Justicia poética: ¿en qué consiste?

Si hay un tipo de justicia que a la mayoría nos gusta y nos inspira es la poética. Es aquella en la que el malvado acaba recibiendo una cucharada de su propia medicina y en la que los virtuosos son reconocidos.
Justicia poética: ¿en qué consiste?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 03 febrero, 2021

La justicia poética es un anhelo, un ideal que nos ofrece armonía en un mundo en el que a veces la justicia es de todo menos justa. Define esas situaciones en las que las malas acciones siempre son castigadas en la misma proporción que el acto cometido y donde las buenas acciones son recompensadas y valoradas. Pocas cosas nos confieren mayor tranquilidad que ver cómo triunfa la lógica en un mundo donde se cometen actos ilógicos.

Ahora bien… ¿no es así como funciona todo sistema legal encargado de aplicar eso a lo que llamamos “justicia”? En realidad, no siempre. Es más, en ocasiones, el mundo de la jurisprudencia o el derecho no es tan ciego como debería. Abundan los favoritismos, las estratagemas que rozan la ilegalidad e incluso los errores que no repara el tiempo y tampoco el sentido común.

Fue el poeta e historiador inglés Thomas Rymer quien acuñó en 1678 el término justicia poética en su trabajo The tragedies of the last age considered» En esta obra intentaba asentar una idea: aunque en la vida real no siempre se hace justicia verdadera, en la literatura y la poesía esta última siempre se podrá conseguir.

chica con flores en la cabeza representando la justicia poética

Justicia poética, la búsqueda de un mundo más virtuoso

Cada uno de nosotros disponemos un modelo interno de aquello que entendemos por justicia. Ahora bien, si pusiéramos en común todas nuestras ideas y concepciones, perfilaríamos una misma tipología: la justicia poética. Nuestro ser interno experimenta un profundo placer cuando, de pronto, acontecen hechos que se ajustan a este modelo de la jurisprudencia.

Nos reconforta, por ejemplo, leer noticias sobre cómo un grupo de leones ha devorado a los cazadores furtivos que iban a matarlos. Vemos bien que el ladrón que acaba de asaltar a una anciana sufra un accidente en el coche al escapar. También que el político que practicó la corrupción sea finalmente juzgado y encarcelado. Hay cierta armonía en estos actos, cierto equilibro que nos satisface y hasta tranquiliza.

Asimismo, esta suerte de desenlaces ejemplarizantes son una constante en el mundo del cine y también en la literatura. Admitámoslo, nos encantan esas producciones en las que el malvado recibe, como suele decirse, una cucharada de su propia medicina. Ver cómo quien cometió un acto ruin recibe su castigo, mientras que el héroe obtiene todos los reconocimientos, nos genera bienestar.

Así, autores clásicos como Horacio o Plutarco ya usaron en sus obras este tipo de justicia ejemplar e inspiradora. Conozcamos los tres componentes que definen esta dimensión.

Castigo para el malvado

La justicia poética se define por un elemento clave y trascendental: la maldad siempre es castigada en proporción al acto cometido. Esto es quizá uno de los aspectos que más destacan. Porque, en ocasiones, nuestro sistema legal es desproporcionado o poco ajustado.

Hay veces en que el ladrón que hurta para comer pasa buena parte de su vida en la cárcel, mientras que aquellos que hurtan para enriquecerse se libran de cualquier pena por la pericia de sus abogados. Por eso son tan importantes las circunstancias, por eso la verdadera justicia tiene mucho que ver con la equidad.

El bien no solo triunfa, también es reconocido

El reconocimiento del bien es uno de los pilares de la justicia poética. Todos sabemos que la bondad, el heroísmo o la persona que sufren en piel propia el efecto de la maldad no siempre se sienten totalmente reconocidas. En muchos casos, esa falta de apreciación impide la reparación.

Sin embargo, el derecho poético destaca el papel de la víctima que sufrió y también de la persona que luchó por defender la verdad. Reconocer el papel de los héroes es permitir que triunfe la bondad.

Triunfo de la lógica

Ver cómo el mal es castigado y la bondad reconocida confiere una especie de profunda satisfacción extraprocesal. Es más, en el cerebro se genera un tipo de armonía mental y emocional porque la lógica moral y también ética han triunfado.

Al fin y al cabo, el auténtico propósito de la justicia poética es enfatizar y celebrar la moralidad. Es un recordatorio de que comportarse moralmente es la opción más idónea y recomendable en toda forma de sociedad.

Libros sobre una mesa de madera representando la justicia poética

El papel de los poetas, escritores y filósofos en el mundo del derecho y la jurisprudencia

Martha Nussbaum es una reconocida filósofa estadounidense autora del libro Justicia poética: la imaginación literaria y la vida pública. En este trabajo, en el que se combina el campo del derecho y lo filosófico, destaca una idea central: los jueces y los abogados necesitan una mayor humanidad y un modo de alcanzarla, es a través de la poesía, la literatura y la filosofía.

Para lograr una sociedad más justa y equitativa, hay que dejar de centrarnos en esa área más fría y calculadora que es el poder económico. Si educáramos a las nuevas generaciones en el poder subversivo de la poesía y la filosofía, seguramente, daríamos al mundo científicos, jueces y legisladores más sensibles, justos, humanos y empáticos.

Leer nos educa e inculca en nosotros la necesidad de transformar el mundo desde un punto de vista más ético. Porque en gran parte de la literatura y del universo poético navega implícita esa justicia poética que todos anhelamos y que no siempre se aplica.


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  • Garvey D. Poetic Justice: `If we Fall, Others are Rising’. Clinical Child Psychology and Psychiatry. 1998;3(4):531-540. doi:10.1177/1359104598034005
  • Nussbaum, Martha (1997)  Justicia poética: la imaginación literaria y la vida pública. Paidós.
  • Zillmann, D. (2000). Humor and comedy. In D. Zillmann & P. Vorderer (Eds.), Media entertainment: The psychology of its appeal (pp. 37-57). Mahwah, NJ: Erlbaum.

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