La inteligencia límite y sus implicaciones

¿Sabes por qué se caracterizan a las personas con una inteligencia límite? En este artículo hablaremos de ellas e identificaremos los principales desafíos que tienen que afrontar.
La inteligencia límite y sus implicaciones
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 21 septiembre, 2020

Las personas con inteligencia límite (IL) tienen un cociente intelectual (CI) de entre 70 y 85 puntos, cuando lo que se considera normal se ubica entre los 85 y 115. Es decir, que estas personas se encuentran justo por debajo de lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera inteligencia normal.

Algunos autores sostienen que la inteligencia límite es un tipo de discapacidad intelectual. Y si bien tienen características similares, ambas condiciones se diferencian por el tipo de apoyo que necesitan las personas para lograr una cierta autonomía en sus vidas.

El funcionamiento intelectual límite no es una enfermedad, ni un retraso mental. Se trata de una inteligencia que, al ser medida por el test de cociente intelectual , se manifiesta inferior a la media. Este funcionamiento dificulta algunos aspectos de la vida, pero puede superarse con el tratamiento adecuado.

El término inteligencia límite hace referencia a diferentes perfiles cognitivos y de adaptación. Las personas con IL representan una amplia franja de la población y están expuestas a numerosos obstáculos a lo largo de su ciclo vital.

Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro”.

-Santiago Ramón y Cajal-

Cerebro blanco

Características de la inteligencia límite

Las personas con inteligencia límite pueden ser muy diferentes entre sí. Sin embargo, hay características que comparten en su gran mayoría:

  • La inteligencia límite no puede percibirse a simple vista, pues no hay rasgos físicos que la evidencien.
  • Desfase entre la edad cronológica y la edad mental, lo cual se vuelve más marcado a partir de la adolescencia. Es durante esta etapa de la vida que las personas con inteligencia límite manifiestan más disonancia entre sus intereses y capacidades y las de sus pares.
  • Falta de iniciativa y capacidad limitada para generar mecanismos racionales con los cuales ayudarse para resolver situaciones cotidianas.
  • Escasa capacidad creativa para adaptarse exitosamente a las situaciones novedosas que se le presentan.
  • Dificultad para tomar decisiones.
  • Dificultad para resolver conflictos.
  • Dificultades en el desarrollo de la psicomotricidad, particularmente, la fina.
  • Escasa capacidad para el autocuidado.

Estas personas también sufren a nivel social, pues presentan las siguientes deficiencias:

  • Déficit de habilidades sociales.
  • Dificultades para relacionarse afectivamente. Les cuesta hacer amistades o conservarlas, tener pareja y relacionarse con otras personas.
  • Dificultades para la toma de responsabilidades, especialmente aquellas que son propias de las personas adultas, como la maternidad o paternidad, por ejemplo.
  • Poca iniciativa para hacer algo por fuera de sus hábitos cotidianos.
  • Dificultad para organizar su tiempo libre.

En el plano de lo psicológico, podemos decir que en su perfil suelen aparecer las siguientes características:

  • Son más vulnerables emocionalmente.
  • Su condición penaliza su autoestima.
  • Suelen tener más dificultades para gestionar el fracaso y la frustración, al igual que son más propensas a desarrollar algún trastorno de ansiedad o del estado de ánimo.

¿Qué implica ser una persona con inteligencia limítrofe?

Cuando una persona tiene inteligencia límite suele tener bajo rendimiento escolar y tender al fracaso escolar. Además, también puede presentar problemas de deserción escolar, conductas alteradas y adaptación social, debido a que su aprendizaje es lento.

Otra característica es la dificultad para realizar actividades de la vida diaria. Les cuesta mucho encontrar soluciones a sus problemas de trabajo, por ejemplo. Y si deben afrontar una discusión de pareja, muchas veces tienden a aislarse porque no logran asimilarla.

El estigma social es una de las implicaciones más dolorosas de esta condición. Estas personas suelen sentirse (y ser) discriminadas por su entorno o incomprendidas. Esto puede llevar a cuadros de ansiedad y depresión. Es muy importante contar con apoyo en el grupo de referencia para evitar esto.

Puede que una persona con inteligencia límite manifieste dificultades lingüísticas, como también fallas en los procesos de atención. Lo más común es que tengan problemas en su expresión oral, la comprensión de instrucciones y en las funciones ejecutivas.

Niño con inteligencia límite de espaldas

Necesidades especiales

Un niño o adolescente con inteligencia límite necesita estrategias educativas especiales. También requiere de apoyo para desempeñarse en la vida, además del acceso a servicios médicos, psicológicos, educativos y sociales, que le permitan tener una buena calidad de vida.

Es importante que el diagnóstico se realice a una edad temprana. La idea más popular es que la inteligencia fluida alcanza su máximo pocos años después de dejar atrás la adolescencia, en la juventud temprana, por lo que detectar este problema en forma temprana puede facilitar una adecuada estimulación precoz que ayude a la persona a funcionar normalmente en su vida cotidiana.

Se estima que entre el 3 y el 5 % de la población tiene inteligencia límite. Por eso, es necesario que tanto agentes políticos como sanitarios, educativos y sociales se familiaricen con esta condición para generar las medidas adecuadas de apoyo.

Las personas con inteligencia límite precisan de soporte académico especializado, además de adaptaciones en los planes de estudio para lograr trayectorias escolares satisfactorias. Sin embargo, sobre todo necesitan de una sociedad consciente de su problemática que facilite su inclusión social.


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  • Flórez, L. A., Acosta, D. S., & Restrepo-Ochoa, D. A. (2016). Neuropsicología de la inteligencia limítrofe. Cuadernos de Neuropsicologia, 10(2), 129-141.

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