Friedrich Nietzsche: biografía del pensador más allá del bien y del mal

Nietzsche aparece en muchas ocasiones como el filósofo que envenenó culturalmente al pueblo alemán, aunque lo cierto es que su legado fue tomado de forma sesgada y engañosa por las fuerzas políticas predominantes de la época. Si quieres conocer su vida, ¡sigue leyendo!
Friedrich Nietzsche: biografía del pensador más allá del bien y del mal

Escrito por Sonia Budner

Última actualización: 12 noviembre, 2023

Cuando pensamos en filosofía, normalmente, se nos vienen a la cabeza nombres de autores de época clásica como Aristóteles, Platón o Epicuro. Pero, si pensamos en personajes más recientes, uno de los que aparece con mayor frecuencia es Friedrich Nietzsche.

Este filósofo se interesó mucho por tres temas que desarrolló durante toda su obra: la idea del superhombre, el fin de la religión como modelo de valores en la sociedad moderna y sus reflexiones sobre el bien y el mal. En este artículo conoceremos más sobre su vida y sus principales ideas.

Su vida temprana

Nació en Röcken bei Lützen, Prusia, el 15 de octubre de 1844. Era hijo de un predicador luterano que inculcó en él un amor incondicional por Dios y por la vida religiosa. Su padre murió entre inmensos sufrimientos y un profundo dolor cuando Friedrich tenía solo cuatro años.

Esto parece haber dejado en el niño una profunda huella que nunca terminó de curar. El inmenso amor que sentía hacia su padre, al que consideraba una buena persona, y su muerte temprana hicieron tambalear los cimientos de su vida.

Nunca llegó a entender cómo un Dios bondadoso podía enviar semejante tormento a alguien que le había servido fielmente, como lo hizo su padre. Desde muy joven, quedó atrapado en una profunda disonancia cognitiva.

La muerte del progenitor llevó a su familia a mudarse a Naumburgo. Allí, se sumergió en la educación formal, asistiendo primero a una escuela para niños y más tarde a una academia privada, donde cultivó amistades con compañeros privilegiados.

En 1854, su camino académico lo llevó al Domgymnasium de Naumburgo y, tras el fallecimiento de su abuela, pudo gozar de un hogar estable. En 1856 escribió su primer ensayo titulado Sobre el origen del mal. Durante su tiempo en la prestigiosa Schulpforta desde 1858 hasta 1864, no solo se destacó en música y lenguaje, sino que también forjó valiosas amistades

Friedrich Nietzsche inició su educación superior en la Universidad de Bonn, enfocándose brevemente en teología y luego en filología clásica. La obra de Schopenhauer y la Historia del materialismo de Lange reorientaron sus pasiones hacia la filosofía.

Su vida estudiantil también incluyó un incidente en un prostíbulo, que algunos especulan fue el origen de una infección por sífilis. También cumplió con un servicio militar que se vio interrumpido por un accidente, tras el cual retornó a sus estudios. Fue en esta época cuando conoció a Richard Wagner, figura que tendría un impacto considerable en su desarrollo intelectual y personal.

Los trabajos de Friedrich Nietzsche

Antes de concluir su formación universitaria, fue invitado a unirse a la Universidad de Basilea como profesor de filología clásica, convirtiéndose así en el académico más joven. En esa etapa, destacó por su aportación al estudio de la métrica poética de la antigüedad.

La Universidad de Leipzig le otorgó un doctorado honorífico en reconocimiento a la excelencia de su trabajo, y poco después fue promovido a profesor honorario en Basilea. Tras mudarse a Suiza, renunció a la ciudadanía alemana y vivió sin una nacionalidad oficial por el resto de su vida.

Nietzsche estableció importantes relaciones durante su tiempo en Basilea, entre ellas la amistad con Franz Overbeck y la influencia del historiador Jacob Burckhardt. También conoció y se encariñó con Richard Wagner y su esposa, Cósima.

Sin embargo, su primera obra importante, El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música, fue recibida con críticas severas por sus contemporáneos, lo que intensificó su aislamiento dentro de la comunidad académica y su posterior fracaso al intentar obtener una cátedra de filosofía.

