Ley de continuidad de la Gestalt: qué es, características y ejemplos

Existe un principio gestáltico que da sentido a los contornos que nos rodean y ayuda a ordenar el mundo. ¿Quieres saber cómo le sirve a nuestro cerebro para percibir de forma coherente? Te lo explicamos.
Ley de continuidad de la Gestalt: qué es, características y ejemplos
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 05 marzo, 2024

El enfoque gestáltico, precursor del estudio de la psicología de la percepción y la psicofísica, enunció una serie de leyes para determinar cómo nuestro cerebro interpreta lo que vemos a fin de operar con el medio. Entre esos principios destaca la ley de continuidad de la Gestalt, la cual analizaremos en este artículo.

Y es que lo que vemos como un mundo de formas y contornos definidos es, en realidad, un cúmulo de luces. La paradoja es que ese mecanismo de interpretación que posee el cerebro también es capaz de engañar al sentido de la vista. ¿Quieres saber más? Pues sigue leyendo.

La Gestalt: orden y definición de los estímulos

La psicología de la Gestalt, cuyo padre fundador fue Max Wertheimer, toma su nombre de una palabra que en alemán significa figura o forma. El movimiento, surgido en los años 20 del siglo pasado, adoptó este sustantivo para su escuela, como parte de su propuesta de ordenar y definir cómo la mente percibe los estímulos del exterior de manera holística y simplificada. 

Porque, al considerar los estímulos que percibimos, se hace difícil pensar en categorizarlos todos de manera individual. Imagina concebir cada árbol con un nombre distinto en lugar de ordenarlos por especies. Aunque ninguna planta es igual a otra, no es posible almacenarlas en la memoria sin un proceso de abstracción.

Por tanto, la gestáltica estudiaba cómo la mente convierte el mundo en algo abarcable para nuestro intelecto. A través de leyes, trataron de enunciar el proceso en el cerebro para ordenar, categorizar y simplificar los elementos que percibimos a través de los sentidos. Entre estas leyes está la de continuidad.



¿Qué es la ley de continuidad de la Gestalt?

También conocida como principio de continuidad, esta ley establece que una forma se percibe de mejor manera cuanto más continua sea. Incluso, cuando esta continuación se rompe, el cerebro tiende a darla por hecho.

Este «engaño» de la mente se explica por la facilidad que aporta a la hora de fijar la vista en determinados puntos. Si el foco de la visión se posa en un elemento lineal, este seguirá el camino más suave y coherente que pueda. 

Así, la percepción de las líneas y contornos permite identificar figuras en el medio de una manera más sencilla. Aunque estas líneas se interrumpan con otros elementos, el cerebro dará por hecho que continúan tras el obstáculo y se obtendrá una sensación de orden y coherencia.

Imagina una línea hecha de puntos. En realidad no son más que una serie de puntos próximos entre sí, pero es muy probable que pienses en ello como algo continuo.

¿Cómo funciona?

Pensando en líneas y puntos es fácil entender la ley, pero los trucos de nuestra percepción van más allá. Para emplearla a propósito en diferentes ámbitos (o comprender mejor su funcionamiento) debemos adherirnos a tres principios fundamentales:

  • Agrupamiento: los elementos próximos entre sí son más susceptibles de ser percibidos como parte de una figura total.
  • Direccionalidad: cada elemento del conjunto tiene una dirección similar para que el cerebro pueda dotarles de continuidad.
  • Similitud: si los puntos que conforman la supuesta línea son muy diferentes entre sí, será más complicado aplicar la continuidad, y viceversa.
Si ponemos el ejemplo de una constelación, veremos que la tendencia a crear figuras a partir de las estrellas se basa en que algunas están próximas entre sí y que siguen direcciones similares.
Constelación estelar para ejemplificar la ley de continuidad de la Gestalt
Una constelación estelar abarca los principios de proximidad, direccionalidad y similitud.

Usos y ejemplos de la ley de continuidad Gestalt

Después de todo esto, entenderás mejor cómo nuestro cerebro ordena la información para crear una visión más coherente del medio en el que vivimos. Ahora bien, ¿es posible utilizar las leyes de la Gestalt para influir en la percepción? La respuesta es afirmativa. Echa un vistazo a estos ejemplos en los que aplica el principio de continuidad:

  • Mapas: lo que en un principio parece un entramado de calles, cobra sentido cuando se traza una línea a través de ellas. Así, lo que antes era una serie de figuras se convierte en un camino a seguir.
  • Publicidad: en marketing se juega mucho con dirigir la mirada hacia el elemento a destacar. Si, por ejemplo, se coloca un producto en el centro de 2 líneas que forman una X, la mirada se orientará hacia ella de forma más suave.
  • Arte visual: en fotografía y en otras artes gráficas, como la pintura, se emplea la ley de continuidad de la Gestalt para crear composiciones. Así, a través de la ordenación de los elementos de la imagen se consigue un efecto general de coherencia.
  • Diseño gráfico: esta ley es una gran facilitadora de la percepción diseñando elementos. Es habitual encontrar su uso en páginas web, aplicaciones y demás entornos visuales donde se pretende facilitar la dirección de la mirada hacia elementos concretos.


Un principio que contribuye a la lógica y al aprendizaje

Para terminar, es importante recalcar que la ley de continuidad de la Gestalt (y todas las demás) no obedecen solo a atributos físicos como la colocación de los elementos o su proximidad. Influyen también la lógica y el aprendizaje cultural, pues el cerebro categoriza dichos elementos percibidos y abstrae conceptos a partir de ello.

Se sabe que la manera en que actúa este principio es diferente según el lugar donde se estudie. Por eso, a la hora de concebir su funcionamiento, no se puede olvidar la diversidad de las mentes humanas y el poder transformador de la cultura.


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