Fotofobia o sensibilidad a la luz: síntomas, causas y tratamiento

A veces, la luz duele. Nuestros ojos pueden sentir dolor o escozor ante ese día luminoso o incluso hacia la luz del móvil u ordenador. Si te ha pasado alguna vez te explicamos a qué puede deberse.
Fotofobia o sensibilidad a la luz: síntomas, causas y tratamiento
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 23 agosto, 2020

Nada es tan fascinante como ver el mundo a través de la pátina del sol. Todo brilla, todo reluce y adquiere esa viveza que da sentido a nuestra realidad. Sin embargo, muchas personas esquivan estas situaciones, porque en ocasiones la luz duele y conforma un tipo de trastorno denominado fotofobia, que puede llegar a ser limitante y problemático.

Esta intolerancia a la luz es más común de lo que pensamos. La razón de que esto sea así se debe a los múltiples factores que median en esta condición. Podemos estar ante un caso de albinismo o ante un síntoma de una enfermedad latente, como el glaucoma, una meningitis o incluso una simple infección ocultar.

Lo más acertado en todos los casos es no dejarlo pasar. Todo dolor es una manifestación de un problema, de una alteración que debe ser atendida por un profesional especializado. Y en este caso nada puede ser más descorazonador que no poder disfrutar de la belleza de un día luminoso…

naturaleza bajo el sol representando el impacto de la fotofobia

Fotofobia: síntomas, causas, tratamiento

La verdad es que todos hemos sufrido en algún momento un episodio de fotofobia o hipersensibilidad lumínica. Basta con tener dolor de cabeza para experimentar esa molestia cuando nos asomamos a una ventana o cuando salimos de casa al exterior. Ahora bien, el problema llega cuando esto se convierte en una constante. Más aún, lo que puede suceder además es que ese pinchazo de dolor ocular no se limite solo a la luz del sol.

La fotofobia surge al exponernos a cualquier tipo de luz, ya sea solar, fluorescente o incandescente. Abrir una lámpara, exponernos a la luz del ordenador, del móvil o hasta el fuego de una chimenea puede causar escozor y molestia. En estos casos, es conveniente consultar con el médico de cabecera o el oftalmólogo. Conozcamos más datos.

¿Cómo saber si sufro fotofobia?

La fotofobia no es solo picazón en el ojo. Tampoco tampoco una simple molestia al mirar una fuente de luz: hay dolor. Es más, tal y como nos señala un estudio llevado a cabo en la Universidad de Columbia Británica, realizado por doctor Abdul Albilial, este trastorno aparece incluso en las personas ciegas.

En las retinas disponemos de unos fotorreceptores que contienen melanopsina, un tipo de células fotosensibles que median precisamente en esa sensación de dolor, pinchazo o incluso de quemazón intensa. Por tanto, los síntomas de esta condición suelen ser los siguientes:

  • El dolor se vuelve constante a lo largo de los días y semanas.
  • Cada vez que nos exponemos a una fuente de luz (natural o artificial), los ojos duelen de manera intensa.
  • El dolor puede persistir aún estando ya alejados de esos estímulos lumínicos.

¿Cuáles son las causas?

La fotofobia no es una enfermedad ocular, es un síntoma de algún trastorno que debe diagnosticarse. Por lo general, el origen se debe a factores sin excesiva importancia, pero es importante contar siempre con el consejo profesional. Estas suelen ser las causas:

  • Las personas con ojos claros suelen sufrir fotofobia con mayor frecuencia.
  • El albinismo es otro factor.
  • Irritación ocular debido a las lentes de contacto.
  • Glaucoma.
  • Úlceras en la córnea.
  • Es importante saber que existen diversos fármacos que tienen como efecto secundario esta característica.
  • Las infecciones bacterianas son otro desencadenante.
  • También cabe destacar el síndrome visual informático. Pasar muchas horas ante las pantallas de nuestros dispositivos puede derivar en fotofobia.
  • Quemadura en los ojos debido a la exposición al sol.
  • Traumatismos. El hecho de sufrir un accidente y darnos un golpe en la cabeza puede tener como manifestación este síntoma.
  • Meningitis.
  • Tumores cerebrales.
  • Asimismo, se sabe que más del 80 % de las personas que sufren cefaleas también tienen fotofobia. Es más, estudios como el llevado a cabo en el Harvard Medical School nos señalan que el dolor en los ojos es algo común en los brotes de migraña.
Hombre con dolor debido a la fotofobia

¿Cómo se trata la fotofobia?

La forma de abordar la fotofobia dependerá del origen que lo desencadene. No es lo mismo padecer glaucoma que ser una persona que sufre migrañas de vez en cuando. La estrategia partirá del factor que esté detrás de esa sensibilidad lumínica.

No obstante, por lo general, es recomendable usar gafas polarizadas. Los cristales nos ayudarán a evitar muchas de esas ondas de la luz solar que generan molestia o dolor. El uso de las lentes fotocromáticas que se vuelven más oscuras o claras dependiendo de la cantidad de luz a la que nos expongamos es una estrategia adecuada.

Por otro lado, y sabiendo que uno de los desencadenantes más comunes suele ser las migrañas, nunca está de más evitar por ejemplo los alimentos ricos en histamina (café, quesos fermentados, comidas procesadas) y optar por una alimentación más natural.

En cualquiera de los casos y para concluir, el tratamiento de la fotofobia requiere de una atención personalizada en la que detectar el origen y proceder a seguir esas estrategias que el profesional sugiera. Por tanto, si en los últimos días o semanas experimentamos dolor al exponernos a cualquier tipo de luz, lo mejor es consultar con un oftalmólogo.


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