El sexo en la sociedad es un tabú o una obligación?
La sexualidad es un tema muy presente dentro de la vida del ser humano, no en vano está directamente relacionada con nuestra reproducción. El sexo, aparte de ser la conducta de la que depende la reproducción humana, también se ha convertido en un acto social donde se produce intercambio de afecto o placer. Una de las preguntas que surgen derivada del mismo es: ¿cómo se ve el sexo en la sociedad?
A lo largo de la historia, la sexualidad se ha vivido de muchas maneras distintas. Ha habido periodos de cierta liberación sexual, junto con otras épocas más puritanas. Hoy en día, vivimos en un momento donde el sexo representa un papel extraño. A pesar de la liberación sexual acontecida en las últimas décadas, todavía encontramos la sexualidad como un tema incómodo en ciertos contextos.
Ahora bien, a pesar de seguir presentándose como un tabú, nos encontramos referencias al sexo por todas partes. Desde la publicidad a las conversaciones privadas de un grupo de amigos, el sexo sería ese fantasma que está y no está en todos los sitios. Convirtiéndose para muchos en un objetivo vital y por encima de muchas otras necesidades. Entonces, ¿el sexo en la sociedad es un tabú o una obligación? En este artículo analizaremos las dos perspectivas en busca de una respuesta.
El sexo en la sociedad como un tabú
Mencionar las palabras “vagina”, “pene”, “coito”, “preservativo”, etc. en algunos contextos hace que mucha gente se lleve las manos a la cabeza. Es curioso que algo tan básico como la sexualidad provoque esas reacciones. Además, el tabú no solo se restringe a situaciones “políticamente correctas”, también se puede encontrar en multitud de familias o incluso en colegios o institutos. Parece ser que el sexo no es un tema familiar ni escolar.
Que el sexo en la sociedad se vea como un tabú, sobre todo en la familia o en la educación, tiene graves consecuencias. A lo largo de nuestra vida, este va a tener su propio papel, tanto a nivel de desarrollo biológico como social. Si tratamos la sexualidad como algo incómodo y lo ignoramos, vamos a caer en déficits de educación sexual. Una educación que necesita de un diálogo honesto y abierto.
La educación sexual cimienta a lo largo del crecimiento de un individuo una manera de vivir saludablemente su sexualidad. Solo hace falta revisar las causas de las disfunciones sexuales y su gran prevalencia en la población; la mayoría de los problemas relacionados con el sexo vienen derivados de la existencia de una ansiedad asociada a las relaciones sexuales. Y esto es debido en gran medida a los múltiples mitos y prejuicios sexuales que se alejan de la realidad.
La sexualidad es una parte esencial de nuestra vida, y si queremos enriquecernos en ella bien haríamos en no tratarla como un tabú. Así, solo con la educación, la investigación y el diálogo podemos acabar con los mitos que lo rodean.
El sexo en la sociedad como una obligación
En contraposición a la visión del tabú sexual, también nos encontramos con que el sexo impregna nuestro alrededor. El ejemplo más claro es el de la publicidad, donde se barajan ideas para vender un helado o un champú como poner a una mujer teniendo un orgasmo. También nos encontramos películas y series donde el sexo se presenta de manera desmesurada o incluso ocupando un papel central.
Y el problema de esto no radica en que el sexo se muestre por todas partes, el problema es la presentación del mismo de una manera irreal y exacerbada. La publicidad, el cine, la pornografía, etc. ha logrado convertir el sexo en la sociedad como un objetivo vital de excesiva importancia. Esto ha llevado a que a pesar de tener todavía matices de tabú, el sexo en la sociedad se haya convertido en una obligación.
Esto se ve reflejado en multitud de sucesos fácilmente observables en el día a día. Es sencillo imaginarse la vergüenza y ansiedad que siente un adolescente o un joven por ser virgen, o la ansiedad de una persona por cumplir con las expectativas sexuales de su pareja. Estos ejemplos nos muestran la toxicidad que representa ver el sexo como una obligación.
Al igual que el tabú implicaba una mala educación sexual, verlo como una obligación también. Las expectativas irrealizables y las presiones sociales provocan una ansiedad que fácilmente deriva en disfunciones y trastornos sexuales de diverso tipo.
Es importante cambiar la concepción que tenemos del sexo, dejar de verlo como un tabú o una obligación. La sexualidad es un conjunto de conductas humanas que pueden aportar muchos beneficios a cualquier persona. No debemos caer en el error de estropearlo con una mala educación sexual o una mala visión del sexo en la sociedad.