La vida secreta de las palabras
La directora Isabel Coixet nos traslada con este magnífico film a un paraíso celestial. La vida secreta de las palabras transcurre en una plataforma petrolífera donde conviven el dolor, la culpa, la rabia, las carencias y el olvido… Las heridas que todos en algún momento poseemos, con una historia de amor hermosísima.
Se trata de una película protagonizada por Tim Robbins, actor que ha trabajado en largometrajes inolvidables como Cadena Perpetua, Mystic River o Arlington Road). Junto a él en el reparto, Sara Polley (Guniever, Splice, Trigger). Javier Cámara, Julie Christie o Daniel Mays, entre otros, completan el reparto de la película.
El argumento de La vida secreta de las palabras
La película se centra en las experiencias de Hanna, una joven solitaria que padece hipoacusia. Trabajadora modélica en una fábrica textil, se ve sin embargo, obligada a tomarse un mes de vacaciones por las quejas del sindicato.
Sin saber qué hacer, un día escucha de manera fortuita una conversación en un restaurante. Un hombre se pregunta de dónde sacará una enfermera en poco tiempo y para solo dos semanas. Hanna se ofrece de cuidadora y así acaba en una plataforma petrolífera en alta mar.
Su trabajo consiste en cuidar a un hombre que ha sufrido graves heridas en un explosión y que, de momento no puede ser trasladado a un centro hospitalario. Hombre que, además, ha perdido la visión. En la plataforma, paralizada tras el accidente, solo quedan 5 personas, estableciéndose un vínculo muy especial entre ellas, sobre todo con Joseph, el hombre herido, al que acabará contándole un terrible secreto.
“Desde el momento en que uno tiene vida interior, ya está llevando una doble vida.”
-Frase de La vida secreta de las palabras–
Con el tiempo cada uno de ellos retoma su vida, pero la impresión que la joven dejó en el protagonista de la historia es tan profunda que, una vez recuperado, este viaja para buscar a Hanna y pedirla que comparta su vida con él.
Una película de profundos sentimientos
La vida secreta de las palabras es una de esas películas que deja huella. Una enfermera frágil y dependiente de su soledad acariciando a un herido sensible y profundo que está atrapado por la oscuridad y la imposibilidad de encontrar una ilusión.
Isabel Coixet, dirige esta película con el corazón y el alma, consigue descolocar a los espectadores escena tras escena, sin saber en qué momento se quebrarán nuestras emociones hasta llegado el final.
Coixet juega con las soledades individuales y colectivas de tal manera que la pareja protagonista ocupa un espacio inalcanzable, donde las cosas que a veces no conseguimos decir, pueden llegar a ser magnificas o terribles.
Las pinceladas de humor están estratégicamente representadas, alcanzando una tibieza sentimental que arranca sonrisas. Sarah Polley y Tim Robbins, protagonizan así un film de altura, ambos son espíritus que ven sin tocar, y que sin hablar se entienden mas allá de lo permitido, donde no pueden acceder el resto de los mortales.
Conjugando silencio y olvido, la directora nos seduce doblemente con una banda sonora magistral. Una película elogiada por la crítica y premiada con cuatro premios Goya. Tiene también el Premio Fotogramas de Plata y el Premio Sant Jordi a la mejor película española.
No cabe duda que al ver esta película uno no conseguirá olvidar cómo se debe de entender la vida y el silencio que ocupan las palabras. Personalmente recomiendo la escena final. Un emotivo momento que nos convierte en afortunados por tener la suerte de poder visualizar esta magnifica película.