El papel de la música en el desarrollo cerebral de los bebés prematuros
La música puede ser una aliada fundamental del cerebro. Contribuye con la mejora de varias habilidades cognitivas, la memoria y, además, estimula los circuitos cerebrales, promueve la generación de nuevas neuronas y, en definitiva, nos rejuvenece el cerebro.
A pesar de que existen pruebas de todo ello, aún hay aspectos que deben profundizarse con mayor detalle. Conocemos que la música brinda beneficios, pero la mayoría de la información que conocemos se centra en torno a personas adultas. Por ello, los beneficios de la música en el cerebro de los bebés siguen siendo poco conocidos.
Sin embargo, un estudio reciente, llevado a cabo por un grupo de investigadores en la Universidad de Ginebra (Suiza), ha arrojado algo de luz al tema y expone que la música puede contribuir con el desarrollo cerebral de bebés prematuros.
La música ayuda a sacar “músculo cerebral”
Las actividades musicales, desde cantar, bailar, tocar un instrumento o simplemente deleitarse escuchando melodías son para el cerebro como ir al gimnasio de entrenamientos funcionales.
Una de las razones por las cuales la música potencia al cerebro se relaciona por el cóctel de actividad auditiva, táctil, sensorial, lógica, analítica, de coordinación del ritmo y el movimiento que la música genera en el cerebro. En suma, la música le hace trabajar de forma simultánea en diversas facetas.
Ya desde la infancia, la práctica musical es extremadamente beneficiosa. Por ejemplo, se ha demostrado que cuando los niños aprenden a leer y a escribir lo hacen más rápidamente si a la vez aprenden a tocar un instrumento musical. Incluso puede aumentar el cociente intelectual. Los bebés no están exentos de los efectos beneficiosos de la música.
Las desventajas de nacer prematuramente
Se calcula que, cada año, a nivel mundial nacen unos 15 millones de bebés prematuros. Los bebés que nacen antes de las 37 semanas de gestación suelen presentar algunos problemas de salud o bien, presentar mayor riesgo de desarrollar distintas afecciones. Por ejemplo, problemas respiratorios, anomalías en la actividad del corazón, dificultades digestivas y trastornos del sueño.
Cuando el bebé nace semanas antes de tiempo, el cerebro se ve obligado a gestionar y reaccionar prematuramente a numerosos estímulos sensoriales (y de todo tipo) que nada tienen que ver con la calma del vientre materno.
En pocas palabras, el cerebro bebé del prematuro es más vulnerable y está menos preparado para recibir la sobrecarga de estímulos a los que queda expuesto al nacer. Este hecho puede generar en el 50 % de los casos retrasos en el aprendizaje del habla, en la capacidad de atención, en las habilidades sociales o el equilibrio emocional.
El efecto de la música en el cerebro de los prematuros
Un nuevo estudio científico sugiere que la música podría contrarrestar los efectos adversos del cerebro prematuro y optimizar su desarrollo, al punto de alcanzar un nivel similar al resto de bebés. Incluso les puede ayudar a ganar peso más rápidamente.
La investigación se llevó a cabo tanto en la Universidad de Ginebra como en el hospital universitario de la ciudad. Para ello, los instrumentos elegidos fueron el arpa, las campanas de tamaño pequeño y la flauta pungi (que es la que utilizan los encantadores de serpientes).
Para este estudio, el músico y compositor Andreas Wollenweider compuso tres pieza musicales específicas.
Un grupo de bebés escuchó la música de dichos instrumentos cinco veces por semana cuando estaban despierto, mientras que otro grupo estuvo exento de escuchar música.
Esta práctica se repitió durante varias semanas y, cada vez que se llevaba a cabo, se monitorizaba la evolución de los cerebros de estos bebés en comparación con la los bebés que habían nacido en torno a las 36-37 semanas de gestación.
Después de analizar la resonancia magnética funcional, se demostró que los bebés prematuros que habían escuchado música presentaban mejoras significativas en algunos circuitos neuronales y además, a niveles comparables al los de los bebés nacidos al terminar su gestación.
Aunque todavía algunos de estos niños son demasiado pequeños para ir al colegio, sería interesante conocer su evolución durante la etapa escolar. Sin duda, recordarán en alguna parte de su cabecita, los sonidos de las piezas de Wollenweider.