Gastritis nerviosa: síntomas, causas y tratamiento

A diferencia de otros problemas estomacales, la gastritis nerviosa no está causada por bacterias, sino por el estrés y la ansiedad. Veamos cuáles son sus síntomas y cómo tratarla.
Gastritis nerviosa: síntomas, causas y tratamiento
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Última actualización: 11 abril, 2023

Las enfermedades del estómago suelen producir molestias incómodas. A pesar de que existen multitud de posibles causas para las dolencias estomacales, algunas de ellas parecen estar causadas solo por problemas emocionales. Es el caso de la gastritis nerviosa o gastritis inducida por estrés.

Se trata de un trastorno con inflamación de la mucosa que recubre el estómago, originado por situaciones estresantes que no son gestionadas adecuadamente por la persona. Aunque los síntomas son similares a los de cualquier otra gastritis, tiene algunas particularidades.

En este artículo estudiaremos cuáles son sus principales signos, además de cómo se produce y qué podemos hacer para combatirla.

Causas de la gastritis por estrés

La gastritis nerviosa aparece cuando hay mucha producción de ácido clorhídrico en el estómago. Y esta producción está estimulada por situaciones de estrés, como describe una publicación del National Center for Biotechnology Information.

Cuando hablamos de estrés, no solo nos referimos a la ansiedad o los problemas emocionales. También se considera estresante el hecho de atravesar situaciones de salud crítica, como permanecer mucho tiempo en una unidad de cuidados intensivos. Los pacientes internados por largos periodos tienden a desarrollar esta enfermedad.

Lo que sucede es que el estrés aumenta ciertas sustancias y hormonas en el cuerpo. Entre ellas, la acetilcolina y la histamina. Ambas actúan en el estómago y lo inducen a producir más ácido.

La gastritis nerviosa empeora cuando se hace crónica. El estrés prolongado hace que llegue menos sangre a ciertas partes del cuerpo, incluida la mucosa del estómago. Al haber menos circulación allí, las células producen más radicales libres. Estos radicales provocan más inflamación y los síntomas se complican.

Finalmente, la mayor cantidad de ácido y la menor circulación, podrían terminar en una úlcera. La mucosa se lastima y aparecen erosiones que pueden sangrar.

¿Cuáles son los síntomas de la gastritis nerviosa?

Al igual que muchos otros trastornos de la mucosa estomacal, la gastritis nerviosa presenta una serie de síntomas relacionados entre sí. Hay que tener en cuenta que estos síntomas pueden presentarse de forma puntual (en el caso de la gastritis aguda) o continuada (en el caso de la crónica). A continuación, veremos los más comunes.

Dolor en la boca del estómago

El síntoma más evidente de esta dolencia es el malestar o dolor estomacal, sobre todo en periodos de estrés intenso. La sensación es similar a un ardor o una puntada ubicada donde termina el esternón. A veces, este síntoma calma con la ingesta de algún alimento, pero otras veces perdura y no se modifica con los cambios de posición.

Saciedad prematura

Las personas con este trastorno estomacal a menudo señalan que su apetito disminuye considerablemente en los periodos en los que se ven más afectadas. De esta manera, es común que los pacientes reduzcan la cantidad de comida que ingieren al día, lo que puede afectar aún más a su bienestar.

Cuando el estómago queda en ayuno por mucho tiempo, es más probable que produzca ácido y que el mismo no encuentre alimentos para ser usado. Por lo tanto, ese ácido sigue lastimando la mucosa.

Sensación de pesadez

También descrita como una sensación de que la comida se mantiene mucho tiempo en el estómago. Es posible que los cambios en los ritmos de las comidas y el mismo ácido dificulten la digestión. Cuando la persona consume alimentos pesados, con alto contenido de grasa o de carbohidratos, al sistema digestivo se le complica sostener los movimientos peristálticos.

Plenitud posprandial por gastritis nerviosa.
La sensación de estar lleno antes de terminar de comer es un síntoma de gastritis.

Pirosis o reflujo

Al igual que en otros trastornos estomacales, uno de los síntomas más irritantes de la gastritis nerviosa o inducida por estrés es la acidez estomacal. Se trata de una sensación de quemazón percibida en la región del esófago, como una corbata, detrás del esternón.

