Ira estudiantil: por qué se ataca a los profesores

El profesor se ha convertido en el objeto de la ira estudiantil en muchos casos. Analizamos cuáles son sus causas y las medidas recomendables para hacer frente a esta situación.
Ira estudiantil: por qué se ataca a los profesores
Cristina Roda Rivera

Escrito y verificado por la psicóloga Cristina Roda Rivera.

Última actualización: 07 abril, 2022

Los ataques de los estudiantes contra los profesores son más frecuentes de lo que pensamos. La violencia y la intimidación psicológica contra los docentes es un problema serio. ¿De dónde viene la ira estudiantil y cómo prevenir la violencia?

Desde 2015, agredir a un profesor se considera un atentado contra la autoridad y puede llevar asociado una pena de hasta cuatro años de cárcel; sin embargo, el endurecimiento de las medidas disciplinarias no parece que haya frenado la tendencia. En el curso 2018-2019, se contabilizaron 39 675 agresiones físicas y verbales a los docentes de siete autonomías en España.

Los expertos señalan que el problema no es de seguridad pública, sino un reflejo de falta de educación en las familias y de recursos, ratio y metodología en el aula. Todo provoca que el alumno se aburra en clase y desafíe la autoridad del docente. Esa es una hipótesis.

La otra, mucho más cruda, es que los alumnos agreden a los profesores porque entienden que es una violencia que no tendrá respuesta. Entonces, ¿qué valores podemos promover para que un alumno no se atreva a agredir a un profesor?

Profesora estresada en clase
Los problemas de conducta en las aulas son un factor que contribuye a la aparición de estrés en los profesores.

Los padres creen que sus hijos son de su propiedad

Los profesores de las escuelas primarias afirman que los padres se involucran cada vez más en lo que sucede en la escuela. Este es el motivo por el que han aumentado las críticas a los métodos de enseñanza y la forma de proceder de los profesores. Ellos quieren lo mejor para sus hijos y, sin embargo, la mayoría solo consigue lo contrario. Porque los hijos no se benefician del proteccionismo de sus padres.

Los docentes mencionan tres puntos en lo que se refiere al estrés profesional: la creciente burocracia en su campo de trabajo, que además de la preparación y el seguimiento de las lecciones, requiere mucho tiempo, el aumento de niños con problemas de conducta o trastornos que apenas se llevan bien en el aula y, finalmente, como un fenómeno históricamente nuevo, la injerencia intensiva de los padres en los eventos escolares.

Cuando se trata de estrés emocional en su propio trabajo, este último punto está en la parte superior de la lista. Sin embargo, la interferencia de los padres en las actividades escolares y del aula no solo se ha convertido en un problema para los maestros, sino que también tiene un impacto en el equilibrio emocional y mental de los niños afectados.

Un malestar que se genera en casa

Es relativamente nuevo que los padres de niños de primaria sientan que pueden evaluar adecuadamente lo que está pasando en la escuela y tomar parte activa. Se pueden encontrar varias razones para esto. Por ejemplo, la legislación escolar actual incita a muchos padres a la confrontación, ya que habla de “colaboración con los padres” y “trabajo de los padres” por parte de las escuelas.

En ocasiones, los padres malinterpretan su propio papel y se consideran a sí mismos como una nueva autoridad de control pedagógico del personal escolar. De manera similar, los propios conflictos de autoridad no resueltos de los padres de hoy pueden conducir a conflictos con los maestros de sus hijos.

Los maestros de la vieja escuela no permitían estas intromisiones. Sin embargo, para evitar ese uso perverso de la asimetría de poder, quizás estamos cometiendo otros errores. Antes, los profesores y maestros guiaban a 40 niños de la clase con determinación. Y, sin embargo, tenían calidez y devoción. Ellos sabían las dificultades que atravesaban los alumnos y en muchas ocasiones les dieron el reconocimiento y el cariño que merecían.

¿Qué tratan los padres de corregir en los maestros de sus hijos?

En la mayoría de los casos, los ataques de padres a profesores giran en torno a evaluaciones de desempeño o calificaciones que ha recibido su propio hijo y normas pedagógicas o sanciones que los maestros imponen. Pero hay motivos más extensos y de carácter psicológico que hay que tener en cuenta en el comienzo del conflicto.

