Fentanilo: las claves para entender la epidemia de esta droga

El fentanilo es un medicamento para el dolor que se ha transformado en un riesgo para la salud pública. Su producción y distribución ilegal como droga está causando verdaderos estragos en el mundo.
Fentanilo: las claves para entender la epidemia de esta droga
Cristina Roda Rivera

Escrito y verificado por la psicóloga Cristina Roda Rivera.

Última actualización: 08 abril, 2021

El consumo de fentanilo en Estados Unidos y en Europa no para de crecer. El fentanilo, recetado para el dolor por médicos, no tardó en extenderse. Por otra parte, traficantes de heroína vieron la oportunidad de cortar su droga con una sustancia 50 o 100 veces más fuerte que la morfina.

Además de la propia adicción, muchos consumidores de heroína o fármacos opioides comprados en el mercado ilegal desconocen las dosis de fentalino que se ha añadido a su composición. Podríamos hablar no solo de un problema de adicción, sino de un envenenamiento masivo de la población.

¿Qué es el fentanilo?

El fentanilo es un analgésico opioide sintético. Es mucho más potente que otros opioides y está aprobado para tratar el dolor intenso, generalmente causado por cáncer en estado avanzado.

Los médicos pueden recetar opioides para tratar el dolor moderado o intenso. Pero, ¿qué tienen en común todos los opioides?, ¿dónde reside su potencial adictivo?

Los opioides más conocidos incluyen la heroína ilegal, los opioides sintéticos como el fentanilo y los analgésicos disponibles legalmente con receta médica, tales como oxicodona, hidrocodona, codeína o morfina.

Botes de fentanilo con pastillas

El fentanilo forma parte de los fármacos opioides

Todos los opioides tienen una estructura química común e interactúan con receptores de la misma gama en las células nerviosas de cuerpo y cerebro. Los analgésicos opioides son generalmente seguros cuando se toman durante un período corto y según lo prescrito por un médico, pero debido a que producen euforia además del alivio del dolor, pueden usarse indebidamente.

Es decir, lo que en principio estaba destinado a paliar el dolor físico pasa a usarse para obtener sensación de bienestar; se trasforma en un recurso demasiado fácil.

Puede empezar a tomarse de una manera diferente en una cantidad mayor que la recetada o tomarse sin receta médica. El uso regular, incluso según lo prescrito por un médico puede provocar dependencia, adicción, incidentes de sobredosis y muerte.

Fentanilo: un problema sin control

El fentanilo no se parece a ningún otro problema relacionado con las drogas en la historia moderna. Es más útil pensar en ello como una intoxicación masiva que como una epidemia tradicional de adicción a sustancias.

El fentanilo y otros opioides sintéticos se han extendido por algunas partes de Estados Unidos y Europa, mientras que otras zonas están libres de consumo ilegal.

Bryce Pardo, uno de los principales responsables de políticas de drogas en Estados Unidos, declaró: “No hemos visto nada como esto desde que la heroína salió a la calle por primera vez hace más de 100 años”. Enfrentar la crisis del fentanilo va a requerir mucho más que interrumpir el suministro y hacer que las personas reciban tratamiento.

¿Cómo se extendió el uso inadecuado de opioides?

Entre 1999 y 2019, casi 500 000 personas murieron por sobredosis de cualquier opioide, incluidos los opioides ilícitos y los recetados. Este aumento en las muertes por sobredosis de opioides se puede resumir en tres oleadas distintas.

  • La primera ola comenzó con una mayor prescripción de opioides en la década de 1990, con un aumento de las muertes por sobredosis de opioides recetados (opioides naturales, semisintéticos y metadona) desde al menos 1993.
  • La segunda ola comenzó en 2010, con un rápido aumento de las muertes por sobredosis de heroína.
  • La tercera ola comenzó en 2013, con un aumento significativo en las muertes por sobredosis que involucran opioides sintéticos, particularmente aquellas relacionadas con fentanilo fabricado ilícitamente. El mercado del fentanilo fabricado ilegal sigue cambiando y se puede encontrar en combinación con heroína, píldoras falsificadas y cocaína.

Fentanilo: más fácil de obtener

El fentanilo no es un fármaco nuevo. Se ha utilizado durante décadas como analgésico y anestésico. Los cirujanos aprendieron a observar de cerca a sus pacientes después de administrarles fentanilo debido a la forma en que endurece los músculos que controlan la respiración. Fue difícil de hacer y difícil de encontrar en las calles, hasta que no lo fue.

Hoy en día, el fentanilo es un producto de pedido por correo que se comercializa en Internet y se envía directamente a los consumidores y distribuidores. Parte de ella llega a través de la frontera de México, pero otra gran parte proviene de laboratorios mal regulados en China.

Los traficantes de drogas no necesitaban de mucha imaginación para darse cuenta de que podían cortar una bolsa de heroína con fentanilo barato y embolsarse la diferencia. Sin embargo, el fentanilo no solo es más barato que la heroína; también es hasta 30 veces más potente. Un error de dosificación de pocos gramos de sal puede matar a una persona.

Mujer adicta al fentanilo

Perspectivas de cambio

Este problema se ha convertido en una epidemia de salud pública con consecuencias devastadoras. Efectos que van desde el aumento del abuso de opioides y muertes relacionadas hasta la creciente incidencia del síndrome de abstinencia neonatal o mayor propagación de enfermedades infecciosas.

Investigaciones recientes también han registrado un aumento significativo de la mortalidad en personas de mediana edad, de manera marcada entre los estadounidenses blancos con menor nivel de estudios. Por otro lado, los investigadores de la organización RAND entrevistaron a expertos, funcionarios de salud pública y agentes de control de drogas en media docena de países.

Los resultados encontrados desvelaron que no se ha dado el fenómeno de que el fentanilo se hubiera “atrincherado” en un país y luego fuera dejado de lado. Por ejemplo, en Estonia ha existido un mercado ilícito de fentanilo durante casi 20 años. Este país está superando la epidemia a partir de un fuerte programa de distribución de naxolona que comenzó en 2013, tras un año dramático en sobredosis y muertes.

La solución pasa en invertir más en prevención, además de reforzar las intervenciones en consumidores activos, de manera que las personas con trastornos por uso de sustancias reciban el tratamiento que necesitan.

Es necesario encontrar formas de interrumpir el flujo de opioides sintéticos a través del correo postal o hacer que la naloxona esté mucho más disponible para quienes la necesiten. Una parte de la solución que implica la acción estatal y una concienciación por parte de los profesionales sanitarios.

 


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