Infidelidad, la confianza traicionada

Infidelidad, la confianza traicionada
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 agosto, 2023

 “¡El mundo se me vino encima!
Era el esposo perfecto”

Vacío, desesperación, rabia, frustración, dolor, angustia… son la mezcla de sentimientos encontrados que afloran cuando se descubre la infidelidad de la pareja. La intensidad del dolor suele estar relacionada con el tiempo de convivencia, y con la duración de la traición. No significa que duele menos, quien recién comienza a convivir y descubre una relación paralela. No, pero quien tiene años al lado de una persona, que fue infiel, percibe que su vida traducida en ese tiempo, se ha vuelto añicos.

Quien ha dedicado años a su vida de pareja, y se ha dedicado a sus hijos, dejó de vivir. Las muejeres nacidas entre los 60 y 70 fueron educadas para el sacrificio, para posponer sueños y metas de desarrollo personal; aunque para otras, su desarrollo era el mismo papel de esposa y madre.

Quien ha dedicado los mejores años de su vida a una relación, ante la infedidelidad experimenta un quiebre del soporte de su vida inmediata y futura. Cuando el cónyuge se marcha, la herida se abre y el proceso de duelo permanece por un tiempo desconocido. Dependerá de los recursos sociales, familiares y personales para superar la traición. El deseo de llamar a la ex-pareja y pedir que vuelva, y a la vez sentir deseos de discutir es natural; es una reacción humana.

La confianza fue traicionada

Pareja tensionada por la infidelidad

Algunas parejas al ser descubiertas la infidelidad, deciden quedarse con el cónyuge sin comprender ni reconocer el daño causado a la relación y a su consorte. Pretender que con la conversación efímera todo se resolverá, eso es muestra de una visión egoísta y miope. Es ubicarse sólo desde su perspectiva. La confianza no se recupera nada más con decir “Lo siento”.

El vivir una mentira, es haber sostenido una doble vida. En la cual muchas veces se optó por crear discusiones estériles, tan sólo para tener la excusa de irse a encontrar con la amante.

¿Se puede recuperar una relación después de una infidelidad? Es difícil pero no imposible. El primer paso importante es reconocer el daño que se ha producido en la relación.

Qué factores contribuyeron o empujaron a que se diera esa traición. Sin embargo, hay que señalar que muchas infidelidades no presentan causas atenuantes. La pareja que engaña siempre tiene la posibilidad de romper la relación. Divorciarse, antes que traicionar.

Quien traiciona, engaña a tres personas: a sí mismo, porque es imposible tener intimidad con otro o otra, por meses, y años sin sentir algo; al cónyuge o pareja conviviente; y a la otra persona. Normalmente, si una persona acepta una relación con otra sabiendo que esta mantiene una relación de larga duración con otra es porque tiene la esperanza de que la otra relación desaparezca.

Los seres humanos no somos autómatas. Es imposible desligar los sentimientos cuando se comparte en la intimidad, una y otra vez, por tanto tiempo.

Es una posición absurda, que la persona infiel pretenda que su cónyuge no exprese sus sentimientos encontrados, y pretenda que el “borrón y cuenta nueva” signifique no mencionar el asunto. Al contrario, hay que enfrentar el por qué ocurrió. Sin excusas.

La confianza se reconstruye con hechos, no con palabras. El perdón es activo, no pasivo. No son flores ni chocolates los que curaran la herida. Ni es una semana o un mes el tiempo de sanación.

Las etapas en la vida de pareja y la infidelidad

Pareja hablando de la infidelidad

En mi desempeño profesional, he visto como muchas personas, muy a su pesar reconocen que quieren a su pareja, pero ya no la aman. Ocultan y callan por un tiempo su malestar, aflorando en la crisis que inevitablemente se manifestará.

A medida que una relación avanza en el tiempo, la pareja experimenta un vaivén en sus sentimientos. El principio del noviazgo es la etapa de la ilusión  en la cual se idealiza a la persona que encaja en un ideal formado de acuerdo a las necesidades de cada uno. La convivencia, le abre la puerta a la rutina, las responsabilidades y la procreación  acorta el tiempo dedicado a la complicidad en la pareja. Disminuyendo cada vez más la seducción y el misterio en el otro.

La llegada del primer hijo, implica la división de los afectos. ¡Ya no somos 2!… La atención,  los cuidados, y el desvelo se comparten con el recién llegado. En esta etapa, muchos hombres se sienten desplazados porque no se involucran activamente en los primeros meses de vida de su hijo.

El disfrute sexual, disminuye. Aparece, la callada frustración.

Se habla, pero no se comunica. Se deja de vivir para sí y para el otro. Se pierden espacios comunes. Muchas madres monopolizan la presencia de su bebé, en lugar de compartir la responsabilidad y disfrute del hijo de ambos. Aquí muchas abandonan su apariencia personal, y colocan a su esposo a un lado. No es por casualidad que es una etapa en la cual se presenta un mayor porcentaje de infidelidad marital.
Lejos de expresar su descontento, el hombre se refugia o en la bebida o con sus amigos. Un celo no manifiesto hace su aparición. La frustración crece junto a la indiferencia. Mientras la madre vive su vida, como una extensión de la de su hijo.

Años más tarde, cuando los hijos entran en la adolescencia o se marchan del hogar. Los miembros de la pareja, quedan como al principio, solos. Muchos temen enfrentar esa soledad con su pareja. ¿Por qué? Porque se ha vuelto un desconocido.

¿Sorprende que ahora no sientan lo mismo? ¿Qué su amor sea distinto?

La vida cambia, es dinámica, y lo que sentimos hoy, no será igual mañana. La etapa de la idealización del noviazgo, quedó atrás. Ya no se ajusta a la fantasía. Es inmaduro esperar que esa etapa se mantenga.

El amor también madura, es el que permite sortear las distintas crisis o altibajos en la pareja, y más tarde en la familia. La pasión da paso a la calma, la estabilidad, a un amor tranquilo ¿Pero, por qué no me siento viva? – Pues ¿qué has hecho para mantener la seducción y la complicidad en la pareja?

En este contexto muchas mujeres, callan su insatisfacción sexual.  Persiste el mito que la mujer esta para satisfacer y no para disfrutar de la sexualidad. Da, pero no pide. ¿Cómo puede saber tu pareja lo que te gusta si no lo expresas?
Este es uno de los factores que incide en la infidelidad femenina. Pero como la traición masculina, ambos son responsables. Tanto el que no da, como quien no pide. Si es tu situación busca ayuda profesional.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.