La intervención social en contextos educativos
La etapa escolar es una época que puede resultar muy difícil tanto a los estudiantes como a los padres o tutores de los mismos. Bullying, fracaso escolar, absentismo, situaciones complicadas en casa, dificultades en el aprendizaje… A veces, es necesario el papel de un tercero que resuelva la situación. Por ello, la intervención social en contextos educativos puede ser de gran importancia.
Los años que pasamos en la escuela y en el instituto marcan nuestra vida. En esta etapa forjamos nuestra personalidad y podríamos decir que aprendemos a vivir en sociedad. Son unos años en los que compartimos mucho tiempo con iguales.
Aunque el contexto de cada alumno puede ser diferente, el instituto debe contribuir a que los alumnos, sea cual sea su procedencia social y cultural, construyan un autoconcepto positivo. Así como a que se integren en la interacción cotidiana de la institución y puedan aprovechar las oportunidades educativas que están disponibles (Fernández y Fernández, 2011).
Es importante recalcar que el proceso educativo pretende conseguir que el alumno tenga una situación que posibilite su desarrollo libre y armónico.
Si bien es cierto que, como dice Roselló (1998), este proceso debe ser concebido como un todo, implicando no solo a los educadores, sino también al resto de profesionales que pueden cubrir “lagunas” del sistema educativo. Entre estos profesionales podemos encontrarnos psicólogos, trabajadores sociales, logopedas, psicopedagogos…
Intervención social en contextos educativos
En algunas comunidades autónomas, se creó la figura del PTSC o profesor técnico de servicios a la comunidad. Como dicen las autoras citadas más arriba, esta figura se crea para intervenir de manera eficaz en situaciones de riesgo, así como para evitar la posible exclusión escolar y social de estos alumnos y favorecer su implicación y aprovechamiento de la educación secundaria obligatoria.
Además de esta figura, existen unos equipos de orientación educativa y psicopedagógica que tienen como funciones: asesorar, apoyar y colaborar con el profesorado para la mejora de la calidad educativa.
Desde la Federación Internacional de Trabajadores Sociales se cree el medio escolar es el primero en el que se pueden detectar problemas familiares y sociales (F.I.T.S citado en Roselló, 1998). No hay que olvidar que cualquier problemática detectada de manera temprana nos puede ayudar a prevenir o a paliar los efectos de la misma.
La intervención social en el ámbito educativo, por consiguiente, tiene como objetivo colaborar para que cualquier alumno, independientemente de su origen, ámbito familiar o social, tenga las mismas oportunidades que el resto.
Esto se puede conseguir trabajando tanto con el alumno como con la familia. Hay que intentar que los responsables del alumnado también se impliquen para que la adaptación y el éxito sean plenos.
Se podría decir que la intervención suele comenzar con la detección de los problemas o que estas intervenciones se vinculan al ámbito privado. Esto quiere decir que son asociaciones o empresas externas las que realizan las charlas formativas e informativas.
“Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”.
-Pitágoras-
Pero, ¿qué se podría hacer desde el propio ámbito educativo?
Dado que existen profesionales, es necesario resaltar la necesidad de orientar a los alumnos hacía una vida saludable. Cuando hablamos de saludable, hay un pensamiento general que orienta esta expresión hacía lo físico, pero no hay que olvidarse de la importancia de la salud mental. Formar jóvenes y adultos sanos, con habilidades sociales, con alternativas de ocio beneficiosas para el desarrollo de la vida es fundamental.
Funciones del trabajador social en el contexto educativo
La disciplina de trabajo social se desarrolla en diferentes ámbitos. Uno de ellos es también el educativo. Cabe decir que en este terreno aún queda mucho por explorar, aunque es un campo con multitud de posibilidades para la profesión.
Dentro de la intervención social en contextos educativos queremos distinguir algunas de sus funciones: (Iglesias y Ortuño, 2017):
- Colaborar en la elaboración de los Proyectos educativos de centros, especialmente en lo relativo a las condiciones socioculturales del entorno y los aspectos sociales y familiares de los alumnos escolarizados.
- Información y orientación a padres en el ámbito de sus funciones y el ejercicio de la parentalidad.
- Atender y resolver situaciones individuales del alumnado. Absentismo, bajo rendimiento, problemas de relación y comunicación, inadaptación, convivencia y conflictividad…
- Colaborar en el desarrollo de programas formativos dirigidos a las familias.
- Elaborar y difundir materiales e instrumentos que sean de utilidad para el profesorado.
- Facilitar al centro educativo la información necesaria sobre los recursos existentes en la comunidad. Informar sobre necesidades educativas y sociales, que posibiliten una adecuada planificación educativa.
El trabajador social debe obtener una mayor importancia en el contexto educativo. Como agente y profesional del cambio, le corresponde jugar un papel fundamental para mejorar la convivencia y el bienestar de la comunidad educativa.
No podemos olvidar que sentar unas buenas bases en los menores que hoy educamos es plantar las semillas para un futuro mejor.
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- Fernández, I., & Fernández, C. (2011). La intervención social en el contexto educativo: funciones y expectativas de los PTSC en la Comunidad de Madrid. Revista Iberoamericana de Educación / Revista Ibero-americana de Educação.
- Ortuño, E. I., & Muñoz, E. O. (2018). Trabajo Social y mediación para la convivencia y el bienestar escolar. Cuadernos de Trabajo Social, 31(2), 375-387.
- Roselló Nadal, E. (1998). Reflexiones sobre la intervención del trabajador social en el contexto educativo. Alternativas. Cuadernos de Trabajo Social, N. 6 (octubre 1998); pp. 233-258.