El nombre técnico es «pirosis». La presencia de este síntoma suele llevar al médico a solicitar más exámenes complementarios, ya que puede ser señal de que se agregó un cuadro de reflujo gastroesofágico.

Náuseas y eructos

Los eructos, las náuseas y hasta los vómitos son consecuencia del mal funcionamiento del estómago. También es posible que haya el regreso de pequeñas porciones de comida no digerida.

Tratamiento de la gastritis nerviosa

Debido a que este trastorno del funcionamiento estomacal está provocado por problemas emocionales o estrés, es importante combinar varios enfoques en la intervención. En general, los tratamientos deben basarse en tres variables:

  1. Ayuda médica.
  2. Gestión de las emociones.
  3. Cambios en la dieta.

1. Ayuda médica

Como la mayoría de las enfermedades relacionadas con la inflamación estomacal, los síntomas de la gastritis pueden paliarse utilizando medicamentos como el omeprazol. Estos fármacos, inhibidores de la bomba de protones o IBP, protegen las paredes estomacales reduciendo la producción de ácido.

Específicamente, en la gastritis por estrés que aparece cuando una persona está internada mucho tiempo, el omeprazol se usa endovenoso. Es decir, se añade a la medicación propia del tratamiento de la enfermedad que originó la internación.

2. Gestión de las emociones

Debido a que la principal causa de este tipo de gastritis es el estrés, la forma de acabar con ella es aprendiendo a gestionar nuestras emociones negativas. Para ello, pueden ser útiles diferentes enfoques, desde el uso de técnicas de relajación hasta la psicoterapia.

La educación de la persona con gastritis nerviosa es clave. Como recalcan Bustamente y colaboradores, es muy habitual la recaída y el reinicio de los síntomas. Esto sucede porque no se aplican las técnicas de manejo del estrés de forma continuada y de manera sostenida en el tiempo.

Ansiedad que causa gastritis nerviosa.
La gestión de las emociones permitirá reducir la gastritis inducida por estrés.

3. Cambios en la dieta

Una dieta adecuada puede ayudar a eliminar los síntomas más molestos de esta enfermedad. Para ello, hay que seguir las indicaciones nutricionales que se recomiendan para cualquier tipo de gastritis.

Según la Junta de Andalucía, lo primordial es lo siguiente:

  • Preferir cocciones sencillas, a la plancha, al horno o hervidos.
  • Comer las verduras cocidas y sin piel.
  • Usar carnes magras en los platos, dando lugar primordial al pescado.
  • Comprar lácteos descremados.

¿Cómo evitar la gastritis nerviosa?

Para evitar la gastritis inducida por estrés, es recomendable ejecutar técnicas de manejo de las emociones, hacer actividad física y mantener una alimentación saludable. Recordemos que hay mucha recaída, por lo que educarnos y comprender cómo evitar el regreso de los síntomas es fundamental.

Frente a situaciones que generen ansiedad, es recomendable utilizar herramientas que nos ayuden a controlar los efectos. Por supuesto, será más fácil si ya llevamos una higiene de salud mental adecuada, quizás con la práctica continuada de yoga o incluso con un descanso adecuado y reparador a diario.

Consejos diarios que te ayudarán son los siguientes:

  • Evita la ingesta de alimentos que contribuyan a la inflamación del estómago, como ultraprocesados, lácteos enteros, azúcares simples, picantes y alcohol.
  • Come varias veces al día y en poca cantidad para evitar un estómago vacío o muy lleno.
  • Prefiere comida tibia, no fría ni muy caliente.
  • No tomes analgésicos de venta libre, como la aspirina o el ibuprofeno.
  • Come alimentos con probióticos, como el yogur, la kombucha, la col fermentada y el kéfir.
  • No fumes. Este hábito puede dañar el recubrimiento del estómago e incrementa el riesgo de desarrollar cáncer.
  • Mastica adecuadamente los alimentos. En la boca comienza la digestión y hay enzimas en nuestra saliva que actúan para facilitar el posterior trabajo del estómago.

Acude al médico aunque creas que estás controlando la gastritis nerviosa por tus medios. Siempre será necesaria una evaluación profesional.


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