Entre 1873 y 1876, publicó sus Consideraciones intempestivas y, aunque inicialmente influenciado por Wagner, su decepción con el Festival de Bayreuth marcó una creciente distancia con el entorno wagneriano.

Finalmente, en 1879, su deterioro físico le obligó a retirarse de la docencia, poniendo fin a su carrera académica marcada por intensos problemas de salud que le habían perseguido desde la juventud.

Un aislamiento provechoso

Durante la década de 1880, atraviesa un trastorno nervioso que le obliga a aislarse por completo durante una larga temporada. Pero este aislamiento supuso, a su vez, un período muy fructífero, que conllevó el desarrollo de los puntos clave sobre los que se asentarían las bases de su pensamiento filosófico.

Durante esta etapa, comenzó a gestarse una de sus declaraciones más famosas: «Dios ha muerto, Dios sigue muerto, y nosotros lo hemos matado». El nihilismo con el que sería conocido comenzaba a hacerse fuerte en su pensamiento, su rechazo al cristianismo y a sus valores como fuerza significativa de la sociedad se veía, cada vez, más reforzado.

¿Por qué nihilismo? ¿Por qué Dios ha muerto? No es que Dios esté muerto en el sentido más estricto de la palabra, sino que, para él, ya no hay nada que creer, ya no existe la universalidad de los valores morales.

El declive de los valores morales

Este gran filósofo destruyó los antiguos valores, rechazó la autoridad y la sumisión del rebaño. Construyó su idea del superhombre, de voluntad de poder, de creación y destrucción de valores.

Él se alejaba de toda filosofía tradicional, hablaba de la idea del eterno retorno y situaba la voluntad de poder más allá del bien y del mal. De este modo, se va hilando el pensamiento de una de las figuras que más ha aportado a la filosofía contemporánea.

En este período, escribió algunas de sus obras más reconocidas: Así habló Zaratustra, Más allá del bien y del mal, La genealogía de la moral y Crepúsculo de los ídolos. De ellas, se han obtenido las mejoras frases de Nietzsche.

Las ideas del superhombre, del individuo que se esfuerza por existir más allá de lo considerado como el bien y el mal, se plantean en Así habló Zaratustra y terminará de dibujarlas en El Anticristo. En esta última, se hará todavía más patente su absoluto rechazo al rebaño, a la sumisión.

La idea del eterno retorno

En este periodo de enfermedad, desarrolló esta idea en la Gaya ciencia y en Así habló Zaratustra. El concepto del eterno retorno no asume literalmente la repetición infinita de la vida, sino que se plantea como un ejercicio mental. Es un desafío a la concepción individual de la existencia y la voluntad.

Mientras los críticos de esta idea veían la vida como un flujo de eventos dictados por el destino o el azar, Friedrich Nietzsche invitaba a una valoración de la vida en su inmediatez. Él proponía que la vida se debe vivir con plenitud y presencia, de tal modo que se desee revivir cada momento exactamente como ocurrió, aceptando tanto las satisfacciones como las adversidades.

La teoría del eterno retorno es, por lo tanto, un llamado a la afirmación de la vida, a tomar cada decisión y vivir cada momento. Con esto, desafía la moral tradicional y alienta la creación de una nueva ética donde el individuo, actuando como su propio legislador y juez, se libera de las normativas impuestas por el cristianismo y sus estructuras de obediencia y autoridad.



El superhombre nietzscheano

En su convalecencia, específicamente, en 1882, cuando publica la Gaya ciencia, esboza también una de sus ideas más famosas y reconocidas: el superhombre, que luego desarrollaría en profundidad en Así habló Zaratustra.

El superhombre de Friedrich Nietzsche es un ideal dirigido no a la masa ni a la mediocridad, sino a aquellos con el potencial para trascender lo ordinario. Reconociendo la necesidad de una base cultural extensa y robusta, él ve en los individuos comunes un sustrato necesario para el florecimiento de una cultura superior.

El superhombre se entiende como el propósito de la existencia terrenal, aquel capaz de abrazar la vida en todas sus dimensiones, tanto en la luz de la razón como en la oscuridad de la pasión, anhelando la perpetuación de su presente a través del concepto del eterno retorno.

