¿Es verdad que el 95 % de nuestros pensamientos diarios son basura?
Todos lo hemos leído u oído alguna vez: el 95 % de nuestros pensamientos diarios son basura. ¿Es esto cierto? Si esta afirmación fuera verdad, sería poco más que un impacto para nuestra autoestima. Es más, ¿de qué nos habría servido tantos años de evolución? Si el resultado de todo esa sofisticada filogenia ha dado como resultado un cerebro que solo produce cogniciones inútiles, entonces el Homo sapiens habría fracasado como especie.
Por tanto —y para mejorar un poco nuestra dignidad— debemos aclarar que no todo lo que pasa por nuestra mente es material de deshecho. En realidad, el ser humano dispone de una fábrica de ideas y pensamientos que funciona siempre al máximo rendimiento. Somos entes pensantes sin descanso y de hecho, según la ciencia, al día tenemos cerca de 6200 pensamientos.
No todo lo que produce nuestro ocupado cerebro es adverso o pernicioso. Tampoco inútil. Lo cierto es que si hay algo que hacemos con frecuencia es recordar, divagar e imaginar.
No estamos obligados a razonar como lo haría Leonardo Da Vinci para poder respirar tranquilos y decirnos que todos los pensamientos que producimos son innovadores y poderosos. Basta con dar forma a un universo mental que medie en nuestro bienestar y no en la infelicidad o la angustia.
Buena parte de nosotros no somos conscientes de nuestros patrones de pensamiento. La mayor parte del tiempo divagamos y esto no es necesariamente inútil ni negativo en el 100 % de los casos.
El 95 % de nuestros pensamientos diarios son basura: ¿verdad o mentira?
El hecho de que nos digan que el 95 % de nuestros pensamientos diarios son basura nos pone en alerta, no hay duda. Dar por sentado que todo aquello que pensamos durante casi la totalidad de nuestro tiempo no sirve de nada nos dejaría en muy mal lugar. Sin embargo, cumplimos con nuestras jornadas laborales, conectamos con los demás, trazamos planes, soñamos, tomamos decisiones…
Eso sí, hay épocas en las que determinados patrones de pensamiento alimentan el fuego de la ansiedad. También hay personas que, debido a sus experiencias personales, presentan un tipo de enfoque mental en el que se retrotraen traumas y sufrimientos pasados. En estos casos, más que producir pensamientos inútiles lo que se hace es dar forma a flujos cognitivos adversos.
Por otro lado, existe un aspecto de gran interés al respecto. Una investigación realizada por el Departamento de Psicología, de la Universidad de Queen (Kingston) señala que pocas cosas hay más complicadas que saber qué sucede en nuestra “caja negra” de la cognición. Cada persona es única y el estilo de pensamiento se relaciona de forma directa con nuestra personalidad.
Así, las personas que evidencien el neuroticismo como rasgo, sí demostrarán un patrón de pensamiento más preocupado e hipersensible. Sin embargo, no todo tiene por qué ser material de deshecho. Veamos por tanto qué tipo de procesos cognitivos son los que más suelen acontecer en nuestro universo mental.
Eternos nostálgicos, nos pasamos el día recordando cosas
¿Por qué nos acordamos de determinadas situaciones de repente sin saber por qué? Al cerebro le cuesta muy poco relacionar unas cosas con las otras, vincular estímulos del presente con vivencias del pasado.
A veces, la nostalgia nos invade, es cierto, pero la verdad es que si hay algo que hacemos con frecuencia es evocar cosas del pasado reciente o lejano. La cuestión es que recordar también tiene su utilidad: nos permite tomar mejor decisiones en el presente.
Estado de flujo: el estado mental operativo
Si diéramos por válida la idea de que el 95 % de nuestros pensamientos diarios son basura, deberíamos asumir que somos personas claramente improductivas. Sin embargo, pasamos muchas horas desempeñando tareas y funciones.
Fue el psicólogo Mihály Csíkszentmihályi quien definió un proceso mental en el que ocupamos parte de nuestro tiempo. Nos referimos al llamado estado de flujo, esas situaciones en las que el cerebro está focalizado en una actividad que concentra toda su atención.
Por ejemplo, cuando trabajamos, leemos un libro o nos deleitamos con nuestra afición favorita, la mente está implicada en el momento presente, ahí donde vuelca todo su interés, creatividad y esfuerzo.
La mente mariposa: divagar y soñar despiertos
Divagar, soñar despiertos, dejar que nuestra mente se pose de una idea en otra, de una imagen en otra… Perdernos en los universos contemplativos de la introspección también tiene sus beneficios.
A fin y al cabo, focalizar la atención en algo las 24 horas del día resulta completamente imposible para el cerebro (se consume demasiada energía). Así que procesos como imaginar y fantasear también tienen su beneficio. Con ellos, reducimos el estrés, conectamos con nosotros mismos y permitimos al cerebro que descanse y a la mente, que incentive la creatividad.
Resulta imposible lograr que nuestra mente sea productiva 24 horas al día. El esfuerzo cognitivo sería inmenso. Dejar que la mente divague y fantasee de vez en cuando también media en nuestro bienestar —y en el potencial intelectual—.
El 95 % de nuestros pensamientos diarios son basura: el problema del diálogo interno
La afirmación de que el 95 % de nuestros pensamientos diarios son basura pueden tener una base de verdad, pero solo en determinados casos. Hay algo que debemos tener claro. Los patrones de pensamiento dependen de la personalidad de cada uno, su historia personal y las circunstancias que le rodeen.
En determinados casos, el diálogo interno puede actuar como una trituradora del bienestar: aniquilando ánimos, devorando esperanzas y apagando autoestimas. En efecto, hay épocas en que somos nuestros peores enemigos y en esos casos, los pensamientos más que ser “basura” son “material radiactivo”.
Por tanto, y para concluir. No todo lo que elabora y diseña la mente humana es pernicioso; no en todos los casos y no las 24 horas 7 días por semana.
Lo que pensamos está a menudo relacionado por cómo nos sentimos y, en efecto, hay momentos en que la vida es más complicada de la cuenta. Lo positivo de estos casos es que podemos y debemos cambiar ese flujo mental y emocional para que medie en nuestro bienestar.
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- Tseng, J., Poppenk, J. Brain meta-state transitions demarcate thoughts across task contexts exposing the mental noise of trait neuroticism. Nat Commun 11, 3480 (2020). https://doi.org/10.1038/s41467-020-17255-9
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