El motivo de la conversación suele ser desagradable

La ocasión en la que se encuentran docente y padres suele ser tan importante como desagradable. La comunicación entre el maestro y el tutor suele ser un asunto complicado y cargado de emociones. Por el bien del niño, es importante seguir ciertas reglas y prepararse bien para la conversación.

Aparecen recuerdos de sus propios días escolares

Las actitudes de los padres suelen ser cualquier cosa menos objetivas. Aportan a la conversación una mezcla de respeto, ira, desilusión, preocupaciones, prejuicios y sus propias experiencias escolares.

A menudo transmiten al maestro de su hijo la sensación de impotencia que pueden haber experimentado ellos mismos en la escuela.

Los niños no siempre se comportan de la misma manera

El mayor obstáculo para los compañeros de conversación suele ser salirse de su propia perspectiva, porque los niños a menudo se comportan de manera diferente en el aula que en casa.

Por ejemplo, los maestros ocasionalmente tienen que desencantar la imagen que un padre/madre tiene de un estudiante cuando el chico bueno en casa es un alborotador en la escuela.

Niños con mal comportamiento en clase
Hay niños que en clase muestran más impulsividad e ira que en sus casas.

Ira estudiantil: medidas generales para alumnos y profesores

Algunas agresiones son actos intencionales de violencia, mientras que otros son el resultado de, por ejemplo, trabajar con estudiantes que tienen problemas mentales. Cualesquiera que sean las circunstancias, cada vez más educadores terminan en la sala de emergencias. Que psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales trabajen con estos niños, es una de las principales medidas a tomar.

A veces, los estudiantes pueden volverse peligrosos para ellos mismos o para las clases en general. Estos incidentes a menudo pueden resultar en la instauración de un aula específica de estudiantes para garantizar la seguridad de todos. Antes de llegar a ese punto, la UNESCO propone a los profesores en una guía trabajar todos estos puntos para que el clima en las aulas sea el adecuado.

  • Abogar por un enfoque holístico que involucre a los estudiantes, el personal de la escuela, los padres de familia y la comunidad.
  • Lograr que sus estudiantes se involucren en la prevención de la violencia.
  • Utilizar técnicas y métodos de disciplina constructivos.
  • Ser un factor activo y eficaz para poner fin al acoso.
  • Fomentar la capacidad de adaptación de los estudiantes y ayudarlos a afrontar los retos de la vida de modo constructivo.
  • Ser un modelo de conducta positivo denunciando la violencia sexual y por razones de género.
  • Promover los mecanismos de seguridad escolar.
  • Brindar espacios seguros y acogedores para los estudiantes.
  • Adquirir aptitudes de prevención de la violencia y resolución de conflictos y transmitirlas a los estudiantes.
  • Reconocer la violencia y la discriminación contra los estudiantes discapacitados y los procedentes de comunidades indígenas o minoritarias y otras comunidades marginadas.

Aunque un profesor agredido siempre es la víctima de un sistema escolar que no ha sabido protegerle y de unos padres que a veces empujan a sus hijos a la ira, los profesores tienen que seguir estas pautas. Son su seguro de buenas prácticas.

Así, si se produce una agresión, ningún alumno podrá achacar al docente su agresividad por no haberlas cumplido. Es el equilibrio que hemos pactado entre padres, alumnos y profesores y en el que cada uno debe cumplir con su parte para evitar episodios funestos para la educación.


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  • Garner, P. (2014). Dimensions of school-based violence to and by children: An overview of recent literature. International Journal of Adolescence and Youth19(4), 484-495.
  • Javier Martín Arroyo. Violencia contra los profesores: de la agresión física a la presión psicológica. 22 de abril 2021. https://elpais.com/educacion/2021-04-22/violencia-contra-los-profesores-de-la-agresion-fisica-a-la-presion-psicologica.html
  • Twemlow, S. W., & Cohen, J. (2003). Stopping school violence. Journal of Applied Psychoanalytic Studies5(2), 117-124.
  • Unesco. Poner fin a la violencia en la escuela. Guía para los docentes. Organizaciónde las Naciones Unidaspara la Educación,la Ciencia y la Cultura

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