Representa así un espíritu afirmativo, que en lugar de renegar de la vida como lo haría un hombre apegado a las doctrinas cristianas, la acepta plenamente. No es solo un héroe, sino también un pensador, un filósofo del futuro que sintetiza la pasión y el poder intelectual, la fortaleza y la habilidad, proyectando la imagen de un ser completo y multifacético.

Este superhombre sería el creador de nuevos valores, rechazaría la homogeneización moral y lucharía contra las instituciones que buscan suprimir la singularidad y excelencia. En este contexto, este nuevo hombre emergería como la fuerza motriz hacia una renovación de la virtud y la moral.

La voluntad de poder

Luego de su retiro universitario por motivos de salud, también dio forma a su concepción sobre la voluntad de poder. Esta es un fenómeno universal que permea tanto a los seres orgánicos como al cosmos en su conjunto. No se limita a la dominación sobre otros, sino que representa una superación de uno mismo, una fuerza motriz hacia el crecimiento y la autoafirmación.

Así, podemos definirla como la impulsión intrínseca hacia el desarrollo y la automejora, un principio activo de expansión y fortalecimiento en todos los ámbitos de la existencia. Ella se manifiesta como el impulso vital que busca la realización de deseos y la ampliación de lo que se tiene, no solo material sino también en términos de capacidades y logros.

Es una fuerza autosostenida que, antes de apuntar hacia objetivos externos, debe reconocerse y valorarse a sí misma. Este concepto busca reconfigurar la comprensión del mundo, asignando al ser humano un lugar central en la revalorización de la realidad y los valores establecidos.

Al igual que la aspiración a adquirir algo requiere de un esfuerzo consciente para aumentar los medios económicos, la voluntad de poder exige un compromiso constante con la autotransformación y la perseverancia en el autodesarrollo.



Últimos años y enfermedad

En 1889, la locura de Friedrich Nietzsche desembocó en una incapacidad mental de la que ya no se recuperaría. Su enfermedad no supo diagnosticarse en su momento, aunque muchos autores la han atribuido a causas hereditarias, un tumor cerebral, la sífilis e incluso el uso excesivo de sustancias sedantes.

En la etapa en que se vio recluido por su enfermedad mental, se encontraba aislado en la casa familiar que compartía con su hermana en Weimar, Alemania. Se cree que organizaba visitas a su casa para mostrar el lamentable estado en que su hermano se encontraba, como si fuese una especie de espectáculo macabro. Sin haberse recuperado jamás, finalmente, falleció el 25 de agosto de 1900.

Legado e influencia

Este filósofo ha sido considerado uno de los personajes con más influencia en la filosofía del siglo XX. Su concepto sobre el significado de la existencia, la moralidad y la individualidad de las personas influyeron en el trabajo de otros grandes pensadores del siglo XX, como Sigmund Freud, Carl Jung o Michel Foucault, entre otros.

Durante los años posteriores a su muerte, parte de su trabajo se utilizó también por el partido nazi que hizo un uso engañoso, selectivo y fuera de contexto de algunas de sus más importantes ideas.

Bien es cierto que la polémica idea del superhombre, de caer en manos equivocadas, puede ser utilizada de forma negativa e interpretarse como la superioridad de unos frente a otros. Sí, él criticaba al rebaño, pero sus ideas estaban muy lejos del pensamiento nazi.

Además, contribuyó enormemente con su interpretación de lo apolíneo y lo dionisíaco, aplicándola a las diversas artes. ¿Loco o cuerdo? ¿Razón o sinrazón? Él estaba más allá de eso, es uno de esos autores que combinan razón y sinrazón, que difuminan los conceptos del bien y del mal.

Una figura importante en la actualidad

Su influencia se extendió a muchos otros pensadores, escritores y figuras influyentes del siglo XX. La reinterpretación libre de algunas partes de sus escritos fue utilizada como justificación de muchas acciones del partido nazi en los años 30.

Friedrich Nietzsche publicó numerosos trabajos y sus aportaciones a la filosofía tuvieron un peso considerable. Sus textos, a pesar de tratar cuestiones filosóficas, resultan una lectura excepcional y difuminan, de alguna manera, la delgada línea que existe a veces entre lo literario y lo filosófico.


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