El viejo y el mar, la lucha por los objetivos

El viejo y el mar, la lucha por los objetivos
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 31 julio, 2018

El viejo y el mar, publicada por primera vez en 1952, fue una de las obras más reconocidas por la crítica en la carrera de Hemingway. La obra ganadora del premio Pulitzer (1953) destaca por su facilidad para que el lector sea capaz de ponerse en el lugar del protagonista. Más de la mitad del libro está dedicado a la descripción de una lucha intensa entre el pescador y su presa, una lucha que posteriormente unifica a estos seres solitarios más allá de la victoria o la derrota.

Hemingway redactó El viejo y el mar en una etapa en la que su saber hacer como escritor es cuestionado. Su estilo de vida en esa época, extravagante y sumergido en los vicios, amenazaba su credibilidad y reputación como escritor. Por lo que en el fondo de esta obra encontramos su reivindicación como escritor.

Datos interesantes antes de leerla

Se dice que la obra está basada en una historia de 1935. La leyenda dice que un pescador de La habana, Cuba, luchó incansablemente durante cuatro días y cuatro noches para capturar y matar a un pez espada. Un animal que terminaría perdiendo más de la mitad de su enorme cuerpo como consecuencia del ataque de los tiburones, sin que el pescador pudiera evitarlo.

Hemingway escuchó esta historia y la usó como inspiración para El viejo y el mar. También se dice que la complementó con la personalidad de su gran amigo y maestro de pesca, Gregorio Fuentes, en quien está inspirado el personaje inquebrantable de Santiago.

Ernest Hemingway
Ernest Hemingway

El viejo y el mar nos cuenta la historia de Santiago, un viejo que acumula malos días de pesca (84 días). Sin embargo, piensa que el día 85 será diferente: la oportunidad de romper con su mala racha. Así, decide jugársela a todo o nada, aventurándose a pescar en territorios lejanos incluso para los demás botes.

El viejo y el mar es una historia optimista, llena de metáforas, palabras alentadoras y un personaje que no está dispuesto a rendirse. Una historia que nos alienta a ir más allá con el objetivo de encontrar a ese gran pez con el que soñamos; teniendo en cuenta que la pelea no acaba ahí, ya que es probable que te encuentres con obstáculos (tiburones) que no te lo pongan fácil.

El estilo de esta obra es muy peculiar. Para que te hagas una idea y buscando un buen motivo para que le des una oportunidad, te dejo un pequeño párrafo. En algún momento durante la lucha con el pez, el viejo piensa:

“Su decisión -(la del pez)- había sido permanecer en aguas profundas y tenebrosas, lejos de todas las trampas, cebos y traiciones. Mi decisión -(la del viejo)- fue ir allá a buscarlo, más allá de toda gente. Ahora estamos solo uno para el otro y así ha sido desde el medio día. Y nadie que venga a valernos, ni a él ni a mí”.

Como puedes ver, este no es un “libro de autoayuda. Aunque, no dudo que encuentres alguna parte en la que te identifiques con el personaje y su situación sobre la cual puedas reflexionar en la vida real.

El viejo y el mar, una historia que inspira a seguir

La obra está escrita al más puro estilo de Hemingway, una prosa fluida y fácil de comprender. Con descripciones lo suficientemente detalladas para disfrutar y sufrir el viaje en los pies del viejo más famoso de la literatura.

Pescador

Es una obra recomendable para todos y válida para también para todos los momentos. Sin embargo, si conoces a alguien que esté pasando por alguna etapa difícil o simplemente te gustaría aportarle algo en positivo, podrías tener en cuenta El viejo y el mar.

En este sentido, nos habla de la superación personal, del valor de la amistad, de cómo puede condicionar la solución de un problema la estrategia de afrontamiento que elijamos, de lo mucho que podemos aprender de la experiencia, una experiencia -como paso del tiempo- que nos capacita -y no nos incapacita- para explorar nuestro límites.

“El hombre no está hecho para la derrota. Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado”.

-Ernest Hemingway-


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