Las mejores frases de Stephen Hawking

Stephen Hawking no solo fue una mente brillante desde el punto de vista científico, también desde una perspectiva humana y psicológica
Las mejores frases de Stephen Hawking
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 08 febrero, 2019

Frases de Stephen Hawking hay muchas, ya que, uno de los científicos que más se ha prodigado durante el siglo XX era, como cabía esperar, una mente brillante, poderosa y luchadora. Además, era una mente divulgadora, con la inquietud de que sus pensamientos llegaran al público especializado, pero también al que no lo era.

Cuando a Hawking le diagnosticaron ELA, apenas le daban esperanza de vida, unos meses, pocos años a lo sumo. Sin embargo, su vida se convirtió en varias décadas de lucha en las que destacaron sus ansias por vivir, por investigar y por entender las leyes físicas que nos gobiernan.

Frases de Stephen Hawking

Stephen Hawking ha sido uno de los astrofísicos más brillantes del siglo XX y comienzo del XXI. De su mente surgieron las más atrevidas teorías sobre el Big Bang, los agujeros negros y el destino del universo en que habitamos. Pero Hawking no solo fue conocido por sus fantásticas teorías y sus atrevidas investigaciones. En general, era un hombre que tenía opiniones formadas sobre muchas cuestiones, como la religión, la sociedad o la educación.

Dotado de una de las armas más poderosas del universo, el sentido del humor, decenas de frases de Stephen Hawking permanecerán por siempre para inspirar a los futuros científicos del mañana. Sin olvidar a los actuales, claro. A continuación, os dejamos con algunas de las frases de Stephen Hawking que suponen un gran estímulo para la reflexión. Su genio, su ingenio y su inteligencia se demuestran en ellas, igual que en toda su obra.

Estrellas por la noche

El ser humano es especial

“Somos sólo una raza avanzada de monos en un planeta menor de una estrella muy normal. Pero podemos entender el universo. Eso nos convierte en algo muy especial”.

¿Qué nos hace especiales y diferentes como seres humanos? Seguramente sea nuestra capacidad de raciocinio. Gracias a que somos capaces de pensar, investigar y hacernos preguntas, podemos tratar de comprender el universo, además de un sinfín de fenómenos sociales, emocionales y vitales que se suceden en él y que nos afectan de una manera directa o indirecta.

Errores

“La próxima vez que alguien se queje de que ha cometido un error, dígale que puede ser algo bueno. Porque sin imperfección, ni tú ni yo existiríamos”.

Muchas veces, al cometer un error, nos centramos poderosamente en lo negativo del fallo, sin ser conscientes de que también en la imperfección hay lecciones de gran valor que nos hace humanos, y que nos sirve para aprender y mejorar.

La agresividad humana

“El error humano que más me gustaría corregir es la agresión. Puede haber tenido una ventaja de supervivencia en los días de cavernícolas, para obtener más alimento, territorio o pareja con quien reproducirse, pero ahora amenaza con destruirnos a todos”.

Uno de los grandes temores de Stephen Hawking fue siempre el miedo a la autodestrucción. Igual que sucedió con la llegada de los europeos a América, el científico temía esa tendencia humana a la agresividad y a la agresión, principalmente del poderoso sobre el menos poderoso.

Hawking siempre avisó del peligro que corre la humanidad si no corrige esta tendencia ciertamente innata y necesaria hace miles de años, pero que comienza a ser cada vez más peligrosa, pues las armas con las que se agreden son cada día más poderosas y destructivas.

La perfección

“El universo no permite la perfección”.

Para Hawking, buscar la perfección era simplemente absurdo. Vivimos en un universo imperfecto, y nosotros somos hijos, producto de ese universo. Entonces, ¿de qué sirve buscar algo que en realidad no existe? Especialmente cuando se puede convertir en una fuente de ansiedad o en una limitación.

La libertad

“Aunque no me puedo mover y tengo que hablar a través de una computadora, en mi mente soy libre”.

Al igual que otras mentes interesantes del siglo XX, como Nelson Mandela, también Stephen Hawking alcanzó la libertad. Pero, si bien estaba confinado en una silla de ruedas, como Mandela lo estuvo en una celda durante años, su mente fluía con total brillantez. Ahí, nadie podía acceder salvo él, pues solo el pensamiento le hizo realmente libre.

Stephen Hawking dando clase

El conocimiento

“Me sorprende el desinterés acerca de cosas como la física, el espacio, el universo y la filosofía de nuestra existencia, nuestro propósito, nuestro destino final. Es un mundo loco. Sé curioso”.

Hawking fue una persona que buscó el conocimiento durante toda su vida. Cuando contestaba una pregunta, realizaba otra para la que no tenía respuesta e investigaba. Así aconsejaba a los demás. Vivimos en un mundo lleno de interrogantes que, al intentar responderlos, darán paso a otros todavía más apasionantes. Él era cociente y de ahí que defendiera, por encima de todo, la curiosidad humana.

Así era la brillantez de una de las grandes mentes del siglo XX. Estas frases de Stephen Hawking definen parte del pensamiento de una persona que, aunque quedó confinado en una silla de ruedas desde muy joven, jamás dejó de moverse. Jamás dejo de vivir, de pensar que sus limitaciones no eran un obstáculo para que el mundo siguiera estando a su alcance.


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