Íncubos y súcubos: los fantasmas del sueño
La noche es el contexto ideal para que se den ciertos fenómenos sobrenaturales. Hay algunos que están documentados desde más allá de la Edad Media.

Los íncubos y súcubos son entidades espectrales que, desde tiempos inmemoriales, están presentes en las leyendas de varias culturas. Estos seres se manifiestan durante la noche, mientras dormimos. Pueden paralizar, tocar o apoderarse de su víctima, que presencia el suceso completamente indefensa.
Hay que decir que no todas estas experiencias de íncubos y súcubos son terroríficas. Por increíble que parezca, estos espíritus de la noche pueden llegar incluso a provocar el éxtasis en ciertas personas. Sin embargo, no es lo habitual y, en mayor o menor medida, la experiencia depende del sexo de la víctima.
Íncubos y súcubos: los fantasmas del sueño
Durante la Edad Media se tomaban muy en serio las leyendas y esta no iba a ser una excepción. Más aún cuando todos conocían a alguna persona que había vivido la experiencia que vamos a describir más adelante. A estos seres se les consideraban de origen demoníaco y se les trataba de combatir a través de exorcismos, amuletos, agua bendita, crucifijos, etc.
En todo caso, su presencia era una señal de mal augurio. Tal vez venía a anticipar algún tipo de desgracia, como una enfermedad o la muerte de un ser querido o de la misma persona que los padecía. Además, como se comentaba anteriormente, esta experiencia tenía un tinte u otra según el género de la persona:
- Las mujeres se veían afectadas por los íncubos, que incluso llegaban a sentarse en pecho, impidiéndoles todo movimiento y provocándoles pesadillas. En algunas ocasiones, incluso las fecundaban, dando a luz a nuevos monstruos.
- Por el contrario, los hombres eran asaltados por los súcubos, demonios-espíritus femeninos que los seducían durante el sueño.
Los episodios anteriormente descritos son parte de la leyenda de los íncubos y súcubos. No obstante, hoy en día se toman como base para explicar fenómenos que realmente ocurren durante el sueño. Veamos esto con mayor detenimiento.
Los íncubos: terrores nocturnos
El íncubo actualmente se asocia con los terrores nocturnos. Estos se caracterizan por episodios bruscos de despertar en mitad de la noche, generalmente precedidos por un grito de angustia y seguidos de intensa ansiedad y agitación. La víctima no puede recordar qué ha ocurrido (existe amnesia del suceso). Por lo tanto, tarda unos minutos u horas en recobrar la calma, en orientarse y reconectarse con el entorno o en volver a dormirse.
Este trastorno ocurre durante las fases de sueño profundo o NREM. Por eso se puede concluir que la persona no estaba soñando, ni puede recordar la razón de su angustia nocturna. Algunos psicoanalistas señalan que se trata de un episodio de autocastigo por un sueño censurable. No obstante, esta hipótesis ha sido completamente descartada por la ciencia.
Los súcubos: poluciones nocturnas en los hombres
La leyenda de los súcubos ofrece una explicación sobrenatural a las erecciones y poluciones nocturnas de los hombres. Huelga decir que súcubo proviene del latín y significa prostituta. Los súcubos vienen por la noche, mientras el hombre duerme y, de alguna forma, le seduce en sueños y ambos mantienen relaciones sexuales. Fruto de esta ficticia relación íntima, el hombre puede eyacular durante el sueño.
En ocasiones, el paciente manifiesta haber sentido que lo tocaban, le besaban y que la relación sexual era real, incluido el coito. Sin embargo, minutos u horas después de despertar, el sueño se recuerda de forma fragmentaria y envuelto en brumas.
Algunos autores junguianos han señalado que el encuentro con el súcubo no sería más que el encuentro con el ánima (la proyección de la imagen idealizada femenina en la psique del hombre). Es por esto por lo que la relación con el súcubo o el ánima es increíblemente placentera.
Aunque gran parte de estos fenómenos ya han sido ampliamente explicados por la ciencia, aún están envueltos en ese halo místico que los puede hacer parecer tan fascinantes a los íncubos y súcubos. Además, estas sensaciones y síndromes pueden formar parte de otras patologías, como las demencias o la psicosis.
Licenciado en Psicología por la Universidad de Jaén en el año 2010. Máster en Psicología Clínica por la Universidad de Almería (2011) y Máster en Psicología Jurídica y Forense por el COPAO, Granada (2012). Doctorando en Ciencias Humanas y Sociales por la Universidad Pontificia de Salamanca. Ha publicado 8 artículos científicos y es autor de los siguientes libros: "Psicopatología General", "Neurociencias: etiología del daño cerebral" y "Evaluación Psicológica". Además, es coautor del libro "Modelo ROA: Integración de la Teoría de Relaciones Objetales y la Teoría del Apego". Ha participado en congresos internacionales sobre psicología clínica y forense. Desde 2010 ha ejercido profesionalmente como psicólogo clínico y forense, escritor, formador y profesor universitario. Actualmente, colabora con diversos medios digitales.